Capítulo 1: Ella
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______Por un segundo, su mente le jugó una mala, haciendole creer que en realidad está no es una habitación más en esa estúpida instalación con paredes pintadas de blanco y puertas que sólo se abren en horarios fijos. En cambio, la imagen de su antigua habitación en casa de sus padres estaba frente a sus narices, burlándose de la desgracia de su alma maldecida.
Casi pudo oler los panqueques recién hechos de su madre, esos que le hacía luego de un arranque suyo, era su forma de sentirse bien consigo misma por dar a luz a un chico dañado.
Por qué él estaba dañado.
O eso le hacían creer en su día a día.Se sentó de golpe en la cama, de un segundo a otro sintiendo un dopaje de felicidad, estaba en casa ¡Esto era la puta gloria! ¡No más medicina, no más peleas con locos pacientes, no más prohibiciones estúpidas! ¡Era libre!
¡Estaba en...!
Y su habitación se desvaneció en un chasquido.
La sonrisa ladina que se había formado en su rostro se convirtió lentamente en una mueca de horror al ver como las paredes azules de su habitación se habían desteñido a blanco. Los muebles, posters, lámparas personalizadas, libros, ropa, todo, fue cambiado de un momento a otro por un jodido escritorio y una ventana abarrotada.
Estaba en el hospital. Otra vez.
Escuchó una carcajada seca a su lado, la cual lentamente se transformó en una tos de muerte, suspiro pesadamente mientras su rostro se contrae con exasperación, puso ambas manos sobre su rostro, intentando inútilmente traer su paciencia a flote.
---¡Simpre caes!--- exclamó con burla el esquelético cuerpo desfigurado de aquel ente, el cual lo esta atormentado desde hace una semana.
Menos mal estaba muerto, que si no él lo hubiera matado a golpes en es mismo instante.
Hizo todo el esfuerzo necesario para ignorarlo, a pesar de que tenía unas ganas del infierno de gritarle, sabe que si hace eso lo terminarán dopando y haciendole más exámenes, si no es que lo envian con los más chiflados primero.
Se vistió entre maldiciones, mientras le lanza de vez en cuando una mirada envenenada a aquel ente, ya esperaba con ansias el momento cuando se aburriese de él y lo dejara en paz, como había sucedido con todos aquellos que lo habían molestado desde que ingresó.
Era un un hospital psiquiátrico después de todo, es obvio que los fantasmas que lo habitan estén tan locos como lo estuvieron en vida. Aunque bueno, había uno que otro más "común" y a decir verdad no sabe cuál odia más, los charlatanes o los que te hacen querer llorar apenas los ves.
Terminó sentándose en su cama luego de haberla tendido y de haberse vestido, esperando a que la puerta de su habitación fuera abierta por el enfermero que vigila esa área.
El cuchicheo molesto de ese ente comenzó a joderlo al cabo de un rato, el silencio denso al que todos los pacientes son sometidos después de ciertas horas aún reinaba, por lo que, su voz áspera y enferma hace más ruido del deseado.
---Ca-lla-te--- murmuró, separando las sílabas dejando ver su molestia solo por su voz.
---¡Pero si no me he divertido tanto en años!--- dijo con sorna, seguidamente, comenzó a hablar más, haciendo algunos incapies en ciertos temas de "su tiempo"
“Dame paciencia por favor, que si no acabare nuevamente en confinamiento”
Le suplicó al de allá arriba, aunque, como siempre este lo ignoro o quizás simplemente no lo escuchó.
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Vida de papel
Fanfiction"Si eres el único cuerdo en un mundo de locos, ¿Quién es el verdadero loco?" John siempre estuvo solo. Vagando por el mundo con una maldición en la espalda, a la cual nunca encontró el por qué, ¿Por qué el? ¿Por qué no su vecino, compañero o cualqui...