Capítulo 5: Objetos perdidos

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---No se si eres demasiada suertuda con tus objetivos o si me estás tomando el pelo--- dijo Constantine con una sonrisa de lado.

Su pecho se infló con un felicidad pretenciosa, le había contado a su amigo lo sucedido la noche anterior y de la gran idea que se le cruzó por la mente mientras daba vueltas en la cama, intentando contener la energía que había abordado su ser, como si hubiera tomando su enésima taza de café a pesar de que hace mucho tiempo no prueba esa droga disfrazada de postre.

---Te lo digo Constantine--- dijo ella saltando de alegría, quitándose de su lado para adelantarse un par de pasos, quedando frente a él.

Con pasos cortos y bailarines se contoneo de forma graciosa por el pasillo, sacándole una pequeña risa a su acompañante por su rara forma de demostrar su alegría, se dio media vuelta y comenzó a caminar de espaldas, viéndo directamente los ojos carbón del chico, quien a pesar de intentar ocultar ese contagioso júbilo suyo sonrió.

---Te caerás, Kingston--- advirtió.

---Si hablamos con él apuesto a que encontraremos todo lo que deseamos--- vocifero casi cantando, ignorando las palabras del chico; junto ambas manos atrás de su espalda y cerró sus ojos por un segundo, dándole rienda suelta a su imaginación por un par de segundos, casi podía oler las flores del jardín que se dibujo tras sus párpados, el parque que vio camino a este lugar que se propuso conocer apenas salga.

---¿Y que deseamos?--- cuestionó, riendo suavemente ante el tropiezo de la chica, el cual casi acababa con ella en el piso de no ser por que recobró el equilibrio a último segundo, aunque esto como era de esperar para el chico no la detuvo para seguir caminando de espaldas.

---Libertad--- dijo ella, deteniendo su paso y por ende, el del chico--- bueno… Al menos yo, seria divertido salir de aquí para seguir nuestras vidas sin que esas cosas nos molesten ¿No crees?

Salir… ahora que lo pensaba ni siquiera sabía que haría apenas tenga los pies lejos del lugar. Se había sumido en las aguas pestilentes del pasado, saliendo de vez en cuando para respirar y ver el presente, no tuvo tiempo para reflexionar sobre el futuro hasta que ese pensamiento salió de sus labios, ni siquiera cuando en el instituto le preguntaban sobre su futuro para algún trabajo se tomaba ese privilegio.

---Sería la hostia--- admitió, viendo como ella sonreía.

Kingston decidió que es hora de seguir caminando, ya que si no Constantine llegaría tarde a su cita con la psiquiatra, solo que esta vez, se abrazo del brazo de Constantine, como si fueran dos amigos de toda la vida que van rumbo a tomar un café, al principio él tuvo la tentación de alejarse ya que aún no se acostumbra al contacto físico que no sea estrictamente necesario, pero al final desistió a la idea. No le costaba nada acostumbrarse solo por ella, después de todo ella aguanta sus bromas pésimas y su humor de la mierda en los días que está de malas.

---¿Pero cuando hablaremos con él? No creo que tu plan sea llegar frente todo el cuerpo de enfermeros y preguntar por entes--- al estar tan cerca, ella tuvo que alzar la mirada, ya que le saca bastante ventaja en cuanto estatura, quizás unos veinte centímetros.

---¿Por quién me tomas, John Constantine?--- dijo con un tono fingidamente ofendido.

---Creo que podrías deducirlo por mí sugerencia--- se burló, ella le dio un codazo con la misma mano que tiene sostenida la suya.

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