5: Confución

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Para la tarde el Omega a vuelto a el estacionamiento, el banco cierra a las 5 de la tarde y el está esperando justo apoyado en el auto de su novio.
Se ha cambiado la ropa y trae un pantalón ajustado y una camisa con olanes.
Cuando la gente que trabaja en el banco comienza a salir el toma su postura sensual en la puerta de el auto.  Las miradas de esos alfa inexpertos lo buscan, pero entre todas no está la mirada de quién a el le interesa.

-- tardate todo lo que quieras por fuerza tienes que venir por tu auto.-- dice con una sonrisa figida en los labios.

Pronto todo el estacionamiento está vacío y los alfas se han ido.
Pasan diez minutos y Xingchen aún no sale. El Omega se está cansando de esta sonrisa y esta pose, así que decide ir a la ventana de el banco para ver ¿por qué tarda tanto en salir?

Al mirar por el ventanal de el banco puede ver a su novio con la camisa suelta, y ahora ya se la está quitando.
Junto a el una mujer de facciones muy finas a sus ojos, no puede tener ni la mayoría de edad.
Un fuego interior lo está consumiendo, la posibilidad de que está niña le este quitando lo que consideraba suyo, le está llenando la mente.
Está jovencita está de rodillas y el la mira con mucha ternura.

-- ¡Heeeiii! ¡Maldito desgraciado te dije que eras mío, y no puedes andar con nadie! Y menos con una ofrecida de cara bonita.-- no le importa y entra en el banco haciendo todo este alboroto.

La jovencita se asusta un poco con todo ese ruido y se oculta tras el hombre fuerte.

-- eres un maldito pervertido. ¿Por eso no me tocas cierto? ¿Te gustan las niñas cierto?

¡PLOP!!...¡PLOP!!

Da un par de bofetada a aquel alfa que tanto a luchado por conseguir.

-- llamaré a la policía señor. -- está chica toma el teléfono.

Pero Xingchen le toma la mano y deja el teléfono en su lugar.

-- ve a casa a'Qing yo lo haré está vez. -- toma un par de billetes y se los entrega a la chica.

Por su parte el Omega estaba que no cabía en su asombro, este hombre le estaba pagando a una chica adolescente. Ahora más que nunca quería golpearlo y mucho más fuerte que antes.

-- ¡eres un maldito pervertido!-- intento golpearlo otra vez.

Pero el alfa le sostuvo las manos en el aire. Se encontraba tan tranquilo y esto contrastaba con la furia de Xue Yang.

-- bien, pues ya que estás tan ofendido, puedes tomar el lugar de ella, ¿No te parece?

El Omega se sintió tan ofendido, ya que a pesar de dar espectáculo el aún era virgen, y nunca pensó en vender su virginidad.

-- ¿crees que yo me vendería por un par de billetes?-- se cruza de brazos muy digno.

Xingchen sonríe maliciosamente, y guarda sus manos en sus bolsillos, entiende muy bien lo que el Omega está pensando.

-- ¿Entonces cuál sería tu precio?

Ahora Xue Yang siente que no debería estar tan molesto pero está pregunta lo está ofendiendo mucho.

-- yo no tengo precio, matrimonio es lo que quiero.

Xingchen se ríe de modo discreto, comienza a disfrutar de este juego y piensa continuar un poco más.

-- ¿No crees que es excesivo? Solo te necesito una hora a lo mucho.

A el Omega casi se le cae la mandíbula de la impresión.

-- ¡Una hora! Maldito cínico.

Pero entonces el alfa toma el fregón y comienza a limpiar el piso de el banco.

 En Contra De El Destino. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora