La Pasión de ser Devorado (Douma) ||KnY|| [04]

Capítulo 6: Chica especial

Los sentimientos pasaron como un mero cometa en una noche solitaria, en un instante,  sin mayor importancia y sin que nadie lo notara. Primero la confusión se reflejo en su expresión sin creer lo que estaba ante sus ojos. A Aotsuki le pareció extraño dejar de sentir dolor en tan poco tiempo, pero simplemente no encontraba una razón lógica para lo que estaba sucediendo en su cuerpo.

Cuando la sorpresa inicial paso a segundo plano llegó la angustia y las palabras de Douma la inquietaron más. ¿Cómo sabía que ella no era normal? ¿A qué se refería con ello?

El miedo en ella se instaló en su pecho, pensado en la cantidad de situaciones malas para su propia salud en esos momentos o a futuro, pero le ponía más nerviosa la reacción tan seria de su acompañante en la habitación.

El silencio hizo presencia, donde Aotsuki no se veía capaz de articular palabras para saciar su demandante curiosidad. Entonces ella recordó algo: escuchó un sinfín de veces que Douma era adorado como un ser divino. Un santo que podía escuchar a los dioses y con ello cumplir deseos y curar enfermos, todo por el color de sus ojos.

Le pareció extremista y no iba a negar que absurdo, pero, ¿Y si era todo eso verdad? ¿Y si sus palabras significaban que a ella le hacía mayor efecto esa divinidad y por ello no era normal? Algo de alivio apareció en su mente.

—¿U-Usted hizo esto, amo Douma? —por fin las palabras salieron de su boca y se atrevió a preguntar, con una pizca de esperanza.

Pero sus esperanzas duraron una miseria y borró la minúscula sonrisa que se formó en Aotsuki, volviendo a su angustia. Douma la miró y por fin le tomó el brazo que había pedido con anterioridad que Aotsuki aún mantenía estirado hacia él, sin embargo, Douma dejó olvidado el remedio que iba a untarle colocándolo de regresó sobre el mueble de donde lo saco.

Guío el brazo hacia su rostro. La chica podía sentir la respiración de Douma sobre su piel en la zona donde se quemó. Su piel se erizó y su cuerpo se tensó una segunda vez causado en está ocasión por la inesperada acción. Douma cerró los ojos por un momento sin despegarse de lo que estaba haciendo.

—Disculpe, ¿Qu-

Sus ojos no lograron seguir el ritmo del movimiento del chico y su pregunta se quedó ahogada en su garganta cuando esta fue presionada por la mano libre de Douma, obligándola a callarse.

—Shhh

Ella cerró los ojos sin atreverse a mover ni un músculo de su cuerpo, ni siquiera el tratar de apartar la mano de su cuello. Parecía que Douma no tenía intención alguna de retirar su mano mientras la inspeccionaba. Aotsuki trató de llenar sus pulmones con algo de aire, expulsandolo segundos después con nerviosismo, pero el oxígeno no estaba siendo suficiente y su cuerpo se quedaba sin él con rapidez culpa de la constante fuerza que Douma continuaba ejerciendo.

No pasó mucho, quizá ni siquiera un minuto cuando al fin le soltó el cuello dándole la oportunidad para tomar una gran bocanada de aire expulsandolo casi de inmediato al apartar su rostro y toser debido a la presión. Ella se llevó la mano desocupada a acariciar su garganta.

Un escalofrío recorrió su cuerpo y le hizo regresar la mirada. Douma rozaba sus labios sobre la piel de la chica en un beso donde se suponía debía de estar la herida. Aotsuki no pudo evitar que la coloración en sus mejillas hiciera presencia. En su vida jamás tuvo un acercamiento intimo con ningún hombre, pero por el contrario Douma parecía ser alguien muy acostumbrado a tales acciones.

La duda de si era así con todo el mundo llegó a la mente de Aotsuki.

Douma terminó apartándose y la soltó en totalidad, instantes después su sonrisa volvió a hacer acto de presencia mientras se apartaba para finalmente regresar la crema al interior del cajón, sin ser utilizada.