sirope

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Me desperté oliendo un aroma a tortitas. Cuando levanté la cabeza vi su precioso rostro ofreciéndome una sonrisa junto a las tortitas, no sé cuál de las dos cosas me apetecía más. Le di un beso de buenos días y le pregunté que había hecho

-¿Qué es todo esto Kennai?-
-Tu desayuno princesa, tus tortitas favoritas con sirope- este chico era un encanto.
-No hacía falta, pero muchísimas gracias-

Comencé a echar el sirope encima de las tortitas, pero me hizo reír y se me cayó encima. Me levanté a por una servilleta para limpiarme, pero antes de poder hacerlo él me agarró del brazo y me echó en la cama. Me miró las partes en las que me había manchado, ya que yo dormía solo con una camiseta larga, tenía sirope por los brazos y un poco en los muslos. Empezó a pasar la lengua por el sirope de los brazos. Se apartó y cogió el bote, me agarró del cuello y me lo echó hacia atrás. Después de eso apretó el bote y dejó caer aquel líquido por mi cuello, y un poco más abajo por mi pecho. Acercó sus carnosos labios hacia mi cuello dejando unos segundos en los que su respiración estaba pegada a mi sensible piel, haciendo que se me erizara. Tras ese momento de tensión empezó la acción. Empezó a lamer cada parte de mi piel con sirope. Empezó por el cuello, esa zona tan sensible que me hizo sentir tantas cosas. Empecé a respirar cada vez más y más fuerte. Comenzó a bajar por el pecho, por donde también había caído sirope. Se acercó a mis senos y a pesar de que no hubiera nada los empezó a lamer como si estuvieran llenos de ello. Hice un ruido de placer mientras aún tenía la respiración acelerada. Noté como empezaba a bajar a los muslos. Temía que fuera a hacer lo que creía que iba a pasar. Empezó dándome pequeños besos en la parte interior de los muslos y después iba dándome lamidas. Poco a poco se iba acercando a mi clítoris hasta que finalmente llegó y empezó a dar unas buenas lamidas en el punto clave para que yo estallara de placer en una extraña abundancia de sensaciones placenteras. Finalmente terminé, se apartó y me miró sonriendo, después me dio un beso en la frente y se fue a vestir.

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