17:08 hora perfecta para empezar a prepararme. Me pegué una ducha, esta vez larga y duradera, pues tenía tiempo suficiente. Cuando salí fui a escoger la ropa, opté por un vestido corto azul marino, simplemente porque era mi prenda favorita, y luego recordé que a kenai le gustaba el mar, punto para mí. Después de ponérmelo fui al baño a secarme y alisarme el pelo, pues me lo había lavado. 18:37, con lo cual me quedan 1 hora y 15 minutos para maquillarme, pues la fiesta empezaba a las 20:00, me daba el tiempo de sobra. Puse la radio, de nuevo cadena 100, y empezé a maquillarme, fácil pero original. Una raya en el ojo, una sombra azul a juego con mi vestido y un pintalabios rojo. Me calcé unos tacones azules también, cogí el bolso, dentro metí las llaves, el móvil, el pintalabios y alguna otra cosa y salí de casa.
Cuando llegué a la fiesta, ya había alguna que otra persona pero nada en especial. Fui a la cocina y saludé a Megan, no nos llevamos mucho pero si voy a una fiesta por lo menos tendré que saludar, charlamos un poco pero nada en especial, y después de aquello rompí mi promesa de que no iba a beber, tenía el presentimiento de que está fiesta iba a ser un aburrimiento hasta pasadas las 11/12.
Efectivamente tenía razón, la fiesta fue un muermo, hasta las 12:30 o así que un chico llamado Daniel, que parece ser que iba a mi universidad, aunque yo no le había visto jamás, propuso jugar al yo nunca, lo cual me pareció una idea maravillosa. Para los que no sepan lo que es, lo explico rápido. Te hacen una pregunta y tú tienes que responder si alguna vez lo has hecho o no, y si no quieres contestar, simplemente bebes un trago de tu vaso, claramente con alcohol. No recuerdo las veces que bebí, pues aunque estaba en una fiesta no quería que todo el mundo supiera cosas sobre mí, además estaba kenai lo cual me impedía decir ciertas cosas si no quería quedar como una estúpida.
Llegaron las 3:20 de la mañana y yo no podía con mi vida, llevaba un mareo en mi cuerpo increíble. Me fui a sentar a un banco, y al cabo de un rato vi que una silueta se sentó al lado mío.
-Que malo es el alcohol no crees- reconocí esa voz al instante, kenai, era kenai
-Como lo sabes eh- respondí riendo
Estuvimos hablando durante un rato, muy largo. Y llegó la hora de irme a mi casa, lo cual no podía hacer. Fui en coche y no podía conducir en ese estado. Así que le pedí a kenai que me llevará pues por no se qué razón el no había bebido casi nada.
Cuando llegamos a mi casa tenía muchas ganas de darle un buen beso y de llevármelo a mi cama, pero él sabía que yo estaba mal, la mayor parte de mi cuerpo estaba inconsciente, así que se limitó a darme un beso en la mejilla y a darme las buenas noches.
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Serendipia
Roman d'amourSi no te entiendes a ti mismo, jamás intentes entender al amor. Una chica de 24 años conoce a una nueva amiga, se enamora de su hermano, pero tras el paso del tiempo empieza a confundir sentimientos.