Cristales rotos

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Tú serás la siguiente...esas palabras sonaban en mi cabeza una y otra vez haciendo eco.

No podía pensar bien, volvía a tener miedo. La luz de la lámpara de la comisaría me molestaba en los ojos, alli un señor de mediana edad me interrogaba sobre lo ocurrido. Le expliqué torpemente todo lo que vi.

Líquido rojo...espeso.-No pude continuar al recordar las imagenes, despues de todo la Señora Morrinson habia sido una buena vecina. Al ver mi nerviosismo el policia se detuvo y llamó a mi tio para que viniese a recogerme. Pero como siempre estaba fuera del pais, y su esposa más de lo mismo.

Salí de comisaría y me encontré con Peter, el chofer que me abrazó fuertemente. Peter era un hombre adorable, algo mayor, era como un abuelo para mi. Lloré en sus brazos.

-Tranquila pequeña.-Dijo acariciando mi largo cabello.-Todo irá bien.

Sin más entramos al coche y nos dirijimos a casa, aparentemente el asesino de la señora Morrinson habia sido capturado por las autoridades, y la señora Morrinson ya descansaba en paz. Todo iría bien me repetia a mi misma cada vez que Patrick me dejaba en el instituto. Debido a mi carater solitario casi no tenia amigos, por lo que me pasaba todo el tiempo en la biblioteca sumida en mundos fantasticos.

Agarré un libro más y me dirigí al mostrador para hacer el prestamo.

Estos porfavor- Dije con voz seca

El chico que estaba en el mostrador, levantó la vista y sonrió de manera fria, aquella sonrisa fría que no demostraba nada...era el asesino de la Señora Morrinson...

Hola pequeña.- Sonrió aún más malevolo.- Cuanto tiempo verdad?- Se levantó y se salío del mostrador, vi su rastro de pisadas color rojo.

Retrocedí varios pasos chocandome con una gran estantería, el sonrió y se acercó quedando arrinconada.

- ¿Creias que te habias escapado de mi?, si tu no hubieses llamado a nadie solo la Señora Morrinson habria muerto, pero por ti ya han muerto como tres personas..-Dijo señalando el mostrador.

Guarde silencio cuando noté sobre mi garganta algo helado y que goteaba.- Si hubieses hecho la vista gorda, no tendrías nada que temer y yo no sería un fugitivo.

No podía articular palabra, trague fuertemente saliva y le empujé con todas mis fuerzas haciendole caer al suelo. Rápidamente corrí pero la puerta estaba cerrada, no habia nadie. me escondí por los pasillos, corrí, me perseguía.

No hagas esto más dificil niña.'-Gritó- Solo será un corte- Rió. Que clase de enfermo era esa persona.- Es una lástima terminar con la vida de una chica tan guapa.- Rió.

Estaba atrapada, el sol estaba escondido a causa de la tormenta, choqué contra una estantería.

Ya eres mía- Cuando de repente caí, no habia esperanza.

La luz parpadeó y una por una se fueron fundiendo.- Solo será un corte.- Acarició el cuchillo por mi rostro.Cogí un libro y le asesté un golpe en la cabeza, deribamdole en el suelo. Retrocedí unos pasos, aún se movía.

Ya me has hecho perder la paciencia niña.-Dijo levantandose, corrí de nuevo hacia algún lugar. Llegué a un gran ventanal, otra tarde gris y roja. Aún sostenía un libro en mis manos, escuche sus pasos, no veía nada, solo lancé el libro contra el cristal, dejando miles de cristales rotos por el suelo y salté.

Era la única salida, no habia esperanza recé a Dios mientras caía desde el segundo piso de la biblioteca.

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