Capítulo 10

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Los meses pasaron tan rápido como si alguien hubiese arrancado de manera impaciente las hojas del calendario y dentro de poco se cumpliría un año desde que todo esto empezó. En sus sueños podía oír aquella macabra voz que le decía las mas terribles consecuencias que podían ocurrir, sus peores miedos y vergüenzas, sus mas indeseadas memorias.

Pero al despertar, todo estaba igual, ignorando el echo de que se llevaba una muchacha distinta cada noche a la cama.

Una noche, las pesadillas y recuerdos fueron demasiados, despertó sudando helado. Desesperado se levanto raudamente de la cama, poniéndose encima lo primero que le arropara comodamente. Y bajó hasta la chimenea de uno de los tantos salones que poseía.

Tomó firmemente el cuadro de si mismo entre sus manos y lleno de odio y resentimiento lo arrojó a la fogata, la cual calcinó al instante aquel triste cuadro.

Unas cuantas mujeres que ya estaban levantadas se acercaron a contemplar aquella escena. Su amo estaba deprimido.

Besó a la encantadora mujer que estaba a su lado mientras la abrazaba con desdicha. Ella, aquella hermosa muñeca de ojos verdes como su corto cabello, fue la que lo ridiculizó al rechazarlo, con una mueca burlona y palabras que nadie quisiera volver a oír, se burló de él, hace tantos años atrás.

El de verdad la amaba. Mas ella jamás le miro con una pizca de ternura, su mirada fría sobrepasaba los limites cuando se trataba de él.

Tener a Gumi como su sumisa lo dejaba loco, cada vez que pensaba en que la tenia solo para él se ponía a colar pensamientos lujuriosos, dándose cuenta de que comenzaba a tener un bulto enorme que le molestaba el ajustado pantalón, la tomaba con fiereza y la arrastraba al lugar mas cercano para tomarla, era su favorita después de todo. Aun podía recordar cuando todo esto aun no comenzaba, cuando se paseaba por la mansión recorriendo cada abandonada esquina, cuando pensaba en su amada Gumi y no podía evitar comenzar a tocarse, todo eso había quedado atrás, ahora podía tomarla a ella y a cuantas mas quisiera cuando él quisiera.

El maiz de la libido teñido en la oscuridad; una infinita pasión que no se puede detener.

Ilusiones, la comprensión de todo.
" ya no soy más una persona. "

Obrar depravaciones para desafiar a Dios, esta es la noche de la demencia por la que desee.

La locura del Duque VenomaniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora