Capítulo 2

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El resto de las palabras eran inentendibles para él, pero eso si, podía resitarlas.

Con su profunda voz, recito en el orden exacto cada una de las palabras que leía.

Los libros y cajas al rededor se movían de forma no muy notoria, de poco a más. Un aire de peligro y oscuridad se hacia cada vez mas presente, el entorno era lúgubre y una oscura voz demostró su presencia.

—¿Quien eres tu, para invocar al mismísimo?

El duque, analizando rápidamente todo lo que acababa de hacer, volteo sereno para darle la cara a lucifer, su aspecto era indefinible.

—Eso depende, ¿Que puedes darme?

— Ah, el duque Gakupo, si no sabes lo que quieres ¿Para que me llamas? Lo que puedo ofrecerte esta claro en lo que dijiste.

—Esta en una lengua que no entiendo.

— Si no sabes lo que hacías,¿Porque no estás asustado? — El demonio sonrió, mientras Gakupo mantenía la frente en alto, tranquilo.—Yo puedo ofrecerte lo que todo hombre sueña... Poder, control sobre cada mujer que desees... Solo basta una mirada, y verá en ti lo que en nadie jamas podrá ver. Después de tanta soledad, un poco de compañía le vendría bastante bien, joven duque. Incluyendo quizá, una pequeña venganza.

—¿A cambio de que?

—¡De tu alma!

—¿Para qué quieres un alma como la mía?

—Es lo único de valor que posees.—Como si el diablo adivinara las palabras, rápidamente sacó un contrato, con todo lo que acababan de decir. El duque tomó la singular pluma que le habían extendido.—¿No vas a leer?

—Te estoy vendiendo mi alma a cambio de todas las mujeres que quiera tener, ¿Podría ser algo peor?

Lucifer sonrió, con una sonrisa que solo el podía alargar de esa forma tan escalofriante.

Apenas el joven duque soltó la pluma, un dolor en su interior se hacia cada vez mas potente, dolía. Llevó ambas manos a su pecho con fuerza, para después arquear la espalda, gemía de dolor para despues llegar a gritos, sentía como si lo quemaran mil antorchas a la vez por todo el cuerpo, se retorcía de forma antinatural mientras observaba la silueta del demonio desaparecer, con el eco de un "fue un placer hacer negocios con usted" retumbando en la habitación, y en su cabeza, para segundos después caer inconsciente.

La locura del Duque VenomaniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora