Capítulo |8|

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Dulce María.

—Respira

Tomo una bocanada de aire ejerciendo presión en mi estómago.

No funciona.

—¡Me rindo! Eso no va a entrar.

Señalo el pequeño vestido en manos del costurero.

Él vuelve a ver a mi madre que está sentada en una esquina con una revista en la mano.

—Es el vestido de la próxima colección. Tu mamá lo eligió para que lo uses en el desfile.

Paul habla con su animado acento argentino. En otra ocasión lo habría encontrado agradable.

—¿Bromeas? No pienso asistir a ningún desfile. Mamá —Le llamo— creí que ya habíamos hablado de esto, no quiero subir a modelar a una pasarela.

Mamá parece distraída, pero al escucharme deja su revista para verme a los ojos.

—No espero que modeles, Dul. Quiero que abras el desfile con una de tus canciones, es la forma en la que espero que sea la apertura de mi casa de modas en Barcelona.

Shock.

—¿Qué? —Le pregunto— estás jugando, Dios todo el mundo despertó muy bromista hoy.

Bajo del taburete sujetando la barra del vestido para dirigirme a mi madre, su rostro altivo y la mirada intensa me hace saber lo que luego ella confirma.

—No estoy bromeando cariño. Quiero esto, y vas a hacerlo.

—¡Es que tiienes que estar jugando! Ni siquiera canto en la ducha menos lo voy a hacer en medio de un montón de chicas perfectas, voy a ser el pato feo ¿Quieres eso, Mamá?

—¿De qué hablas? —ríe— has modelado antes, eres mejor que todas ellas, además, cantas precioso —sus manos acunan mi rostro con delicadeza— tienes seis meses para prepararte. Trabaja duro, mi amor.

Vuelvo a ver a Paul que sostiene una cinta con una sonrisa en el rostro, cuando vuelvo a mamá ya no está, me ha dejado con la palabra en la boca como siempre.

—Dios mio, ¿Qué voy a hacer?

—Oh, tenés que ir al AM'S, tu Tía Amelie ha querido contactarte, seguramente te necesita para su nueva línea de maquillaje.

Soy consciente de que soy la persona menos aterradora, pero algo debo haber hecho bien pues cuando vuelvo a ver a Paul el alza las manos en señal de paz.

—Obviamente me estaba quejando, no preguntando mi agenda. ¡Ugh! Odio modelar.

—¿Desde Cuándo? Si vos amás ser el centro de atención, es así desde que eras una nena.

Paul continúa guardando ropa en el enorme armario a la vez que habla.

—Tu lo has dicho...cuando era, pasado, ahora solo quiero tener una vida normal y tranquila.

—¿Normal y tranquila? ¡¿de qué estás hablando?! ¿querés ser una chica ordinaria llorando por un amor de tres pesos?

Solo él podría hacerme reír.

—Un amor de tres pesos suena mucho mejor que esto.

—Eww, que asco, sos una romántica de lo peor. Déjate de pavadas y andate ya, tu tía te está esperando.

Paul me ayuda a cambiarme, me despide no sin antes darme el número de un nutricionista para que "metas ese culo en el vestido che"

Rio sola en mi coche, no puedo molestarme con el que siempre ha sido un sol conmigo.

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⏰ Última actualización: May 14 ⏰

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