Capítulo │2│

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Dulce María.

Los días pasaron rápido y en menos de lo que me gustaría ya me encontraba en el recinto de la universidad.

Perdida.

Y la única persona que conocía estaba de viaje.

Caminando un poco mas por los pasillos encuentro los baños. Bien, necesito entrar.

Está vacío y da miedo pero me alivia escuchar una voz fuera del cubículo, mejor dicho: murmuros fuera del cubículo.

―Una mancha, eso era lo que me faltaba.

Un momento, ¿ella está hablando sola?

Salgo para confirmarlo y encuentro a una chica delgada, rubia un poco mas alta que yo. Observación importante: si está loca no podrá hacerme daño.

―Ah, ¿por qué todo lo malo tiene que pasarme a mí? ¡una mancha! ¡una maldita mancha!

Oh genial, alguien más quejándose de la vida como yo.

―Eso no saldrá, será mejor que te deshagas de ella.

Hablo despreocupada llamando su atención, ella me nota y enfoca sus ojos en los mios a través del espejo, ahí es donde noto que son de un azul intenso.

Su mirada me recuerda a alguien pero no sé a quién.

―¿Disculpa? ―la rubia habla confundida y apenada. Sonrío acercándome para lavar mis manos.

―La blusa ―señalo― será mejor que la saques.

―No puedo, solo tengo un centro debajo y en el reglamento no permite que usemos ropa descubierta.

La voz de la chica se apaga.

Yo la ojeo un poco antes de sacar mi chamarra.

―Toma ―le ofrezco, ella me ve desorbitada por unos segundos y va a negarse pero antes de que lo haga insisto―. La necesitas mas que yo solo tomala.

Una sonrisa agradecida aparece en su rostro cuando la toma pero antes de vestirla vuelve a verme sorprendida.

― ¿Estás segura? Yo no regalaría una BGS. original.

La sorpresa e incredulidad en su tono de voz hacen blanquear los ojos.

―Tomala, creeme que la marca es lo que menos me importa.

Porque mi armario está repleto de ellos―lo pienso, no lo digo.

La chica al final decide ponerse la chamarra y he de admitir que le queda mejor a ella que a mi. Debería ser modelo de mi madre.

―Gracias, me has salvado la vida ―su forma exagerada me hace sonreir. Ella me abraza y al separarnos extiende su mano hacia mi―, soy Anahí pero puedes decirme Any.

Mi sonrisa crece cuando nuestras manos se juntan.

―Dulce María o Dul. Es un gusto.

―el gusto es mio y creeme que me quedaría a charlar pero llego tarde. Espero verte pronto y si puedo ayudarte en algo no dudes en buscarme.

Ella toma sus cosas pero antes de que salga la detengo.

― ¡Espera! ―se detiene― soy nueva y estoy perdida así que si me guías a mi salón me estarías ayudando mucho.

Sus ojos brillan cuando se acerca para halar mi brazo, me lleva apresurada mientras hace preguntas y en uno de los pasillos retrocedemos. Por un momento creo que mi salón está al otro lado y por eso ha dado vuelta cuando le he dicho la clase que tengo a primera hora pero no es así y lo confirmo cuando atravesamos el patio.

La Linea En el Cielo [Vondy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora