Harry probablemente tiene que agradecer a sus propias agallas de haberle dado el valor necesario para preguntarle a Louis sobre tener algún día libre en el que él pudiera hacerle compañía, porque de otro modo, sabe que en este momento no estaría tratando de alisar una de sus pocas camisas informales para así por fin terminar de vestirse para lo que resulta ser su primera salida con el florista.
El tiempo de los días pasados realmente se le ha hecho corto, yéndose como si nada al estar inmerso en cada mensaje de texto que el castaño le ha enviado y mordisqueando su labio inferior infinitas veces al tratar de formular una respuesta que no evidenciara lo entusiasmado que se ha puesto por poder comunicarse con el joven contrario que no hace más que acelerar su corazón ante cada palabra o carita feliz que recibe en sus tipeos diarios.
Ha sido una verdadera complacencia para Harry el poder entablar una conversación entre ellos. Nada demasiado ostentoso, manteniéndolo simple en un intercambio que informa al otro brevemente sobre sus días y actividades cotidianas, al mismo tiempo en el que logran deslizar discretamente esas preguntas que les proporcionan algo de información comedida sobre algunos gustos o preferencias que de alguna manera evitan que la conversación deje de tener rumbo alguno.
No se ha convertido en un asunto aburrido y vacío, pues incluso las noches en vela han estado presentes debido a que ninguno de los dos parece querer desperdiciar algún segundo libre que tienen cuando sus tareas diarias les permiten un respiro que les hace saludar al otro virtualmente en un suspiro que ninguno sabe que comparten cuando una nueva notificación se asoma en las pantallas de sus celulares.
Y es en una de esas tantas pláticas en las que Harry ha vuelto a sacar el tema sobre la ocasión tan ansiada de poder volver a verse sin que el hecho de comprar flores se vea envuelto de alguna manera en un acto que no lo pinte a él como un cliente más, sino una implicación en la que el rizado se pueda involucrar de una manera más personal con el joven de ojos celestes.
Louis, sin olvidarse de su trato antes acordado, hubo respondido con una confirmación que a su vez rebotó la pregunta hacia Harry al cuestionarle si el día elegido por él estaba bien a su conveniencia.
Al final todo había resultado bastante sencillo y ninguno se opuso en la decisión de concretar una fecha y hora acomodadas para que sus pendientes personales no se vieran entrometidos entre sus planes.
Por eso ahora que la camisa ya no tiene alguna arruga y se posa sobre su torso, Harry está guardando un par de cosas en una mochila, que es realmente pequeña y sólo le sirve para ocasiones como esta ya que los objetos que transporta en ella son mínimos y no pesan mucho.
Precisa y singularmente para poder cumplir con lo acordado con Louis.
En su mayoría son comestibles. Varios tipos de fruta fresca, un poco de cereal y unas pocas nueces que ha podido encontrar en su alacena, todo para que la salida planeada se lleve a cabo tal y como lo ha discutido con el ojiazul. También lleva un par de botellas de agua, sólo por si acaso y por si en una emergencia imprevista llegan a sentir más sed a pesar de haber bebido el par de jugos que se supone que Louis va a llevar.
Harry no tiene idea de por qué se han tomado tanto tiempo en llegar a un plan tan bonito y pulido para una simple salida.
Para su primera salida.
Supone que ha sido para hacer de todo el asunto más agradable y menos incómodo. Asegurándose de que estén conformes con cada una de las ideas propuestas sin dejar alguna grieta que termine por molestarlos de sobremanera haciendo de su encuentro, un total fiasco.
Una vez todo ha quedado preparado y está seguro de que nada le hace falta, Harry se cuelga la mochila en los hombros y sale de su apartamento para dirigirse inmediatamente a su garaje en busca de lo que él considera ser su transporte preferido. Pues las veloces ráfagas de viento que pasan por la piel descubierta de sus brazos, esas que hacen que sus camisetas ondeen en su espalda al mismo tiempo en el que se refresca con gusto al sentir la brisa besarle el cuello y la nuca con premura, le otorgan las mejores sensaciones que él puede sentir plenamente día con día.
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New kisses ✦ larry
FanfictionEn el cumpleaños de su madre, Harry sólo quería unas flores para sorprenderla, pero se ha topado con un florista que le da la sonrisa más bella del mundo, y lo único que puede pensar es en cómo se sentirían sus labios contra los suyos en un palpitar...