PARTE 8

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Llegada la noche, el clima era frío y húmedo cada casa tenía en la entrada dos antorchas todo estaba en un silencio afligido solo se escuchaban los lejanos aullidos de un animal, Thomas estaba afuera de su casa había convocado a los pocos habitantes de Hilk. Tenía que dar un largo discurso de motivación, pero al ver los rostros de los sobrevivientes se sintió abatido, a su lado derecho estaba su esposa y su hija con la cabeza inclinada hacia abajo mostrando respeto el silencio reino por unos segundos más hasta que su esposa lo miro y le dirigió una sonrisa suave motivándolo para que iniciara su discurso. A su lado izquierdo estaba el líder de los Hilk. Thomas tomo aire y dijo:

-Se que lo sucedido ha sido muy duro y que va a dejar un enorme hoyo en nuestros corazones imposible de llenar -Hizo una pausa- Pero debemos luchar por nuestra gente caída, debemos resistir a todos los obstáculos que nos ponga Lismey nunca demostrarle miedo unir nuestras fuerzas para poder vencerla.

Se escucharon aplausos del público.

-He hablado con Thomas y he tomado una decisión que nos beneficiara – Brett tomo la palabra- Como líder es mi trabajo ponerlos a salvo, por esto después de varias charlas he votado a favor de que los Hilk hagan desde hoy parte de los Dey -Su voz era fuerte y trataba de reflejar confianza – Nuestras fuerzas de defensa están débiles, ahora somos menos, Thomas y los Dey nos han sido de mucha ayuda y nuestra forma de pagarlo será uniéndonos a ellos para así quizás poder ganar esta batalla.

Thomas miro a Brett e hizo una reverencia al pueblo, estaba agradecido con la decisión.

Las personas aplaudían y silbaban.

Al volver el silencio y Brett continuo.

-Así que -Busco en el bolsillo de su pantalón y saco un reloj que brillaba como el oro- Será mejor que tengas esto – Se dirigió a Thomas.

Thomas lo miro atónito.

-No creo que haga falta.

-Esto es una emergencia -Levanto el reloj, enseñándoles a todos, la luz de la luna reflejaba en el pequeños brillos - Así es, este es uno de los amuletos, hecho por los seis sabios, se le ha otorgado a cada líder de Hilk generación tras generación con un único fin, proteger a su pueblo -Lo cambio de mano- Ahora somos parte de los Dey y por ello lo mejor será que lo tenga su líder, nuestro líder- Extendió su mano para que Thomas lo tomara.

Todos estaban asombrados algunos murmullos corrían entre el público, mientras unos hablan del hecho de que jamás habían visto un amuleto en persona y de cómo se llegó a pensar que solo eran un mito para que los habitantes se sintieran respaldados ante cualquier calamidad otros pensaban que el dárselo al líder de los Dey era una decisión apresurada y poco responsable.

Thomas dudaba no quería cuestionar a Brett, pero…, se acercó a él y en voz baja le dijo:

-No recuerdas lo que dice la ley, el amuleto solo se entrega a un niño que tenga quince años. -Se empezaba a sentir incómodo.

-Lo sé, pero mi gente ya no tiene jóvenes ni ejército. – Respondió Brett- No digas más, acéptalo como un acto de agradecimiento por recibirnos.

Thomas miro el amuleto pensó que no era correcto miro al público eran una mezcla de cientos de emociones, volvió la vista a Brett le dio una sonrisa forzada, puso su mano encima del reloj hubo un silencio y Brett dijo:

-Yo Brett líder de los Hilk elijó a Thomas para que sea el próximo sucesor del amuleto.

Después de decir las últimas palabras el reloj empezó a brillar cada vez más y de repente el objeto dejo de ser solido tenía la apariencia de oro derretido que de un momento a otro comenzó a deslizarse por la mano de Thomas el brillo no cesaba todos miraban pasmados, lo que veían sus ojos era indescriptible el líquido subió por el brazo de Thomas hasta su cuello y allí se detuvo junto con la luz brillante que después se tornó de un color anaranjado cada vez más grande hasta cubrir todo el cuerpo de Thomas.

LANCE (Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora