LANCE (Edición)

PARTE 4

La niebla empezaba a desaparecer todos tenían atadas las manos, los habían puesto en línea hombro con hombro arrodillados en el pasto, al frente de ellos se encontraba ahora un grupo de aproximadamente diez personas todos hombres, estaban todos uniformados con una camisa negra de mangas hasta los codos de la cintura les colgaba un cinturón de color gris el cual tenía dos compartimientos a cada lado donde se podían visualizar un par de cuchillos de mango negro, pantalones grises con una línea negra  que recorría toda la pierna derecha y botas negras, algunos llevaban guantes. El chico que había luchado antes con Jake sangraba de labio inferior, limpiándose la boca dijo:

-Revisen las muñecas de cada uno. -Ordeno a los hombre que lo acompañaban.

El chico tenía el cabello rubio lizo, tez clara, tendría unos diecisiete años, ojos de color gris observaba detalladamente un papel que llevaba en la mano el cual había sacado de su cinturón y que guardo minuciosamente después.

-Axel, de los cinco dos tiene la cortada de los Sover. - dijo uno de los hombres al chico.

-Aparten a los dos de los demás. –exigió Axel.

Los obligaron a caminar por horas no sabían a donde se dirigían ni se atrevían a preguntar, primero iba Axel con tres hombres detrás Ema, Ian y Airin a cada lado iba un hombre y detrás estaban Dylan y Jake con cinco hombres vigilándolos.

Se empezaron a ver a lo lejos algunas casas, al parecer habían llegado a un apartado pueblo de aspecto rustico, pero bien cuidado los tonos del medio día pintaban suavemente el lugar dándole un aire casero a su paso personas salían a observarlos algunos mostraban poco interés por los recién llegados, pero había quienes en sus rostros reflejaban curiosidad y temor algunos niños jugaban en el pasto no se percataron de su llegada, cruzaron casi todo el pueblo hasta detenerse en el frente de una casa que era más grande que el resto, Axel se dio la vuelta quedando en frente de todos, dijo:

-Ya saben qué hacer con los dos Dala.
Dos de los hombres que venían junto a Dylan y Jake los tomaron del brazo y bruscamente se los llevaron Ema, Ian y Airin no lograron ver hacia donde, aún no sabían lo que ocurría, pero no debía ser nada bueno un momento después apareció en el umbral de la puerta de la gran casa un hombre de unos cuarenta años, tenía buen físico.

- Señor Thomas estas son las personas que encontramos hoy. -Dijo Axel.

-¿Qué edad tienen?.-Pregunto Thomas con una voz grave y profunda miraba fijamente a los chicos.

-Quince. - Respondieron al unísono este hombre los intimidaba un poco.

-Quince, apenas son unos niños, llévalos al rincón. -Dijo Thomas
Axel iba a proseguir a llevárselos al rincón en eso Thomas intervino:

-Oye niño, ¿cómo te llamas? –dijo señalando a Ian.

-Me llamo Ian. -contesto

Thomas callo por unos segundos miraba a Ian pensativo al final dijo- llévate solo a las niñas, deja a Ian -Ordeno Thomas con una sonrisa pícara.

Axel tomo a Ema y Airin del brazo para llevárselas, Airin intento resistirse poniendo si cuerpo rígido pero esto no le sirvió ya que Axel le ganaba en fuerza mientras Ema no opuso resistencia alguna, cada vez se alejaban más y antes de perder por completo de vista a Ian Airin logro darse la vuelta para mirar atrás y vio como Thomas le decía algo a su amigo que lo hizo entrar a la casa, Axel las llevo hasta la última casa de la desplantada por la que se extendía el pueblo junto a ella había un enorme corral de ovejas Axel abrió el candado y entraron en el fondo tirado en el piso había un tronco podrido cerca de la reja del corral, Alex soltó los aros gruesos de las muñecas de Ema y la amarro con los mismos a la reja, mientras hacía esto Airin sin pensarlo dos veces al ver a Alex distraído salió corriendo esquivando algunas ovejas hasta la entrada del corral pero Axel se dio cuenta y agarro un palo que había en el pasto apunto hacia Airin, a quien le faltaba poco para llegar a la entrada, el palo voló hasta los pies de Airin e hizo que perdiera el equilibrio y callera de frente en un pozo de lodo.
Axel aseguro la entrada del corral desde lo lejos Ema le grito: