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—Mi Lord. —El mensajero realizó una reverencia. Se encontraba exhausto, sudoroso y sucio—. Es el ejército de Morgana—respiro hondo y agitado.

—Continua—ordenó el rey.

—Cabalgué lo más rápido posible. Avanzan rápidamente hacia los cerros, al norte, están llegando a los límites de Camelot, son demasiado Señor. Destruyen todo a su paso.

La preocupación invadió al rey. Aunque tenia tiempo de prepararse, de preparar al pueblo. Tomaría todos los recaudos y prepararía a su ejército.

—Lleven a este hombre con Gaius, denle de comer y beber.

—Hay algo mas Mi lord—el mensajero trago duro y agachó la cabeza y con un hilo de voz continuó— se rumorea que su antiguo sirviente esta con los druidas.

El rostro de Arturo se endureció. Hizo una seña para que se lleven al mensajero a las cámaras del doctor.

Los guardias salieron escoltando y ayudando al hombre que apenas se podía mantener en pie.

—León, junta a los caballeros, nos vemos en la mesa en una hora. Debemos actuar cuanto antes—continuó Arturo. León realizó una rápida reverencia y salió del salón.

Arturo tomó una decisión. Una vez todos reunidos habló.

—Iré a retener todo lo posible el avance de Morgana. Llevaré conmigo a mis mejores hombres excepto a uno—dirigió la vista hacia Sir León—. León has sido fiel tanto a mi como a mi padre. Has peleado a mi lado codo a codo y jamás te has acobardado. Por lo que te pido que te quedes y te hagas cargo del reino, organices la defensa de la ciudad y cuides de la gente.

Todos en la mesa quedaron atónitos. León no salía de su asombro. Tragó duro, no sabía si era capaz de tanta responsabilidad. Dirigir un ejército sí, juraría que nació para eso, pero ¿Un reino?

—Se que lo que pido es grande, sin embargo estoy seguro de lo que hago. No confiaría en nadie más.

—Será más que un honor Seño. Y juro ante esta mesa redonda dar hasta mi último aliento por el reino.

—Se que así será—concluyó el rey sin permitir ni un "pero" respecto a sus decisiones.

—Se que así será—concluyó el rey sin permitir ni un "pero" respecto a sus decisiones

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La reunión prosiguió. Se dieron las ultimas órdenes. Los caballeros que acompañarían al rey, como se organizaría la evacuación de la ciudadela. Gwen también participó de la reunión, la morena es la voz del pueblo, ella transmite las preocupaciones y necesidades de la gente, Arturo la hizo participe de la mesa redonda como vocera del pueblo. Ella se encargaría de advertir al pueblo y de la colecta de alimentos para el sitio. Gaius se encargaría de conseguir suficiente medicina, gasas, toallas limpias y todo lo necesario para curar a los heridos. Y así cada uno tenía sus órdenes. Arturo dejaría todo organizado antes de partir. Terminada la reunión hizo reunir a todos en el salón del trono y ante el asombro de los presentes hizo jurar lealtad y obediencia hacia Sir León, no escuchó ni a los más ancianos del consejo que le rogaron que no se fuera, sin embargo el corazón de Arturo ya estaba viajando hacia el encuentro de su amado hechicero.

Por siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora