Capítulo 1 | Los Halcones Bicentenarios

116K 14.1K 90.5K
                                    

Hendry

Restaban solo quince segundos en el reloj para que el árbitro diera por terminado el partido. Sentados sobre las gradas de la tribuna, cientos de adolescentes esperaban con entusiasmo el marcador final, muchos apoyando a su equipo favorito y otros abucheando al equipo contrario. En una orilla del campo, las animadoras pronunciaban palabras de aliento para los jugadores, sacudiendo sus coloridos y regordetes pompones.

Hendry Cross, de diecisiete años, observó detenidamente el terreno de juego, estudiando las posiciones de sus compañeros de equipo mientras ideaba un montón de jugadas ganadoras en su cabeza. Las Águilas de Bronx los habían obligado a retroceder un par de yardas, pero eso no significaba ningún problema para él.

Hendry sabía exactamente lo que tenía que hacer.

Tras recibir el balón por parte de Jonas Young, el center del equipo, dos jugadores defensivos trataron de interceptarlo con la finalidad de arruinar su jugada, pero ambos fueron rápidamente bloqueados por Thomas Anderson y Jared Rivera, los corredores, cuya tarea principal era detener los ataques dirigidos al mariscal. Con el área despejada, Hendry observó las posiciones de sus compañeros una última vez, levantó el brazo izquierdo y sin más, realizó un feroz lanzamiento que dejó a todos y cada uno de los espectadores con la boca bien abierta.

El balón de cuero sobrevoló por la mitad del campo hasta ser atrapado por Noah Parker, uno de los receptores del equipo, quien no dudó en emprender una veloz carrera hacia la zona de anotación. Por supuesto, Hendry había previsto que la jugada no iba a ser tan sencilla. Aun así, no se sorprendió cuando tres jugadores salieron corriendo detrás de Noah. Lo que ellos no sabían era que, además de ser el jugador más rápido de los Halcones, Noah poseía una agilidad comparable a la de una liebre. En un abrir y cerrar de ojos, el chico llegó a la zona de anotación realizando un touchdown de seis puntos, dándole la vuelta al marcador.

El estadio entero estalló en gritos y aplausos.

Los Halcones Bicentenarios habían ganado el campeonato.

Aprovechando el alboroto que se produjo cuando los jugadores de banquillo y las animadoras del equipo se arrojaron al campo para celebrar todos juntos, Hendry se quitó el casco negro con blanco de la cabeza y se sacó el protector bucal de la boca. Pasándose una mano por su humedecido y alborotado cabello dorado, vio a Paige Campbell, su preciosa novia, corriendo hacia él con una enorme sonrisa en los labios.

Por desgracia para ella, justo en ese momento, Hendry vislumbró la silueta de otra chica entre todo el gentío acercándose a una gran velocidad. Sin pensarlo, se giró para atraparla en cuanto esta se lanzó a sus brazos.

—¡Ese pase fue jodidamente espectacular! —gritó Padme con una emoción casi palpable, aferrándose a él con brazos y piernas al igual que un oso koala—. ¡Estuviste a punto de mandar ese balón a la luna!

Hendry sonrió de oreja a oreja.

—Venga ya, que tampoco ha sido para tanto.

Padme resopló y luego puso los ojos en blanco.

—Ojalá hubieras visto la reacción del entrenador Taylor cuando te vio hacer ese asombroso lanzamiento. El pobre se sorprendió tanto que dejó caer su banderilla al suelo. ¡Lo peor es que aun así la levantó y se la comió!

—Eso es asqueroso —expresó Hendry con cara de disgusto.

—¡Ya lo sé! —Ella intensificó abrazo y él la abrazó de vuelta—. ¡Felicidades por el triunfo, Cross!

Junto a ellos, una persona carraspeó de forma exagerada para llamar la atención de ambos. Cuando Hendry y Padme giraron sus cabezas hacia aquel sonido, vieron a la pelirroja más atractiva del instituto mirándolos con los brazos cruzados sobre su pecho, además de una expresión para nada agradable en el rostro.

Beautiful Serendipity ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora