Capítulo 2 | Fiesta + Adolescentes + Alcohol = Mala idea

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Padme

—¿Una fiesta? —repitió Padme, inclinando un poco la cabeza—. ¿De quién?

—De Sophie Baker —respondió Hendry, mirando a los dos hermanos. Se parecían mucho, aunque Anakin era bastante más alto que Padme—. Están celebrando el triunfo de los Halcones en su casa. ¿Quieren ir?

Sophie Baker no solo era la mejor amiga de Paige Campbell (sí, esa chica que se la pasaba mirándola como si quisiera clavarle un cuchillo en el cuello), también formaba parte del equipo de animadoras, lo que la convertía en una de las chicas más populares del instituto. Que la fiesta fuese en su casa significaba que Noah también iba a estar ahí. Pensar en él hizo que Padme sintiera miles de mariposas danzando alegremente en su estómago.

—¿Tú quieres ir, Annie? —le preguntó a su hermano, solo en caso de que él no quisiera.

Por un momento, Padme pensó que este se negaría. Conocía muy bien a su hermano y sabía que odiaba profundamente las multitudes. Sin embargo y para su sorpresa, Anakin respondió encogiéndose de hombros.

—Me da igual, la verdad.

Hendry tomó eso como un por parte de ambos y agitó las llaves de su camioneta.

—Venga, ¿y qué esperan entonces para ir a guardar la comida china en el refrigerador? —exclamó, señalando las bolsas de plástico blancas—. Ya nos la comeremos después. Además, fría sabe aún mejor.

Padme asintió y junto con Anakin, llevaron las bolsas de plástico a la cocina. Al detenerse frente al refrigerador para guardar la comida china, no pudo evitar mirarlo con una expresión de sospecha.

—¿Por qué aceptaste ir a la fiesta? —le preguntó Padme a su hermano, entrecerrando los ojos.

Anakin se volvió para mirarla y entrecerró los ojos también, imitando la expresión en su rostro.

—¿Por qué aceptaste ir a la fiesta? —contraatacó él con el mismo tono de voz.

En lugar de responder, Padme comenzó a sacar las cajitas de cartón blanco de las bolsas de plástico y se las pasó a su hermano para que él las guardara dentro del refrigerador.

—No sé, pensé que podría ser divertido. Ya sabes, nunca nos invitan a esas fiestas.

—Es por Noah, ¿cierto? —exclamó Anakin, llevándose un camarón empanizado a la boca—. Das por hecho que él va a estar en esa fiesta y quieres ir para suspirar por él a la distancia como siempre lo haces.

Padme sintió que se le calentaban las mejillas, pero no lo negó.

—Sí, ya sé lo que estás pensando. —Suspiró—. Noah ni siquiera sabe que existo.

Pero Anakin negó con la cabeza, dejando en claro que eso no era lo que estaba pensando.

—No, en realidad creo que ya es hora de que hagas toda tu vergüenza a un lado y te animes a hablarle. —Masticó ahora un trozo de brócoli—. Que Noah sea amigo de Jonas y Alex no significa que sea como ellos.

—Eso ya lo sé, por eso me gusta —confesó Padme con la cara ardiendo.

Anakin sonrió al ver a su hermana tan avergonzada.

—¿Y qué es lo que estás esperando para hablarle? Deberías saludarlo cuando lo veas en la fiesta.

—¡¿Te volviste loco?!

—No, estoy hablando muy en serio —respondió él con la boca llena, lamiéndose los restos de salsa de los labios—. Nuestros padres no criaron a una perra débil, ¿ya lo olvidaste? Tú misma dijiste eso el otro día.

Beautiful Serendipity ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora