Hendry
La última vez que Hendry Cross vio a Valentina Williams, él tenía doce y ella dieciocho. Desde entonces habían pasado cinco largos años, por lo que la imagen que Hendry tenía de ella era una completamente distinta a la que Valentina tenía en ese momento. Ahora, la encantadora joven que caminaba junto a Benson Presley, no solo parecía mucho más madura y elegante que antes, sino que también, se había vuelto mucho más hermosa de lo que él recordaba. Por esa razón, Hendry no pudo apartar sus ojos grises de ella desde el primer instante en el que la vio salir de la oficina del director.
—¿Esa de ahí es Vale? —preguntó Padme, tirando de la manga del uniforme de su hermano.
Anakin, que se encontraba ocupado haciendo algo muy sospechoso dentro de su casillero, se dio la vuelta para seguir la mirada de su hermana. Al comprobar que, en efecto, se trataba de la chica que hacía suspirar a Hendry desde que este era muy pequeño, una sonrisa burlona tiró de sus labios.
—Vaya, parece que todavía tiene ese superpoder de paralizar a Cross por completo.
Padme soltó una risita y luego agitó una mano frente al rostro del afectado.
—¿Hola? ¿Estás ahí, Hendry? —Pero Hendry no respondió. Fue como si se hubiese convertido en piedra después de mirar a Valentina—. ¿Debería golpearlo o algo?
—Espera, primero quiero tomar una foto de su cara para burlarnos de él en otro momento.
Sin embargo, justo cuando Anakin preparaba la cámara de su teléfono celular para hacerle una fotografía a la graciosa expresión que Hendry tenía en el rostro, este salió abruptamente de su aturdimiento, frunció un poco el ceño y le arrebató el móvil de las manos con un rápido movimiento.
—La próxima vez que intentes tomarme una fotografía mientras estoy distraído voy a partirte el cráneo en dos, ¿me escuchaste bien, imbécil? —le advirtió severamente al dueño del teléfono.
De un segundo a otro, Hendry notó como el pálido rostro de Anakin se tornaba de color azul.
—Sí, fuerte y claro —repuso él, estirando una mano—. Ahora dame mi teléfono.
—¿Qué harás si no quiero?
—Dame mi teléfono.
—Oh, acaba de llegarte un mensaje —murmuró Hendry con una sonrisa malvada, mirando la pantalla del teléfono de Anakin—. Espera un segundo... ¿estás saliendo con alguien?
—¡Valentina! —gritó Anakin sin titubear, llamando la atención de la joven de cabello marrón.
Valentina, que todavía estaba hablando de algo con el director Presley mientras caminaban por el pasillo principal, giró la cabeza al escuchar su nombre. Al verlos, una sonrisa tiró de sus labios.
—¿Qué demonios estás haciendo? —gruñó Hendry entre dientes, paralizándose de nuevo.
—¿Qué? ¿No querías saludarla? —se burló Anakin, recuperando su teléfono celular.
—Hijo de...
—¡Chicos, cuánto tiempo sin verlos! —exclamó Valentina con su melodiosa voz, provocándole a Hendry un cosquilleo extraño en el estómago—. No esperaba encontrarme con ustedes tan rápido.
—¡Valentina! —chilló Padme muy alegre, lanzándose sobre ella para darle uno de sus calurosos abrazos—. ¡Sabía que eras tú, lo sabía! —le dio un beso en la mejilla—. ¿Qué estás haciendo aquí?
—Bueno, se supone que iba a ser una sorpresa —comenzó ella, respondiendo a su abrazo con la misma fuerza—. Pero ya que me han descubierto, supongo que no tengo más remedio que decirles.
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Beautiful Serendipity ©
Teen FictionUna "serendipia" es un descubrimiento o un hallazgo afortunado, valioso e inesperado que se produce de manera accidental, casual, o cuando se está buscando una cosa completamente distinta.