Varios jóvenes cerraban las puertas de sus laboratorios en W.E.B. Ya era momento de ir a casa y descansar o tal vez divertirse con sus amigos al parque. Uno no sabe que van a hacer.
— ¿Ellos son mis tíos?— un niño pelinegro pregunta mientras apuntaba la foto de dos señores.
Ambos estaban abrazados y en medio de ellos estaba un pequeño castaño de lentes claros y redondos.
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— Si. Ellos son tus tíos— Peter contestó. Observó la foto con tristeza, hubiera deseado profundamente que ellos conocieran a su pequeño primogénito y los otros dos pequeños—. Ellos era las mejores personas que existían en todo el universo. Gracias a ellos tengo todo esto, soy un gran hombre, y…por ellos ayudo a toda la gente.
Él niño que estaba sentado en su regazo, alzó la mirada para ver qué una lágrima salía del ojo de su papá. Bennett miró confundido a Peter por unos segundos, después miró la foto de sus dos tíos y la versión niño de su papá.
— Son muy bonitos— Peter sonrió por lo que su primogénito dijo de sus dos tíos—. Y ese niño se parece mucho a mi. ¿Soy yo?
Peter observa la foto. Se refería a él cuando estaba pequeño.
— No. Ese soy yo cuando estaba más pequeño, tenía ocho años en ese entonces— Bennett miró a su papá para después mirar la foto.
Con su expresión, parecía estar confundido pero después se dejó esa expresión y sonrió.
— Es cierto. Se parece más a ti— el niño sonrió al ver a su papá de pequeño—. Los tres se miraban muy bonitos.
— Si. Éramos una bonita familia.
El castaño le dejó un beso en la cabeza de su hijo. Este se levantó y rápidamente abrazó a su papá, Peter abrió los ojos sorprendido, nunca esperó que él niño tomara la iniciativa de abrazarlo.
Dejó esa sorpresa de lado y abrazó al pequeño Brant con suavidad. Una linda escena de padre e hijo se había formado en cuestión de segundos.
— Te amo mucho, papá— las palabras de Bennett hicieron que el corazón de Peter se derritiera.
— Yo también te amo, mi pequeño— abrazó al niño con un poco más de fuerza.
Eso no lo molestó en absoluto. A su edad, el pequeño ya alza kilo y medio sin tanta dificultad, por lo que un abrazo de amor no le molestaba.
— Son tan lindos ustedes dos.
Peter y Bennett se separan del abrazo para ver quién era el que había hablado. Pudieron ver a una mujer parada en la entrada de la oficina de Peter.
— ¡Mamá!— Bennett gritó mientras saltaba de la silla y salía corriendo para abrazar a su mamá.
Ella sonrió antes de atrapar a su pequeño hijo en un abrazo. Peter sonrió al verlos tan felices, esto es siempre lo que quería, y lo logró. Miró su computadora por unos momentos, escuchaba como los dos Brant estaban hablando pero no supo que decían claramente.
