Capítulo 20 Nuevos humanos

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Una semana de tranquilidad pasó desde la llegada de Donají. Extrañamente para todos las flores florearon, la maleza creció y los árboles se expandieron, las brisas matutinas eran más refrescantes y el aire por alguna razón estaba un poco más limpio que antes. Los animales no se quedaban atrás, más aves sobrevolaban esos cielos, los perros lloraban menos por las noches y los colibríes y abejas paseaban con más frecuencia. Era como si todo se contagiara de su presencia y embelleciera la ciudad.

— ¡Donají! — se escuchaba a Marien bajar las escaleras velozmente hasta donde ella estaba bebiendo café en la ventana de la sala. —Tienes que ver esto— exclamó dándole el celular y mostrándole un vídeo subtitulado en pausa.

Al reproducirlo se podía ver a una chica de tez clara frente al lente de la cámara, su cara se mostraba un poco demacrada, sus ojos tenían ojeras y les faltaba brillo, su boca se miraba reseca y tragaba saliva forzada y constantemente, su respiración se escuchaba arrastrada y parecía que en cualquier momento caería dormida.

—Mi nombre es Kim Eun Jeong de Ongjin en Corea del Norte. Desde hace unas semanas el gobierno de mi país ha estado buscando a cualquiera que pueda presentar habilidades extraordinarias en toda la región— trago saliva y recuperó el aire, —Todo aquel del que se sospeche es llevado a Pyonyang donde es sometido a diferentes pruebas para comprobar o negar las habilidades de las que se le acusa... Somos llevados a la fuerza y torturados hasta que mostremos lo que quieren o morimos— alcanzo a decir antes de que la voz se le rompiera y segundos después alguien tocará la puerta con desesperación asustando a la mujer que volteo desesperadamente hacía el umbral esperando la intervención inmediata de alguien que no estaba ahí por lo que corrió para cerrarla con cuidado regresando hacia la cámara y escondiéndola entre la ropa para que no fuera sencillo verla, —Si tu tienes habilidades escóndete y no dejes que nadie te encuentre o vendrán por ti— alcanzo a susurrar llena de angustia para después esconderse en el ropero de su izquierda mientras la cámara seguía encendida.

Un fuerte golpe hizo saber que habían entrado a la casa, pronto personas vestidas de verde se podían observar ingresando al cuarto buscando algo o a alguien. La tensión crecía con cada milisegundo que aparecían en pantalla buscando debajo de la cama, el baño y por último el ropero donde la chica permanecían hasta que fue sacada a la fuerza del cabello entre gritos irritantes que hacían vibrar todo a su alrededor y sollozos desesperados que iban disminuyendo mientras ella era alejada de aquel lugar.

—Me lo acaba de mandar Isaac, sucedió en vivo hace dos horas— exclamó con cierto temor en su voz ante una joven pensante que no quitaba la mirada de la pared.

—Pensé que no creías eso— argumento con indiferencia para desviar la atención del problema pues lo que menos quería era que ella se involucra en algo que la pusiera en peligro.

—Eso creía antes de que viera este video, y muchas personas cercanas comenzarán a investigar sobre el tema— explicó guardando su celular, — ¡Todos deben saber lo que está pasando! Y alguien tiene que hacer algo al respecto— finalizó marchándose camino a su cuarto.

—Tenías que estudiar periodismo y heredar el buen corazón— susurró cuando ella ya no estaba.

Sus pensamientos la confundían, no sabía si debía hacer algo o seguir de nuevo con su vida como si nada estuviera ocurriendo. La selva la necesita para mantenerse equilibrada y si la atrapaban y moría todo lo que se le encomendó y por lo que luchó por proteger desaparecería con ella.


La tarde llegó mientras Marien, Isaac y otros compañeros se encontraban en la oficina que habían creado en el cuarto de Donají.

—Cuando mamá me dijo que no te prestará todo por qué abusarías no le creí— exclamó la joven al abrir la puerta de su dormitorio y ver a 5 personas en ese lugar.

Donají: El Renacer de un GuardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora