V. Secretos en la niebla

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Nunca había sido buena tratando con otros y muchos menos con niños, ni mencionar el intentar consolar a alguien más.

Mientras jabonaba la cabeza de Lilly pensaba la mejor manera para disculparme con ella. Quizás nunca me perdonaría por haber matado a su madre, nuevamente, pero al menos quería que supiera que lo sentía.

A petición de Adam nos bañamos juntas pero durante todo ese tiempo ninguna de las dos habló. Su actitud imperturbable, el tenso silencio y el vapor en la habitación tornó incómodo el ambiente. Estábamos dentro de la bañera, cuando de pronto, la voz infantil de Lilly surgió de su garganta.

—Ese shampoo era el favorito de mi mamá— dijo señalando el envase que acaba de tomar para aplicar su contenido sobre mi cabello. —Le gustaba el olor a cereza... La extraño mucho— gimoteó la pequeña como si intentase reprimir su llanto.

No sabía qué palabras decir para aliviar su corazón pero conocía de sobra el dolor de perder a tu madre.

—Yo también extraño a mi madre—solté con tristeza.— Hace dos noches la perdí para siempre.Ella solía oler a miel y bombón siempre me pareció un aroma empalagoso pero ahora lo extraño mucho—Los ojos de Lilly se llenaron de lágrimas a medida que me escuchaba.—Mientras recuerdes esos pequeños detalles y como intento protegerte hasta el último momento, ella jamás morirá en tu corazón, siempre estará viva en ti— Lilly se lanzó llorando sobre mí, las lágrimas que había intentado reprimir escapaban de sus ojos y tan solo atiné a rodearla con mis brazos.

A pesar de su corta edad estaba haciendo un esfuerzo en adaptarse a la situación y ni yo ni Adam estábamos conscientes de su valiente esfuerzo. Al verla, recordé lo mucho que había anhelado un hermanito; me imagino que de tenerlo, hubiera querido protegerlo como a Lilly en ese momento.

Pasé mi mano sobre su cabeza y le regale una solemne sonrisa. Estaba tan distraída que la estrepitosa entrada de Adam me tomó por sorpresa.

—¡¿Se encuentran bien?! ¡¿Qué sucede?!— preguntó preocupado abriendo la puerta de golpe dejando al aire frío entrar.

—Estamos bien...—dijo Lilly apartando sus lágrimas con sus manos.

Conmocionada por la entrada de su hermano y recordando penosamente que me encontraba desnuda, tomé lo primero que encontré y se lo lancé a Adam para obligarlo a salir a la brevedad.

—¡Sal de aquí!— grité al mismo tiempo que envases de shampoo y barras de jabón salieron volando; Adam huyó despavorido al acto.

—¿No te agrada mi hermano?— me preguntó Lilly un poco más recompuesta y yo la mire crédula.

—Claro que me agrada ¿Por qué crees eso?— le pregunté confundida. No conocía tanto a Adam pero tampoco me era indiferente.

— Siempre le gritas— confesó la pequeña tímidamente y luego añadió— le gritas como mi mamá le gritaba a mi papá.

—¿Ah sí?— reí nerviosa por esa revelación y traté de imaginarme a la madre de Adam gritándole al hombre rubio de amable sonrisa que aparecía en las fotos familiares.

Un rato después salimos del baño envueltas en un par de toallas y nos dirigimos al cuarto de los padres de Adam para vestirnos. Él se encontraba ahí acomodando ropa para que Lilly se vistiera y luego, lo vi guardar algo de manera apresurada en el bolsillo de su sudadera.

—Lo lamento, saldré enseguida— dijo sin alzar su mirada hacia nosotras y se dirigió hacia la puerta, seguramente aún recordaba el episodio del baño.

—Iré a bañarme, he subido tu katana y tu mochila para que puedas cambiarte— me informó y cerró la puerta al salir.

Lilly y yo quedamos solas y nos vestimos. Una vez que terminamos de arreglarnos, ayudé a Lilly a peinar su cabello.

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⏰ Última actualización: Aug 28, 2021 ⏰

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