Capítulo 4: Tomó Mi Cintura

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-Si, es ella -dice Lily y yo me acerco a la ventana-

-Es verdad -digo y abro la puerta- Elizabeth , ¿que haces ahí?

-Buscaba vuestra casa -sonríe acercandose al porche- Alen me dijo que vivías aquí, lo encontré en el bosque antes de venir.

-Pasa -digo y seguidamente ella se adentra a la casa- ¿Que pasa Elizabeth, necesitabas algo?

-Oh no, tranquila, traía algo para tu hermana -dice sonriendo- lo encontré en el bosque está mañana, justo después de que te fuese-...

-Shhh -le interrumpo-
Ella me mira a mí y a mi hermana y parece comprender la referencia-

-Oh, claro, em, lo traje para ella -dice sacando una piedra preciosa de su saco marrón, es morada, y brilla tanto como un diamante, le entrega el cristal a mi hermana y le sonríe-

-¿Que se dice Lily? -le doy un pequeño empujón en el hombro-

-Gracias -responde mi hermanita sonriendo y girando el cristal a la luz del sol que entraba por la ventana-

-De nada Lily -sonríe la pelirroja-

Dejo a George sobre la mecedora de padre, apoyando su espalda en el regazo, doy con la punta de mi pie a la pata y esta se comienza a mecer.

-¿Quieres algo de beber?

-No gracias, así estoy bien -ella me sonríe de lado-

Cada vez se parece más a un hada, puede ser que Lily tuviese más razón de la que creía.

-Segura, ¿no tomas asiento? -señalo la mesa de madera blanca con la palma de mi mano extendida-

-No, no quiero molestar...

-Tú no molestas -sonrío- toma asiento, sacaré algo de beber.

Elizabeth se sienta en el banco de la mesa, alzó la mirada hasta la ventana mientras sirvo un vaso, veo a madre caminar hasta la valla, luego el pozo.

-Tienes que esconderte, madre está aquí -digo levantándola de la mesa- sube arriba, hasta el desván, espera allí -digo empujándola al borde de las escaleras-

Camino hacia Lily.

-Sube, sube y guarda tu regalo en tu habitación -sonrío y la veo ir a las escaleras-

Madre abre la puerta y yo disimulo moviendo la mecedora dónde está George.

-¡Madre! ¿Que hace aquí tan temprano?

-Me olvide el costurero, el de los hilos caros -dice sacudiendo los zapatos en la la alfombrilla de la entrada-

-Ouh, ahora mismo se lo traigo madre...

-No te preocupes, creo que lo deje en el desván, seguramente este en el mueble en el que está tu espejo, iré a por él.

-No madre -digo corriendo- yo se lo traigo, parece cansada, tome -sirvo el vaso, que anteriormente era para Elizabeth, con agua y se lo doy- voy a por su costurero.

Subo las escaleras como si se tratase de mi vida, y entro en mi cuarto.

-Shhhh -digo mirando a Elizabeth y abro la puerta del mueble con la llave-

-¡Ariana date prisa! -dice madre desde abajo-

-No digas nada -susurro a Elizabeth-
Ella me da una sonrisa y la acompaña asintiendo como respuesta.

Bajo la escaleras y le doy el costurero a madre.

-Gracias -dice mirando el costurero- no prepares nada de cenar, ya haré algo yo ¿vale?

-Si madre -me despido dándole un beso en la mejilla-
Sonrío viéndola salir ya aliviada.

Cuando veo que madre ya ha cruzado la valla y le aseguro que no vuelva a entrar en casa, subo las escaleras y entro al desván.

-Duermes en un desván -me dice-

-Algo así... Es que ya no podía dormir con Lily pateando.

-Comprendo -sonríe- lo siento, no quería causarte problemas.

-No te preocupes, no se entero ni sospechó de nada.

Oigo la puerta principal abrirse y pasos en las escaleras. Empujó a Elizabeth contra la pared, la pego tras la puerta y me acerco a ella para esconderme tras esta, me ocupo de que la puerta nos tape a las dos mientras crujen los escalones de madera, me aprieto aún más contra ella y cierro los ojos, rezando para que madre no haya vuelto. Noto como alguien entra en la habitación, como si los ojos inexistentes de mi nuca me avisarán.

Aprieto los ojos esperando una reprimenda de madre y aferrándome a los hombros de Elizabeth, a escasos centímetros de su rostro. Ella toma mi cintura, me gira sobre mí misma y algo tira de mi delantal, como si quisiese que abriese los ojos.
¿Y los gritos de madre?

-¿Que hacíais? -pregunta mi hermana mirándonos desde abajo, con la cabeza ladeada, como un cachorro que pide de comer-

-¿Y madre? -pregunto-

-Se fue, hace un rato -explica Lily-

-Ahhh -digo dándome la vuelta-
Al ver la cara de Elizabeth y darme cuenta de el ridículo que acababa de hacer, hago una mueca y derrepente mi cara se convierte en uno de los tomates de nuestro huerto. Pe-perdón -tartamudeo, apenas pudiendo pronunciar la palabra-

-No es nada -ella me sonríe-
Toma mi mano, la que estaba al lateral de mi vestido y la acaricia.
-Espero volver a verte Ariana, y beber algo sin que un costurero nos interrumpa -dice- al fin y al cabo te debo una piedra preciosa a ti también.

Es "espero volver a verte" siempre era su forma de despedirse de mi, no me gustaba, y eso que viniendo de ella todo me gustaba, pero lo decía como si se despidiera, como si nunca nos volveríamos a ver, y no me gustaba esa idea.

-Adiós -dijo acariciando la cara de Lily y salió por esa puerta-

Siempre era igual, se iba como venía, sigilosa y rápidamente, desaparecía, tenía todos los dotes que tendría un hada.

Elizabeth

No mentiré, volví para verla, me presente en la puerta de su casa sin previo aviso porque yo ya no necesitaba anunciarme, ella ya me conocía de sobra, además, ella supo de mi al completo, desde el primer momento no me oculte tras una máscara, le dije y le mostré como y quién era, vio mi esencia, la saboreo, olió hasta el último de sus matices, y aún así, me seguía aceptando. Eso la hacía tan especial, tan... adictiva, me daban tantas ganas de seguir hablando con ella, de seguir indagando en su persona, de seguir hundiéndome en su persona, de seguir estando junto a ella, e incluso permitirme un poco de apego. Y empecé a llamar a esto amistad, porque no tenía otra etiqueta, o al menos no sabía que podía llegar a otra.

Nota de la autora;

Muchísimas gracias por leer mi historia!!!

Os gusta la nueva portada???? Mil gracias a -vee14cc por hacerla!!! Me encanta y siento que queda genial con la historia<333

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Lloraré con tu partidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora