-¡Para de llorar!
-No le grité así al niño madre, es un bebé, no le comprende -digo cogiendo a George de la manta sobre él suelo-
-¡Niña malcriada! -abofetea mi cara un par de veces antes de proseguir- ¡Te he dicho mil veces que no me contestes! ¡No eres más que una cualquiera, sin educación alguna! ¡No pareces mi hija!
Llevo mi mano a mi rostro, afligida.
Ojalá no lo fuese, no había hecho nada para merecer esos golpes, era la primera vez que madre me ponía la mano encima, pero lo que sí que sabía, es que no sería la última.
Días después...
Llegaba tarde a casa, la profesora me pidió que ayudase en la limpieza del aula ese día, normalmente eran tres chicas voluntarias que lo hacían, pero faltaba una, y como quién dice, necesitaban mano de obra, acepté, aún sabiendo que madre me mataría, aunque me tranquilicé a mí misma diciéndome que le explicaría todo y ella me entendería, pero ni si quiera de eso me dio tiempo cuando vi a Lily en el porche lavando ropa en un cubo de agua, restregando la ropa contra la plancha de madera con rugosidades y el jabón casero de madre en un banquito de madera justo al lado. Cada día era más difícil lidiar con ella, estaba bastante cansada de nuestras disputas y peleas continúas.
22/09
Elizabeth
Extrañaba a madre, llevaba más de dos meses haciéndolo, creía que no aguantaría, la verdad, de solo pensarlo me tiemblan las manos y mis piernas no reaccionan, no soy capaz de dar un paso, ya sea adelante o hacia atrás.
-Tu siempre con este vestido blanco -dice Ariana sentada sobre las hojas caídas, que crujen a cada movimiento, apoyando la espalda en el tronco del árbol-
-Es mi luto -digo poniéndome de puntillas, como una manzana del árbol- Gracias -acaricio el dorso del árbol y susurro mientras sonrió-
-¿Tu luto? -arquea las cejas- ¿A quien agradeces?
-Si, mi luto -digo sentándome a su lado- y agradecía al árbol por la manzana -tiro la manzana hacía arriba dejándola caer de nuevo en la palma de mi mano y la muerdo-
-¿Luto porque Elizabeth? -juega con el filo de encaje de su propio delantal-
-Por mi madre.
Un silencio incómodo nos inunda, luego, este pasa a ser abrumador, hasta que llegue a temer por no recibir ninguna respuesta más de su parte.
-Lo siento Elizabeth... siento mucho que pases por esto, no lo mereces -hace una mueca a modo de sonrisa-
Sus palabras me tranquilizan,escuchar su voz siempre lo hace. Llevamos un mes siendo amigas, si, lo apunté, apunte la fecha justa. Veinte de agosto, hace justamente un mes y dos días, El mejor de mi vida, o al menos desde que madre falleció.
-No te preocupes, entendí que el destino tiene sus planes, este es el mío, y he de aceptarlo.
-Tú plan se convertirá en algo mucho mejor -sonríe acariciando mi rodilla, dándome la fortaleza que en ese instante necesitaba-
-Eso espero.
-Pero, oye Elizabeth ¿El luto no es en negro?
-Bueno... no me gusta ese luto, el negro es un color demasiado pesado, no representaría a mi madre...
Ella frunce el ceño, dándome a entender que no comprende nada de mis palabras.
-Me refiero, ella es una luz más en el cielo, ¿porqué representar su partida vistiendo de negro?
-Llevas razón -asiente- ella es luz, y tú ángel de la guarda.
-¿Crees en ellos?
-Creo en todo, menos en las hadas, hasta el día que te vi, me pregunto dónde estarán tus alas -sonríe-
-Me las cortaron, ella las necesitaba más para volar hasta ahí arriba, supongo.
-Ella necesita verte feliz -sonríe acariciando mi muslo- ella quiere verte sonreír, estoy segura.
Sonrío acariciando la mano de Ariana sobre mi muslo.
Era muy difícil soportar esto sola, está siendo más fácil, más llevadero con ella aquí, a mi lado, pero igualmente está siendo muy complicado, no lo entendería nadie.
Decidí escribir una carta a madre, ella amaba las palabras, aunque siempre prefirió los hechos."Quiero hechos, si quisiera palabras me leería un libro"
Esa frase siempre me acompañó, se me clavo en la mente la primera vez que la escuché salir de sus labios.
Madre, le echo de menos, extraño sus caricias, sus besos y su olor a flores, y su sonrisa perfecta, sus ojos verdes aceituna y su risa ruidosa, esa que causa migraña, esa misma extraño. No sabría que decirle si me preguntases por mi estado, estoy muerta en vida, pues me falta la parte esencial en ella, tú. Hice un amiga nueva, y necesito tus consejos, ¿que se hace cuando tienes amigas? ¿es normal que le quisiese tanto desde el primer día? No lo sé, ¿que tal si me da una señal madre?
Estoy cocinando las mismas recetas que tú hacías, porque necesito seguir saboreando tus matices, y si te extraño de más cojo algo de ropa de tu armario y lo abrazo hasta dormir. Deberías de volver aquí, es muy difícil expresarse así, baja de nuevo, necesito tus "te quiero"
Firmado: Tú única razón de ser...o al menos eso decías.Ariana
-Levanta -digo levantando a Lily del suelo- ¿Quién te mando ha hacer esto?
-Madre.
Al levantar Lily la mirada veo un moratón en el lateral de su cara. No hay derecho a esto, se ha pasado, tan solo tiene siete años.-¿Lo de la cara también?
Ella asiente, cohibida, como nunca antes la había visto, pero esto lo voy a solucionar, madre no volverá a tocar a Lily, antes deberá matarme.-¡No puedes tratar así a la niña, es de tu propia sangre! -reclamo a madre entrando furiosa en casa-
Nota de la autora:
Cada día me enamoro más de esta historia, prometo ser más activa, estaba con unos exámenes de recuperación importantes pero ya he vuelto, gracias por leer mi historia <33 Deja tu estrellita y comentario
![](https://img.wattpad.com/cover/278913162-288-k336442.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Lloraré con tu partida
RomanceAriana solo quiere a una amiga con quién contar, quiere desahogarse y tener un poquito de paz en su realidad. Elizabeth la ve con otros ojos, y espera poder confesarlo algún día, mientras tanto, ayuda a Ariana con sus problemas familiares mientras p...