Extra 1

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- ¿Está bien ir sin avisar, Luffy? - Preguntó Zoro, quien caminaba al lado del mencionado.

- ¿Desde cuándo avisamos que vamos para allá? - Devolvió.

– Touché. Pero ¿No crees que a Doflamingo le molestaría? 

– ¿Desde cuándo nos ha importado eso? 

– ... 

- Vamos - Canturreó, dándole toquecitos en el brazo - Dilo -

- Touché - Zoro decidió rendirse ahora. Si continuaba no se detendrían ahora.

- Además, a Mingo no le molestará - Continuó - A él le agrada que vayamos porque le hace bien a Rosinante. Y a Rosinante le gustan las visitas -

- Eso no te lo voy a negar - Zoro pasó su brazo por los hombros de Luffy, quien le tomó la mano que colgaba - La vida del flamenco ha cambiado mucho desde que Rosinante entró a su vida -

La casa estaba a una esquina.

– ¿Qué estarán haciendo? 

– Viendo una película, tal vez.

- Tal vez... Mingo suele cumplirle casi todos sus caprichos a Rosinante - Añadió - Digo casi porque cuando sabe que alguno de ellos no le hará bien, no se lo cumple ni con el chantaje profesional de Rosinante -

Zoro se rió por lo último, al igual que Luffy. Tenía razón si se piensa.

– Ya llegamos.

Luffy tocó la puerta. Pero nadie respondía.

Desde afuera se escuchaba la música, no se pensó mucho para saber que Rosinante tenía la música puesta.

Sin pensarlo, Luffy giró la perilla de la puerta, como suponía, no tenía seguro.

- Ay, Mingo... - Soltó un suspiro. Entró a la casa junto a Zoro, se habían soltado del agarre cuando llegaron al frente de la casa.

La escena que tenían en frente no tenía precio.

- Parece divertido - Dijo Luffy - Unámonos, Zoro - Sin dejarle responder, lo haló del brazo. Suerte que había cerrado la puerta antes.























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