Otro día en el que se habían levantado temprano porque el deber llamaba. Había que ir al trabajo.
- ¿Por qué tienes esa cara? - Preguntó el hermano mayor - Desde que salimos tienes esa cara ¿Qué tienes? - Insistió al ver que la única respuesta que tenía era una negación con la cabeza.
- Nada... Solo recordaba cuando era pequeño, después de que te fuiste - Respondió, algo triste -Solo eso -
– ¿Por qué te pones a recordar en eso ahora?
- No lo sé - Alzó los hombros - Solo lo recordé de repente y no he podido dejar de hacerlo -
– Ya se me hacía raro que estuvieses tan callado.
Un pequeño silencio llegó a la oficina, solo eran ellos dos ahí. Más tarde habría una de esas reuniones largas y aburridas para ambos.
– ¿Qué estás pensando exactamente?
- No sé si te lo dije... Pero mamá nunca me dejó darle cariño, como mucho le podía dar un abrazo de vez en cuando y me dejaba besarle la mejilla en sus cumpleaños - Suspiró - También me hablaba mucho de ti -
– ¿Por qué te hablaría de mí?
- Supongo que sabían tarde o temprano terminaríamos reencontrándonos otra vez - Alzó los hombros - Y aquí estamos -
– Puede ser-
Y el lugar volvió a quedar en silencio, Doflamingo solo se quedaba mirando a su hermano, quien poco a poco cambiaba su semblante triste y sonreía.
- ¿Sabías que hablaba solo antes de que Luffy llegara? - Dijo más animado.
Doflamingo alzó una ceja.
- ¿Hablabas solo? - Preguntó, desde cierto punto no le sorprendería saberlo, pero no iba a negar que no se lo esperaba de él - Pensé que te habías quedado mudo... Temporalmente -
– Nah... Yo le hablaba al aire, era divertido imaginar que te contestaba y terminar discutiendo con la pared.
– Tenías demasiada imaginación...
- Eso me decía Luffy... También recuerdo que quemé la cocina porque tenía hambre y Luffy había salido un momento - Se rió al recordar eso - No sé cómo, pero por suerte no quemé toda la casa -
- Con razón le dijiste a Baby 5 que no te dejara cocinar solo - Recordó - Te tengo prohibido cocinar, Rosinante. No quiero que quemes la casa -
– Claro, claro.
Contando un par de anécdotas divertidas de su infancia, el aire de tristeza que lo rodeaba fue desapareciendo, lo cual agradecía el mayor.
- ¿Cómo conociste a Roronoa? - Preguntó de repente. Si conocía a Luffy, debía conocer a Zoro ¿No?
- ¿A Zoro? - Llevó una mano a su barbilla, intentando recordar - Una vez Zoro fue a recoger a Luffy a la casa una hora antes, por lo tanto yo estaba despierto. Luffy me lo presentó y yo me le quedé mirando por un rato... Luego le pregunté a Luffy si en verdad se casaría con un arbusto -Doflamingo soltó una pequeña risa - Por un tiempo los llamé Señor y Señora Arbusto. Zoro me regalaba dulces para que dejara de llamarlo así -
- ¿Lo sobornabas? - Preguntó.
- Fue divertido mientras duró - Una pequeña carcajada se hizo presente, confirmándolo.
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Cariño
FanfictionPorque es mi deber. Te volviste mi responsabilidad desde que quedaste a mi cuidado. Y yo, como tú hermano mayor, te prometo a ti y al mundo, que no volverás a pasar por lo que pasaste antes de llegar aquí. Pero, prométeme, tú a mí, que no dejarás...