*Imagen de Richard Olson*
Hora: 12:36pm.
- Como te muevas te rompo la cara con la escopeta - Lo amenazó Mark - Ponte de rodillas con las manos en la cabeza.
Richard hizo caso con la cabeza cabizbaja, mientras escuchaba como Rachel y Kelly buscaban el móvil que sonaba desde hace unos minutos. Los ojos castaños de Richard se fijaron en el vaso envenenado que había matado a Cheril hace unas horas, provocando que cerrara los puños con fuerza, sacando algo de valor, pero al ver que Mark se giraba para ver a dónde se dirigía Rachel, aprovechó para coger el vaso y reventarlo en su cabeza.
El corpulento cuerpo de Mark, cayó de rodillas, para un segundo después caer al suelo inconsciente junto al cuerpo blanquecino de Cheril. Tomó la escopeta de la mano inmóvil del rubio y se incorporó lo más rápido que podía, para huir escaleras arriba sin saber muy bien dónde esconderse, lo bueno es que le tenían miedo y sabían que tenía planeado matarles, aunque no fuera del todo cierto, eso le daba una ventaja; el miedo era su mayor arma.
Subió al segundo piso con la respiración agitada y el corazón a mil por hora, justo cuando la luz volvió a irse, lo que le hizo sonreír ampliamente. Él tenía una ventaja, la linterna que había encontrado, mientras que ellos dos pendían de la batería de sus móviles, lo que no les duraría por mucho tiempo. La paciencia era clave, aguantar escondido y al menor descuido, acabar con ellos dos.
Sus dedos repasaron con delicadeza la forma de la escopeta, lo que le hizo fruncir levemente el ceño; no tenía balas ni ningún arma fiable, cuando ellos podrían estar buscando por la planta baja. Agarró con fuerza la recámara del arma y se incorporó del rincón de aquella habitación oscura y lúgubre, apagó la linterna y se la guardó en el bolsillo trasero de su pantalón, antes de salir con sumo cuidado. Empezó a buscar por las distintas habitaciones cartuchos o algún arma blanca, pero al llegar al final del pasillo algo acarició su rostro, llegando a hacerle cosquillas.
Ahogó un grito y tomó la escopeta por el guardamanos, elevándola sobre su cabeza con intención de darle a alguien, pero se relajó al ver que era un simple trozo de cuerda que colgaba del techo, lo que le hizo fruncir el ceño extrañado. La tomó con su mano libre y tiró ligeramente de ella notando que algo de polvo y arenilla caía del techo. Tiró con fuerza, dejando caer unas escaleras que le llevarían hasta la buhardilla, no dudó en subir y encender la linterna, viendo que habían sábanas cubriendo algunos muebles viejos o cajas con recuerdos.
Apartó con la mano las numerosas telarañas que se toparon por su camino, pudiendo adentrarse cada vez más en la enorme buhardilla polvorienta, lo que le provocaba estornudar cada pos segundos, pero evitaba hacer mucho ruido ahogando el estornudo tapándose la nariz. Siguió caminando, hasta que paró en seco con los ojos y boca completamente abiertos, llegando a caer el arma al suelo. La suerte pareció tenderle la mano cuando menos lo esperaba.
Frente a él había una ventana abierta, ya que no había cristales. Había encontrado una salida, pero cuando comenzó a acercarse a ella, algo le rodeó el cuello y empezó a tirar de él hacia atrás, viendo como su única salida se iba alejando poco a poco, pero lo que no esperaba su atacante es que se agachara con todas sus fuerzas y saltara para darle con la cabeza en el rostro, partiéndole la nariz.
Le soltó casi al instante para llevarse las manos al rostro, pero llevaba un pasamontañas negro y la oscuridad no ayudaba mucho a saber de quién se trataba. Richard se llevó una mano al cuello y tosió un par de veces antes de salir corriendo escaleras abajo al ver que el agresor volvía a por él. Si acababa con aquello sabría cómo huir de aquella casa, por lo que se dirigió a la planta baja en busca de Mark y Kelly, para que así confiaran en él y supieran que no era él el asesino.
Pero no los encontró, a ninguno de los dos. Sus piernas cedieron en mitad del lobby, cayendo al suelo, a los pies del asesino quien se rió roncamente con diversión ante tal estupidez.
- ¡No me mates, por favor! - Suplicó con la voz entrecortada - Yo no he hecho nada - Las lágrimas empezaron a brotar de sus ojos, empañando sus gafas.
El asesino sonrió ampliamente bajo su pasamontañas y empezó a juguetear con la cuerda que llevaba con él mientras ataba de pies y manos al friki, cambiando su plan inicial. Se remangó un poco la sudadera negra para dejar a la vista un reloj negro, lo que llamó la atención a Richard y lo miró con puro terror al darse cuenta de quien era.
Sí que estaba entre ellos el asesino...
- ¡No, por favor! - Suplicó cuando volvió de la habitación del piano con una soga y se la pasó por el cuello. Lo arrastró por el suelo mientras escuchaba sus súplicas, pero sólo pensaba que era menos pesado de lo que imaginaba en un inicio.
Miró con satisfacción la lámpara de araña y tiró la otra mitad de la cuerda por encima de ella, aguantaría bien su peso, pensó con agrado. Empezó a tirar, hasta que pasó la cuerda entre una de las patas del piano para hacer palanca y tirar con menos esfuerzo. Poco a poco, los pies de Richard fueron abandonando el suelo, hasta quedar a un palmo de él, fue cuando decidió que esa altura era perfecta.
- Estás a un palmo de la vida, tan cerca pero a la vez tan lejos... - Dijo con tono divertido en la voz.
El cuerpo de Richard empezó a moverse de un lado a otro por la lucha que estaba teniendo para intentar soltarse, pero le fue inútil. Sus ojos se fueron tornando blancos, su cuello empezó a gotear sangre por el roce que ejercía contra la cuerda y su rostro empezó a tornarse de un morado casi inapreciable por la oscuridad.
Al escuchar pasos acercándose, decidió irse para que no le pillaran, encontrándose Kelly con el cuerpo de Richard colgado en medio de la habitación. Su boca se abrió con sorpresa y se acercó rápidamente, notando que aún estaba caliente, acababan de matarlo. Unos pasos se acercaron a ellos, Mark se paró en la puerta con la respiración algo entrecortada y al ver el cadáver de Richard sonrió de medio lado sin poder evitarlo.
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6 horas
Short StoryUn pueblo ubicado en el condado de Limestone. Una casa. 6 personas. Un misterio. ¿Quién es el asesino? ¿Logrará alguno escapar? *©Prohibida su copia total, parcial o cualquier tipo de adaptación*