Capítulo 5

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*Imagen de Mark Showalter*

Hora: 01:06 am.

Kelly apreció la sonrisa que se le había dibujado en el rostro de Mark al ver el cadáver, por lo que retrocedió un par de pasos al ver que entraba. Él lo notó y frunció el ceño extrañado, pero cuando se intentó acercar a ella, Kelly se alejó cada vez más y más.

- ¿Por qué huyes de mí? - Preguntó confuso - Has acabado con el asesino - Sonrió, haciendo que Kelly negara con la cabeza levemente sin apartar su mirada dorada de él.

- Yo no fui - Dijo con la voz seria y fría.

- ¿Cómo que no fuiste tú? - Se detuvo junto al cadáver.

- Yo no lo maté - Lo miró con los ojos entrecerrados, analizando cuál será su próximo movimiento.

- Yo tampoco lo maté... - Dijo con el ceño fruncido mirando a Richard - Tal vez se suicidó - Ese comentario hizo que la risa de Kelly inundara la casa, provocando que la nuca de Mark se erizara por completo.

- ¿Crees que soy imbécil? - Bufó apuntando al castaño - ¿Él solo se ató de pies y manos? - El rubio se quedó en silencio sin saber qué decir, hasta que sonrió de medio lado y se encogió de hombros.

- ¿Y qué si lo he matado yo? - Ese comentario hizo que Kelly elevara una ceja confundida - Él quería matarnos de todas formas, ahora estamos a salvo - Sonrió, haciendo que la castaña mirara hacia los lados confundida, antes de volver a centrar su mirada en él.

- ¿Por qué matarle si no era el asesino? - Preguntó con curiosidad.

- ¿Cómo sabes que no era el asesino? - Mark entrecerró los ojos.

- ¿Porque tú lo has matado...? - Dijo con obviedad.

- Ya, pero ahora que lo pienso, solo quedamos nosotros dos, y si yo no soy el asesino - Posó una de sus manos sobre su pecho con delicadeza mientras se acercaba lentamente a ella - ,tan solo queda una opción, y está justo enfrente de mí - Kelly frunció el ceño.

- Por si no te acuerdas, en el momento en que murió Rachel, me encontraba contigo al otro lado del garaje - Intentó dialogar con él.

- Sí, es cierto - Asintió entrando en razón, pero Kelly siguió retrocediendo cada vez que Mark acortaba la distancia - ¿Por qué sigues huyendo de mí? - Preguntó con curiosidad cruzandose de brazos.

- Porque ahora no estoy completamente segura de confiar en tí después de que sonrieras al ver el cadáver de Richard - El rostro de Kelly empezó a palidecer poco a poco, al darse cuenta de que estaba sola en aquella habitación con él. No había nadie más en caso de que la intentara matar en aquel preciso momento, y tan solo por la dudas que tuviera sobre ella - Yo no he matado a nadie, nunca - Dijo con sinceridad.

Mark la examinó de arriba abajo, pero su mirada azulada se quedó en los ojos castaños de la chica asustada que se encontraba frente a él y el pensamiento que tenía de matarla se desvanecieron. Se estaba volviendo loco, había pensado en matarla, aun sabiendo que era imposible que ella hubiera matado a alguien, en todo momento estuvo acompañada por alguien o en su presencia.

Abrió levemente la boca para disculparse, pero sin querer se acercó de más a ella, asustándola y provocando que se fuera corriendo lo más lejos de él que le permitiera la casa. Mark salió tras ella hasta el segundo piso, intentando dialogar con ella, pero estaba tan asustada que lo esquivaba y volvía a huir; así en numerosas ocasiones.

Mark se detuvo a mitad de las escaleras con la respiración agitada y con las pulsaciones de su corazón resonando en sus oídos. Se dejó caer en uno de los escalones, intentando respirar con normalidad, pero se volvió a incorporar levemente y se sentó con la espalda apoyada en una de las barandas del pasamanos, teniendo visibilidad tanto del piso de arriba como el de abajo, para en caso de que apareciera alguien poder huir.

- ¡Kelly, no te voy hacer nada! - Gritó con la respiración agitada.

Esperó una respuesta, pero nada la hizo cambiar de opinión, por lo que se rindió con ella. Lo único que podía hacer es mantenerse alejados uno del otro y así estarían a salvo de dudas y engaños. Él no era un asesino, ¿o sí? Aquella sonrisa que se le dibujó al ver el horrible cuerpo de Richard hinchado y balanceándose en el aire le había creado muchas dudas. Kelly estaría mejor lejos de él, por si el deseo de matarla volvía a pasar por su mente, aunque fuera tan solo por su seguridad y las dudas, tan solo quedaban ellos dos en aquella casa, aunque el imaginarse a Kelly matando, le era casi impensable, era una chica pequeña sin fuerza y ahora mismo aterrorizada. Ya le habría matado en caso de que fuera ella cuando la estaba siguiendo por la casa, así que solo quedaba una opción lógica.

Había una tercera persona rondando por aquella casa.

Los ojos azules de Mark repasaron su alrededor sin levantarse de la escalera, pensando en dónde podría ocultarse aquel sujeto. Habían recorrido todos los lugares desde que llegaron en la mañana, y nadie encontró nada, ni siquiera una salida; y en caso de que alguien hubiera encontrado algo, se encargaba de matarlos antes de que pudieran huir o decírselo al resto del grupo.

- ¡Kelly! - La volvió a llamarla al incorporarse del escalón, pero cuando pretendía bajar en busca de la castaña; notó un fuerte dolor en la pierna, perdiendo el equilibrio y cayendo escaleras abajo.

Un leve gruñido escapó de sus labios al impactar contra el suelo, pero al ver lo que tenía atravesandole la pierna, hizo que se le escapara un grito algo desgarrador para su garganta, pero enseguida apretó el mentón y cerró los ojos; evitando gritar o llorar. Miró la flecha de metal que le atravesaba la espinilla izquierda y salía por el gemelo, la agarró levemente con intención de quitársela, pero tuvo que soltarla al sentir el dolor que le provocaba. Miró como la sangre traspasaba sus vaqueros, tiñendoles de un azul oscuro que poco a poco se iba tornando de marrón rojizo.

- ¡Hijo de puta! - Gritó con rabia, llegando a cada rincón de aquella casa.

Y por supuesto que él lo escuchó a la perfección, tampoco se encontraba lejos, al contrario, se encontraba en la primera planta fumándose un cigarrillo con una enorme sonrisa mientras que el arco, también de metal, con el que había disparado aquella flecha colgaba a su espalda. Le había costado bastante dinero, y algunas prácticas de tiro, pero escuchar aquel grito desgarrador y las ofensas hacia su persona, le hizo comprender que había valido completamente la pena.

Kelly se asomó levemente al lobby de la casa al escuchar los gritos de Mark, y al verlo en el suelo con una flecha en la pierna frunció el ceño y negó ligeramente con la cabeza. Su mirada repasó el lugar, buscando al responsable, pero no se veía a nadie. Se acercó a él con rapidez, notando algunas lágrimas recorriendo sus mejillas por el dolor.

- Hay una tercera persona - Dijo con dolor antes de apuntar a la parte superior.

- ¿Lo has logrado ver? - Preguntó algo calmada mientras revisaba la flecha y la herida sin tocarla.

- No, pero se que hay alguien más entre nosotros - Dijo con seguridad - Y es un puto psicopata - Kelly lo miró con una ceja elevada - Puede que haya más personas involucradas en esto - Ella asintió de acuerdo.

- Hay que buscar una salida cuanto antes - Mark asintió intentando incorporarse con la ayuda de Kelly, quien pasó su brazo por su cintura y le permitió apoyarse para que pudiera andar.

- Hemos revisado todo, pero estoy seguro de que alguno de nosotros encontró una salida y por eso los mató - Dijo hablando entre dientes, apretando el mentón para soportar el dolor.

- O tal vez, por diversión...

6 horasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora