Prólogo

1.1K 149 22
                                    

Kosse, Texas.

Hora: 08:16pm.

A unos kilómetros de Kosse, un pueblo ubicado en el condado de Limestone, en medio de la nada, se encontraba una casa de tres pisos algo anticuada; rodeada de árboles desnudos por el inicio del invierno, dándole un toque aún más lúgubre, con la fachada blanca, sucia y desgastada por numerosas partes. Hacía bastantes años que nadie se acercaba a ella, hasta que un antiguo coche escarabajo con la pintura oxidada aparcó cerca de ella. Con un fuerte empujón, el conductor logró salir de él, cerrándole de la misma manera.

Tenía el pelo castaño, perfectamente echado hacia atrás por la gomina, unas gafas con la montura marrón, agrandando sus ojos castaños. Observó la casa, antes de llevarse una mano al bolsillo de su largo abrigo negro de lana y sacar un sobre azul claro, donde estaba grabado el nombre de Richard Olson, en la parte delantera. De su interior, sacó un folio del mismo color que el sobre, lo leyó por encima y comprobó la dirección de la casa. Subió los cuatro peldaños y se acercó a la puerta, llamando tres veces, pero nadie respondió, así que se sentó en la escalera a la espera.

Cinco minutos después escuchó el motor de otro coche, lo que le hizo incorporarse y acomodarse la ropa y asegurarse de que su pelo no se hubiera despeinado. Un Porsche descapotable rosa, aparcó al otro lado de la casa, para poco después dejar ver a su conductor. Era una chica de pelo rubio, con un vestido rosa palo que le llegaba hasta la mitad de los muslos y unos tacones de aguja que le dificultaban andar por el tramo de tierra hasta la casa. Richard abrió la boca levemente para saludarla, pero cuando la rubia pasó de largo por su lado, como si no lo hubiera visto, cerró la boca y observó cómo llamaba a la puerta, sin resultado.

- ¿Me estás tomando el pelo? - Pisoteó el suelo de madera con fuerza; frustrada.

- Disculpe - Dijo Richard acercándose.

- ¿Eres tú? - Lo miró de arriba abajo con una ceja elevada - Soy Cheril - Le mostró su invitación rosa - Tengo algo de prisa, así que hablemos sobre mi oportunidad de triunfar...

- ¿Cómo? No, yo no estoy aquí para eso - Le mostró el sobre - También me invitaron...

Pero el sonido de otros dos motores le cortó, un Maserati Ghibli gris y un Ford Falcon 1960 azul oscuro aparcaron, uno junto al coche de Cheril y otro junto al de Richard. Ambos se quedaron viendo a las dos personas que se acercaban; el del Maserati era un chico alto, rubio, con la sudadera de Houston Texans, el equipo de fútbol americano; en cambio, la del Ford era una chica bajita, de origen asiático, tenía el pelo negro con flequillo y mechas azul verdoso e iba vestida de negro con los pantalones rotos, dejando ver parte de sus piernas.

- ¿Hola? - Saludó algo confundido el deportista.

- ¿También venís por una invitación? - Preguntó Richard frunciendo levemente el ceño.

- Me da que eso no es de tu incumbencia, Friki - Sonrió el rubio con una sonrisa de desprecio.

- ¿Qué tienes tres años? - Dijo la asiática cruzándose de brazos.

Cuando iba a contraatacar otro motor los interrumpió, esta vez era una moto negra mate; concretamente una Bad Boy Custom. Aparcó frente a las escaleras de medio lado, se quitó el casco y miró a todos con seriedad. Tenía el pelo negro, bastante despeinado, vestido completamente de negro, con una cazadora de cuero, pantalones desgastados y levemente rotos por las rodillas, a juego con unas botas militares. Sus ojos grises analizaron a las cuatro personas que se encontraban en la entrada.

Sonrió de medio lado antes de subir los peldaños y acercarse a la puerta de la casa. Escuchó una risa molesta a su espalda, pero la ignoró y abrió la puerta de un tirón, haciendo que el chirrido de las bisagras se escucharan en cada rincón de aquella vieja casa.

6 horasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora