Pequeño paseo nocturno

1K 20 4
                                    

La verdad no tenía mucho que hacer dentro del tenis de Evelyn. Solo tenía la parte de la punta y enfrente su calceta blanca, aunque estaba un poco desgastada.

Fred: Me lleva... Necesito salir de aquí.

La verdad siempre había querido vivir esta fantástica aventura, pero no de este modo. Era pequeño, y tenía que aprovechar esa capacidad.

Trate de escalar su calceta para tener una vista mejor de la zona. Fue una cosa que jamás hubiera pensado hacer en mi vida. Por cada paso que daba, recorría un poco de la calceta.

Fred: Cielos, huele... Muy bien.

Cada que avanzaba, era un paraíso, tanto así, que me quede un rato en una zona para disfrutar del olor. ¿Qué hubieran hecho ustedes? No tenía idea si en algún momento se repetiría una cosa así.

Luego de una larga travesía, pude ver la luz.

Fred: Al fin, creo que he llegado a la salida.

Decidí caminar y pude ver el techo de la habitación. También podía ver un poco de las sábanas y la puerta de la habitación abierta.

Fred: ¿Qué debería de hacer?

Tenía dos opciones. Quedarme y esperar a que Evelyn me sacara de allí, o salir y explorar la habitación.

Luego de pensarlo, decidí salir un rato, ya que quería explorar un poco el cuarto de una chica gigante.

Fred: Muy bien, veamos si puedo escalar esto.

Comencé a subir su zapato. Mientras más​ subía, el aroma de su calzado iba desapareciendo. Era una lastima, pero sé qué tal vez valdría la pena.

Luego de una larga escalada.

Fred: Al fin.

Me tomé mi tiempo para poder disfrutar de la vista. Evelyn había puesto sus zapatos casi debajo de su cama, pero eso me recordó que Evelyn estaba en la habitación.

Fred: Es verdad, Evelyn está arriba.

Mire hacia arriba y pude ver los pies de Evelyn. Parecía que estaba acostada boca abajo por la manera en que estaban sus pies. Se veían muy bien, los tenía juntos y los movía de un lado a otro lentamente. Era una vista espectacular.

Fred: Wow, tiene unos pies bonitos.

Podía quedarme a verlos pero tenía otras cosas que hacer. Decidí bajar de su zapato.

Pueden imaginar la situación en donde me encontraba. Todo era enorme, y no tenía idea de qué hacer. Tampoco podía moverme libremente en la habitación, o Evelyn me volvería a meter en el zapato, o tal vez peor.

Fred: Primero voy a esconderme debajo de la cama, tal vez tenga la oportunidad de ver cosas interesantes.

Mientras caminaba para llegar debajo de la cama, escuché un ruido arriba, parecía que Evelyn se estaba moviendo.

Evelyn: Creo que he acabado. Pero ya es noche. Creo que ya es muy tarde para jugar pequeño. Pero mira el lado bueno, vas a tener el placer de dormir con mi...

Corrí lo más que pude para llegar debajo de la cama, pero mire atrás y ví que Evelyn había metido su otra calceta en el zapato.

Evelyn: Esto lo haga para que disfrutes mi aroma. Será mejor que no lo disfrutes mucho, porque mañana será un día largo.

Fred: Ella no sabe que ya no estoy allí.

De la nada, Evelyn bajo sus gigantescos pies. Empezó a caminar por toda la habitación. Todo temblaba. Me asome por un instante y en verdad tenía una vista genial. Aún tenía puesta su ropa de la escuela.

Siempre había imaginado una situación así. Evelyn no sabía que estaba en una esquina de su cama viéndola. Lo que más me volvía loco era su falda. El movimiento era tan genial que cada paso que daba me daba una grandiosa vista.

Fred: Cielos, muchos morirían por tener una vista así.

Evelyn estuvo así durante un rato, hasta que empezó a cambiarse de ropa.

Fred: Esto es enserio.

Iba a tener una gran vista pero tuve la mala suerte que Evelyn lanzó su falda justo donde me encontraba.

Fred: Oh no.

Para mí tamaño, su falda era como unas cobijas enormes. Trate de salir y liberarme para no morir de esa manera lamentable.

Fred: Creo que puedo ver la salida...

Pude salir, pero Evelyn ya estaba con su pijama. No estaba desepcionado, porque ya había tenido mucha acción por este día. Lo preocupante fue que Evelyn apagó las luces y subió a la cama.

Paso un largo rato para que tuviera más confianza.

No tenía un plan. Había escapado de su calceta, pero para que.

Mientras pensaba en que hacer, los movimientos de Evelyn me dieron una idea genial.

Fred: Tal vez pueda estar más cerca de ella.

Mi plan era subir hasta la cama para poder recorrer a Evelyn. Pero ese plan me iba a llevar tiempo.

Fred: Ok, aquí voy.

Primero, tenía que encontrar una cobija que llegará hasta el suelo. Había una cerca de donde me encontraba yo, pero ahora el problema sería en el tiempo que me iba a tomar para subir.

Era difícil subir algo así, pero no sabía que me esperaba al final del camino algo genial.

Una larga subida después

Fred: Muy bien, ya casi llego, solo un poco más y...

Una vez que subí, lo primero que ví, fue el pie gigante de Evelyn. No lo podía creer.

Fred: (temblando) es... Es... ¡Es genial.!

También me percate que me había tardado mucho en subir. Casi 30 minutos. Pero tenía sus ventajas, ya que, Evelyn no sabría qué estaría cerca de pie.

Nadamás acercarme, pude oler su olor desde lejos. Era algo difícil de explicar.

Fred: En verdad tengo enfrente de mi su pie, necesito estar cerca de el...

Poco a poco me fui acercando a el. No podía parar de babear.

Lo primero que hice fue pegarme a él y olerlo profundamente.

Fred: Siempre quise hacer esto.

Estuve un rato así, hasta que apareció el otro pie de Evelyn. La fantasía había aumentado por dos.

Claro que no perdí el tiempo, por lo que empecé a hacer lo mismo con los dos. La única desventaja era que sus pies estaban separados, por lo que me iba a uno, y luego a otro.

Más o menos fue así la noche, hasta que tuve curiosidad y subí uno de sus pies.

Quería estar más cerca de su pie. Mi objetivo, sus dedos.

Escalarlo fue difícil, porque a veces Evelyn se rascaba con su otro pie tirandome mientras subía. Pero luego de varios intentos, logré llegar.

Se veían un poco sucios sus dedos, pero a mí me gustaba eso. Estaba entre su dedo gordo y decidí pasar un rato allí, disfrutando del olor. Ha estas alturas pensaba que esto no era posible, ¿Es imposible que esto esté pasando? ¿No será un sueño? ¿Qué será de mi? Fueron algunas preguntas que surgieron mientras reposaba entre sus dedos.

Mi Amiga La GigantaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora