Fred: ¡Pero que está pasando!
Fueron mis primeras palabras. Ya era de mañana, parece que me había quedado dormido entre los dedos de Evelyn. Trate de salir de allí, pero no podía. Estaba atorado por la presión que Evelyn estaba haciendo. Pero esa era la menor de mis preocupaciones.
Mire hacia Evelyn y lentamente ví como se quitaba las cobijas, para acto seguido, estirarse por un largo rato. Luego, ella tomó su teléfono y parecía que estaba hablando con alguien por mensaje. Ella no parecía notar que me encontraba entre sus dedos. Lo peor o tal vez lo mejor, es que inconscientemente estaba moviendo sus dedos, golpeándome sin que se diera cuenta de ello.
No sabía que hacer, si llamaba su atención, tal vez se enojaría conmigo, pero si no, no tenía idea de qué pasaría conmigo. Mientras trataba de salir, Evelyn dejó su celular en la mesa que tenía de lado de su cama y desde mi perspectiva, lentamente se empezó a girar para poner los pies en el suelo.
Fue genial, pero aterrador. Parecía un juego de un parque de diversiones, solo que en este, mi vida estaba en juego.
Lentamente, Evelyn puso ambos pies en el suelo, yo cerré los ojos porque no quería ver lo que me esperaría, pero, de repente, Evelyn empezó a caminar.
Fred: Estoy... ¡Vivo!
El problema era que aún estaba en sus dedos. Tenía un buen ángulo de Evelyn, mientras ella caminaba. No tenía idea de adónde iba, pero se estaba moviendo. Primero se miró al espejo y luego se acercó a la cama.
Fred: Lo más seguro es que me va a revisar en su tenis...
Cuando me estaba preparando para lo peor, ví que sacó unas chanclas.
Fred: En cualquier momento ella me va a ver, ¿Qué hago?
Me estaba preparando para lo peor, hasta que ella estiró sus dedos para ponerse las chanclas dejándome salir.
Fred: Rápido, es ahora o nunca.
Y empecé a correr todo lo que pude debajo de la cama. Mi temor paso, cuando mire solo por un instante y ví que tenía cara de tener sueño. A todos nos pasa cuando nos levantamos así.
Una vez que me puse debajo de la cama, Evelyn se puso sus chanclas y ví como se iba de la habitación.
Fred: Wow, en verdad he gastado toda mi suerte aquí.
No tenía tiempo que perder, así que volví a subir el tenis donde me había puesto Evelyn para no levantar sospechas.
Fue difícil, pero pude volver a entrar, solo había un pequeño detalle... Se me había olvidado que tenía que cruzar ambas calcetas.
Fred: ¡Oh no, esto es terrible,¡ debo encontrar la forma de cruzar.
Y rápidamente comenzó mi viaje para cruzar por las calcetas, que ahora, el olor se había multiplicado por la segunda calceta.
Luego de un rato, no sabía en donde me encontraba, pero ya había pasado mucho tiempo. De repente, sentí movimiento en mi alrededor, como si todo temblará.
Fred: ¡Ahora que.!
Sentí que me movía hacia atrás, como si alguien...
_______
Evelyn: ¡Buenos días pequeño Fred! (Saca las calcetas) este... ¿Donde estas?
¿Estas hasta el fondo? A ver... (Deja las calcetas en el suelo) vamos, sal de allí.
¿Fred? ¡oh no! ¡¿Donde estas?!_______
Yo me estaba agarrado de sus calcetas hasta que ella las sacó.
Fred: ¡Evelyn, estoy aquí! ¡Aquí!
Fue inútil, porque tiró sus calcetas en el suelo. Afortunadamente, no fue una larga caída.
Fred: Debo, salir de aquí, o pasara algo malo...
Mientras trataba de salir y ponerme en un lado donde Evelyn me viera, la podía escuchar preguntar por mí.
Fred: Ya casi... Al fin.
Salí y lo primero que hice fue gritar como loco para que Evelyn me notará. También movía mis manos para poder llamar su atención.
Todavía tenía puesta su pijama. Por más que grite, no parecía que pudiera escucharme.
Fred: ¡Vamos, estoy aquí!
En eso, Evelyn dejó caer el zapato, y se levantó. La ví muy preocupada, casi nerviosa. Y luego empezó a avanzar.
No eran muy buenas noticias, ya que se dirigía a las calcetas donde yo me encontraba.
Fred: No puede ser, creo que va a...
Evelyn piso las calcetas, y justamente donde yo me encontraba. Fue algo que no pensé que me llegará a pasar. Tenía todo su pie encima de mi. No podía moverme. Lo único que podía ver, era su enorme pie encima de mi.
Fred: (incómodo) creo que... Es el fin...
Después de eso, morí...
________O eso sería lo normal. De repente el pie de Evelyn se levantó y pude respirar mejor.
Evelyn: ¿Pero que? Oh, así que estabas en mis calcetas. No lo pensé antes. ¿Estas bien? ¿Por qué te escondite allí?
No podía hablar, me sentía adolorido por la situación.
Evelyn: Creo que fue un error mío. Pensé que estabas hasta el fondo, pero se me olvidó buscar en las calcetas. Juro que no se va a repetir jeje.
Fred: Descuida... Creo que estoy bien. (Un poco en shock)
Evelyn: Pero lo ves, puedes resistir bien. Quiere decir que el hechizo si me salió bien, de otro modo estarías... Bueno, hay que apurarnos, vamos a desayunar. Para disculparme, te daré un poco de mi tocino.
Evelyn me tomó y fuimos a la cocina. Allí, se encontraba su madre, Cassandra.
Cassandra: Muy bien, aquí tienen el desayuno. Recuerda Evelyn debes cuidarlo bien. El hechizo es fuerte, pero si abusas de ello...
Evelyn: Si, entiendo. Por cierto, unas amigas me invitaron a quedarme en su casa, ¿Crees que pueda...
Cassandra: Siempre es lo mismo contigo. Muy bien. Te daré permiso. Supongo que no les dirás sobre nuestro pequeño inquilino ¿verdad?
Evelyn: Claro que no.
Cassandra: Bien, está decidido.
Ni siquiera me habían tomado en cuenta para esa decisión, pero ya estaban haciendo planes conmigo. Pero lo bueno de todo esto, fue que Evelyn me dió un gran trozo de tocino y un poco de jugo. Ignorando todo lo que había tenido que pasar en la noche.
Luego de un rato un desayuno
Evelyn: Muy bien, mientras comes, voy a cambiarme.
Ella subió a su cuarto y yo mientras me estaba preparando psicológicamente para lo que vendría después...
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Mi Amiga La Giganta
FantasyEsta historia es más dirigida al gusto por los pies y calcetas. Pero claro, tiene la temática de chica gigante. Te imaginas poder oler los pies de la chica que te gusta? Y más si te encoge para ello. Será una historia no tan larga... Espero