Burbuja - Capítulo Uno

30 4 1
                                    

Cuándo hablamos de historias de amor siempre imaginamos y recordamos aquella historia dónde la princesa es rescatada por un príncipe de un castillo horrible y peligroso, o esa otra dónde un chico tímido reconoce que le gustan los chicos y se encuentra con el "bully" de su colegio del cual termina enamorado y al final son felices, o la de la chica conservadora que comienza a enamorarse de su mejor amiga sin pensarlo.

Bueno, la mía no tiene algo que no hayan escuchado antes pero comencemos dónde todo mi dilema inicio.

Mi nombre es Damían, mi vida a sido una total montaña rusa que nunca a tenido unas vías rectas, con más bajadas que subidas y que en alguna ocasión me ha hecho vomitar, llorar de miedo o carcajear hasta no poder más.

Sinceramente no sabría en que punto de mi vida comenzó esta situación de ¿quien soy y que me gusta?
Así que iré recapitulando poco a poco, pues desde que tengo memoria he sentido afecto por las niñas al ser lindas, tiernas, amables, humanas y delicadas; pero no voy a negar que no sentía también interés por los niños, en el jardín de niños conocí a uno que comenzó siendo mi primer amigo.

Su nombre era Oscar, era el niño más friolento que he conocido hasta ahora, la mayor parte del ciclo escolar estuvo enfermo y por eso ningún niño lo llamaba a jugar, ninguno a excepción de mí pues yo siempre he sido fan de las figuritas de acción y los súper héroes. Todos los recreos que estuvimos juntos fueron aventuras dignas de la pantalla grande pues mientras que el tenía un muñeco de un soldado malvado que quería gobernar el mundo, yo tenía uno que era un mago muy hábil en la magia que lo derrotaba; Caray, ahora que me pongo a recordar es duro dejar de ser niño.

Descubrí con el tiempo que no sólo veía a ese niño cómo uno más de mis amigos pues el tenía prioridad y exclusividad, también me gustaba acariciar sus mejillas cuando estaba triste por estar resfriado o cuándo lloraba por su mamá yo era el primero en abrazarlo y darle un pequeño beso en la mejilla.

Después de que salimos del jardín de niños no lo volví a ver hasta la primaria aunque ya había cambiado mucho y no era más mi mejor amigo pero alguien más ocuparía ese lugar aunque no fue lo mismo ya que en esa época yo estaba enamorado de la niña más linda que había visto, su nombre era Diana, tenía un cabello largo, hermoso, unos ojos tan brillantes y su voz me hipnotizaba.

Fue aquí que entre en conflicto, pues hace años había tenido esa misma sensación pero de forma más inocente por Oscar, aunque la idea de que aún era un niño pequeño me hacía dejar de pensar en ello, fue Diana mi primer novia en la primaria y era algo que al día de hoy me da gracia pues ha sido mi relación más duradera. Pero al final terminó y yo tuve que avanzar a una de las etapas más difíciles de mi vida.

La secundaria para muchos es algo simple, divertido y hasta una aventura pero para algunos otros es una tortura lenta, dolorosa y llena de agonía.
Toda mi vida había sido muy inteligente, responsable y el número uno de la clase, no había año en el que no me reconocieran por ser buen alumno pero esa burbuja dónde vivía, explotó.

Antes de hablar de la secundaria, hablemos de mi familia y mis orígenes, vengo de una familia dónde fui concebido con amor y esperanzas, al ser el primer hijo y el primer nieto varón de la familia de mi padre todos me tenían muy mimado, no había capricho que no me cumplieran y eso hizo que fuera un niño clasista, engreído y odioso.

A causa de ello yo me esforzaba siempre en destacar, toda mi infancia fui el número uno en las cosas que en verdad quería, me esforzaba tanto que la edad de 5 años ya sabía jugar ajedrez a la perfección. Yo me sentía totalmente superior a cualquiera de mis compañeros o al menos eso fue hasta mis 12 años.

Cuándo entre a la secundaria fue un comienzo desde un punto cero, en dónde no conocía a nadie, no tenía amigos y nadie me conocía. En ese mismo año yo me mude al pueblo dónde estaban las escuelas dónde estudie pero a diferencia de que esta vez estudiaría en el turno matutino y mis antiguos compañeros en el turno vespertino, según papá me plantó la idea de que yo iría en ese turno porque soy diferente y necesitaba nueva competencia.

El Diario De Damían.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora