Pequeño Accidente - Capítulo Tres

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Me gustaría relatar todas mis citas pero la verdad es que algunas llegaban a ser repetitivas o aburridas así que tomaré las más interesantes o al menos las más divertidas.

Poniendo en contexto tengo 16 años y acabó de descubrir mi bisexualidad, con ello comencé a buscar algo que me pudiera hacer sentir querido, GRAN ERROR PEQUEÑO ESTÚPIDO.

Si algo positivo puedo rescatar de este gran y pésimo error es que el cariño no se puede andar buscando cómo si fuera algo fácil de obtener, bueno... ¿Por dónde empezamos?

Ya sé, recordemos la más casual de todas hasta ese punto bueno.
Ya les he contado que solía tener al menos una cita a la semana, Oh espera ¿No sabían eso? Pues... ¿Sorpresa?

Bueno, esa vez yo iba de regreso a casa y tenía un día para mí solo ya que no tenía deberes de la casa atrasados, yo iba caminando por la calle sin molestar a nadie con mis audífonos escuchando música a todo volumen, mientras iba sumergido en mis pensamientos cruce la calle sin mirar a los lados, así es soy muy distraído y ligeramente estúpido.

Yo escuche a una señora gritar, ¡CUIDADO! pero no le di importancia, sólo levante la mirada y la vi con los ojos muy abiertos e intentando usar sus poderes telequineticos para moverme de la calle, cuándo volteo a mi derecha había un carro gris que había visto en mi antigua escuela antes, estaba a tan sólo centímetros de que me hubiesen arrollado.

Me fije y quien conducía era una chica, de cabello rubio, ojos grandes y maquillaje escandaloso.

—Ay, amigo –Su forma de hablar era algo irritante pero no le tome importancia– Casi te llevamos de corbata.
—Sí, me di cuenta bueno algo así –Yo estaba apenado porque de no ser por mi poderoso angelito de la guarda me hubiesen roto una pierna o algo– Aunque fue mi error cruzar así.

Ella no iba sola, pues en el carro iban otras 2 chicas igual de escandalosas que ella y rieron fingidamente después de mi comentario.

—¿tú eres de aquí? –Preguntó una de las que iban en la parte de atrás del carro.
—Oh, sí he vivido toda mi vida aquí, de hecho antes estudiaba en la escuela en la que van ustedes.
—¿Ay, apoco? –Interrumpió la tercera chica quien se iba mirando mucho en el espejo– ¿Nos conocemos?

Yo entre mí pensaba cosas algo ególatras pero tampoco me podía poner así, sólo actuaba natural y respondía tratando de ser amigable.

—¿Sabés dónde va a ser la "peda"? –Una "peda" significa una fiesta con exceso de alcohol, baños sin mantenimiento y sexo con desconocidos, aunque ni yo sabía que responder en ese momento.
—¿La que cosa? –Ahí fue dónde me sentí un poco ignorante, pero después recordé lo que significaba– Oh sí, bueno sé dónde será pero no creó ir.

¿Que pensaban, que tengo el sí muy flojo?, pues no, bueno a veces.

—¿Por qué no, amigo? –Parecía que se turnaban para preguntar pero les juró que así pasó– Ay, vamos ¿verdad chavas?, Que nos acompañe.
—Está bien, puedo decirles dónde es y yo las alcanzare después –Les sonreía eventualmente mientras charlaba con ellas, para este punto ya habían orillado el carro así que no había prisa.

Y ¿cómo es que yo sabía de la dichosa "peda" si ya no estudiaba ahí? Muy fácil, en Facebook no se hablaba de otra cosa que no fueran esos eventos y yo "accidentalmente" me enteraba de las ubicaciones ya que tendían a ser en el pueblo dónde vivía pues no había mucha vigilancia.

—No te creó amigo, se ve que nos vas a dejar plantadas, mejor subete y ya nos vamos todos.
—Pero, no puedo ir así –Será y todo pero siempre me gusta estar presentable ante las miradas– Sólo tengo que ir a arreglarme y listo.
—Pues subete –Insistió la chica que iba manejando– te llevamos a tu casa, te alistas, te esperamos y nos llevas a la peda.

Para este punto yo ya estaba fastidiado de la mentada palabrita, me resulta muy molesta sinceramente. Lo pensé por unos momentos y al final acepte, no iba a quedarme en casa todo el día aburrido.

Cuándo llegue a casa la chica que manejaba se bajo conmigo porque según quería usar el baño, entramos a mi casa y efectivamente estaba solo, me subí a cambiar la ropa y lavar mi cara, mientras buscaba una camisa o camiseta, la chica con mucha confianza entró sin avisar y yo no tenía playera, me sentí muy avergonzado ya que nadie me había visto en esas condiciones.

—Que no te de pena, amigo –Ella seguía observando y yo solamente agarre una camiseta que difícilmente podía ponerme– ¿a caso tienes algo que no haya visto antes?

Ahí fue dónde me sentí violado, yo ya ni sabía que hacer porque era de esas ocasiones dónde alguien te está mirando y todo te sale mal.

—No, no es que yo, sólo –Mientras tartamudeaba buscaba cómo ponerme la jodida camiseta hasta que por fin pude y pase por su lado para tomar mi celular y mi cartera– ¿Nos vamos?
—Eres bien chistoso amigo, no te preocupes –ella se acercó a un mueble dónde ponía mi ropa y mis cosas– ¿no te vas a llevar uno?

Y ahí fue donde mi cara se cayó de vergüenza, agarro un preservativo que tenía en uno de mis cajones que estaban abiertos, PUEDO EXPLICAR EL PORQUE TENÍA ESO, una vez fui al centro de salud a checarme y el doctor dijo que comenzará a vivir mi vida sexual con responsabilidad y me dio un par de ellos pero no sé a que se refería, físicamente mi cara es linda pero mi cuerpo no despierta deseos sexuales, creo.

—No, yo no voy a eso a...
—Tranquilo, ven –Sí, en ese punto yo seguía con la virginidad intacta y no pretendía hacerlo así y menos con alguien que ni conocía– Tú deja que yo me encargue.

MAMÁ, ME QUERIAN METER MANO EN EL TESORITO!!!
Ya no sabía que hacer, me sentía pálido en esos momentos y sentía que mi presión arterial se fue en picada, todavía lo recuerdo y me tiemblan las manos de nervios.

—No, en serio yo –El claxon de su carro empezó a sonar y yo volví a pasar por su lado evitándola– Tus amigas nos siguen esperando.
—Ellas saben que nos podemos tardar.

¿Se acuerdan que dije que no tengo el sí flojo?
Pues lo sigo manteniendo, esa vez pasó algo que no esperaba que pasará.
En el momento que yo pase por su lado intento agarrarme del brazo pero le salió mal y lo que agarro fue la cortina del cuarto, cuando la jalo pues además de tirar el cortinero ella cayó de espaldas y en su caída tiró una pequeña jarra de agua haciendo que se mojara el cabello y la cara.
¿Recuerdan el maquillaje escandaloso? Pues, yo no sé si se silenció un poco o se volvió catastrófico.

Me sentí muy mal y me disculpe de mil maneras pero ella se enojó y salió escupiendo fuego, al final ya no las acompañe pero mi tesorito siguió intacto, Gracias angelito de la guarda.

Después me enteré que le dijo a sus amigas que yo tenía problemas de taxi y permitanme aclarar que mi taxi está bien y en circulación.

Vaya, fue algo muy divertido realmente ya que ¿que probabilidad había de que eso pasara?
Amigos, de esto aprendimos a que si por obra del destino alguien casi los atropella y si ese alguien va con destino a una fiesta, ustedes finjan el golpe y pidan indemnización.

No sé si fue gracioso para ustedes pero para mí actualmente recordarlo me causa mucha risa.

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Hola, esperó les haya gustado esta narración, fue una de las que más risa me ha dado hasta ahora ya que pues a veces algo repentino e inesperado sólo puede salir peor.

El Diario De Damían.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora