Laberinto - Capítulo Cinco

10 2 0
                                    

¿Alguna vez han sentido una conexión con alguien al mirarlo a los ojos?, pues yo sí, más de lo que me gustaría admitir.

Recuerdo que había regresado a mi "hogar", era un domingo aburrido y con pinta de ser otro día perdido pero no fue así, llamé a mi mejor amigo Brandon para salir al parque a caminar.
Ambos jugábamos deportes por diversión así que ese día decidimos llevar un balón de baloncesto para pasar el rato, fue la mejor-peor decisión que hemos tomado hasta ahora.

Al llegar al parque habían varias personas jugando en las canchas, yo lo voltee a mirar un poco desanimado.

—Supongo, que nos tocará mirar el juego. –Fuimos a una banca que estaba cerca de la cancha, poníamos atención al juego pero seguíamos platicando– Perdona por lo de ayer, simplemente yo...

—Sí, ya sé y te entiendo –Él me interrumpió dejando de observar a los chicos jugar– Yo también hubiese salido corriendo.

Sin duda alguna había tomado una buena decisión hasta ahora, mi mejor amigo siempre está para apoyarme en mis decisiones.
Buenas o malas siempre puedo contar con él ya que por más alocada y desesperada idea llegué a mi cabeza, él me ayuda a ser una persona responsable o al menos lo intenta.
El motivo por el cuál había escapado de casa fue debido a las actitudes de mi familia, de mi madre para ser exactos.

Ya que siempre se la pasa haciendo comentarios homófobicos y busca hasta el más mínimo error en mí para criticarme, es difícil cuando tu hogar en lugar de darte paz te da guerra.

Y cómo sabe que siempre que me hace daño voy corriendo a desahogarme con mi mejor amigo, fue a molestarlo.

—Ya no has salido o estado con nadie, ¿verdad? –Él era la única persona a la que le confiaba mis salidas, citas y amoríos.

—No, después de la última vez, ya me da miedo querer salir con alguien.

—Me alegra aunque deberías darte la oportunidad de estar con alguien, no te digo que te cases en este año o el próximo pero sí que tengas una linda historia.

¿Ven a lo que me refiero?, sin importar el desenlace él me aconseja que busque felicidad y una historia de amor aunque solamente dure un verano.

—Pues podría ser aunque siento que encontrar a alguien para mí se ha vuelto difícil.

—Si sigues creyendo en horóscopos te quedaras solo, serás aún más paranoico y chocante.

Quizá no puedan creer en que la posición de un planeta influya mi vida, pero juro que esta vez Saturno me dio una mano pues cuando hablabamos de que saliera con alguien un balón rodó hasta mis pies y un chico me llamó para devolverlo.

—¡Pasa el balón!

En un principio pensé en lanzarlo y ya pero, me llamó la atención aquel chico lindo de ojos cafés, cabello lacio y largo con una banda en su cabeza que lo hacía ver cómo todo un atleta de escuela americana. Tome valor para caminar hasta él y darle su balón, no perdí el tiempo y comencé a coquetear ligeramente... Según.

—Hola, ¿que tal? –le di su balón y él lo lanzó a sus amigos– Me llamó Damían, ¿juegas seguido en esta cancha?

—Algo así –Me sonrió mientras me miraba a los ojos y en ese momento sentí mi corazón rebotar igual que una pelota– Hace unos días vine con mis amigos y nos gustó el lugar, disculpa yo me llamo Javier.

Durante un par de minutos seguimos hablando sobre el parque, la ciudad y cosas por el estilo hasta que sus amigos le hablaron para que volviera, intercambiamos nuestros números de celular y caminamos en direcciones opuestas.

El Diario De Damían.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora