Hacia un día maravilloso, soleado y prometedor. Alison salió temprano con su padre rumbo a la reserva, tenia libre en la universidad y le hacía mucha ilusión ver a las Nuevas Especies. Su padre llevaba más de 17 años trabajando en La Reserva, un poco menos del tiempo que tenía de estar operando luego que las Nuevas Especies salieran a la luz y exigirán sus derechos.
Su padre llevaba todo el camino rumbo a su trabajo advirtiéndole sobre cómo tratar adecuadamente a las especies.
-No molestes ni hagas mucho ruido, no te alejes de la oficina y no los mires a los ojos mucho tiempo, a algunos les irrita.- Era la tercera vez que repetía lo mismo.
Alison hizo una mueca, fastidiada por el mismo parloteo de siempre. Tenía 19 años, ya no era una niña pequeña, podía cuidarse sola.
Una vez que llegaron a las puertas de la reserva, dejaron pasar el coche de su padre sin ningún tipo de revisión, ni siquiera bajo las ventanas. Ahora las Nuevas Especies podían permitirse tener aparatos que rastreaban cualquier objeto amenazante con un escanear rápido y exacto; además ya conocían a su padre.
El padre de Alison trabajaba en una oficina pequeña destinada a revisar el correo, antes trabajaba en el edificio principal pero consultó por un puesto con una menor carga de trabajo y esta era la mejor opción.
-Muy bien, cariño. Hemos llegado, comenzaré mis tareas, puedes dar una vuelta o quedarte aquí conmigo.
-Me quedaré aquí un rato.
Estuvieron en la oficina hasta medio día, cuando Alison decidió ir por algo de comer.
-¿Te traigo algo, papá?
-Una fruta y agua, por favor.
-Vale, no tardaré.
Alison salió de la oficina y camino por la acera hacia la cafetería, guiada por los numerosos letreros que indicaban con exactitud el nombre del edificio y que actividades se desarrollaban dentro.
De pronto, golpeó con su cabeza lo que se sintió como un muro de concreto que casi la envía al suelo. Alison levantó la mirada y se quedó atontada cuando vio al hombre más hermoso que alguna vez tubo el placer de conocer, era alto, mucho. La piel bronceada, sus ojos eran casi dorados, su nariz era plana, muy extraña pero no quitaba su atractivo. Jadeó y sus piernas flaquearon, no sabía en qué momento la había cogido de la cintura pero lo agradeció.
Él cerró los ojos y respiro profundamente, Alison seguía viéndolo anonadada mientras que de él salía un gruñido que la sacó de su trance. Sus caminos se alargaron y con la voz ronca rugió una sola palabra: MÍA.
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Nuevas Especies Salvation
Teen FictionAños después de que Industrias Mercile fuese destruida totalmente y que las Nuevas Especies fueran aceptadas por la mayoría de la población, Salvation North, hijo de uno de estos "Super Humanos", construye una vida normal, vive en La Reserva y traba...