✨Del Odio a la Pasión... ✨

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Capitulo 5

✨Del Odio a la Pasión... ✨

Hinata esperó hasta que casi no sintió movimientos en la nave para salir de su recámara. Obviamente, seguía habiendo algunos machos que trabajaban mientras los otros dormían al final de la rotación. Pero nadie le dió una segunda mirada mientras se movía por los pasillos.

Tenía un objetivo: Hablar con Namikaze.

Aún no podía olvidar su entrenamiento, esa misma rotación. Como su cuerpo había respondido al del Comandante. Como ella había aprovechado su distracción para reducirlo, pero de igual modo él había logrado zafar de su agarre y la había terminado reteniendo. Aunque se había considerado un empate ya que mientras él mantenía sus garras filosas en su cuello, la cuchilla de Hinata se había instalado en su entrepierna. Habían recibido ovación de los espectadores y todo había terminado cuando Namikaze rugió para que volvieran a sus puesto de trabajo o fueran a hacer algo provechoso.

Naruto la había mirado fijamente por unos minutos, que ella no pudo desviar su mirada y se había marchado sin decir una palabra a ella, ni a sus hermanas. Lo que más le había sorprendido era que sus ojos se habían fundido en oro puro y rico, como cuando la había tenido en sus brazos cuando la redujo la primera vez.

Hinata quería advertirle que no volviera a tocarla de ese modo ni que la mirará así. Provocaba un burbujeo en su interior que no quería sentir.

Se detuvo en la puerta de la recámara y respiró profundo. Miró la puerta unos segundos y frunció el ceño. Le parecía una estupidez lo que estaba a punto de hacer. Namikaze y ella se odiaban, él seguramente había aborrecido tener esa reacción con ella y, tal vez, Hinata no tendría que haber ido para hablar de ello. Pero antes de que pudiera darse media vuelta y volver a su habitación, la puerta se abrió con un siseo.

Sus cejas se alzaron cuando vió la habitación completamente oscura. Dudó, hasta que escuchó la voz gruñona del interior.

-Pase, capitana.

Hinata se mordió el labio, preguntándose cómo él sabía que era ella. Pero rápidamente descartó la pregunta y dejó su boca tranquila. Borró toda expresión de su rostro y dió unos pasos al interior. La puerta se cerró en su espalda y parpadeó para acomodar sus ojos a la oscuridad.

Gracias a su sangre híbrida, pudo distinguir a Namikaze sentado en una especie de puff-sillón oscuro. Su torso estaba desnudo y tenía una bebida en la mano. Sus ojos brillaron en la oscuridad haciéndolo parecer un ser extraño, mitológico, un demonio que podría seducir a cualquier mujer de la tierra. Su pecho ancho, musculoso y marcado de cicatrices hicieron que su mirada se desviará de su rostro. Se tensó cuando él movió su macizo brazo, pero se obligó a relajarse cuando simplemente él llevó el vaso con un líquido transparente a la boca. Sus ojos siguieron al vaso, que la llevaron a su boca dura y masculina, bajando a su garganta cuando su marcada nuez subió y bajó cuando tragó el líquido. Un suspiro ronco y bajo salió de la boca de Namikaze cuando bebió todo el contenido.

-¿Desea algo de mí, capitana?- murmuró Namikaze cuando Hinata se mantuvo en su lugar, sólo mirándolo.

Hinata de repente se sintió sin aire y con los labios resecos. El cosquilleo en su estómago se intensificó, siendo el doble de intenso de cuando discutía con él o cuando habían entrenado. Tampoco se perdió la pesadez de sus palabras, su vista se acomodó mejor a las penumbras y pudo ver la sombra sobre la nariz angulosa del Comandante. Lo que sea que estaba tomando, debía ser alguna clase de alcohol, pensó.

-De hecho..- susurró y se aclaró la garganta al sentir que su voz no había salido tan fuerte como le habría gustado-. Deseo hablar con usted.

Namikaze alzó una ceja mientras la miraba de arriba a abajo, sus dedos jugaron con la taza que mantenía en su mano. Su brazo abultándose y relajándose debido a los movimientos. Hinata lo comparó con un magnífico animal salvaje, relajado pero peligroso. Retozando, pero siempre alerta y listo para atacar.

Cediendo Terreno (NaruHina ❤️)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora