La navaja es fría al tacto, reconfortante, pero aun asi, me paralizo a centímetros de mis muñecas pálidas y suaves, vulnerables al corte, preparadas para que suceda, pero mi mano sigue sin avanzar, sin querer penetrar esa barrera que impide que la vida escape de mi y mi sangre caiga al gélido suelo, se que la muerte es inevitable, todos morimos algún dia, no seré la excepción, pero está necesidad de que pase lo más pronto y rápido posible se aloja en mi mente en cada momento de soledad del día, yo solo no quiero ser testigo de como asesinamos nuestro alrededor y después lo apremiamos para que vuelva a crecer, como gente rica se vuelve mas codiciosa e egoísta, como nos iremos dañando unos a otros hasta destrozar nuestras mentes y quebrantar nuestros espíritus, como lo hicieron conmigo, en este punto ni siquiera sé si hay vuelta atrás, si dejaré de ser está sombra de lo que fui.