ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ɴᴜᴇᴠᴇ

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"¡Bright!".

Detuvo sus pasos cuando escuchó la voz más bonita del mundo pronunciar su nombre. Una sonrisa automática se dibujó en sus labios al tiempo que se giraba y veía correr al pequeño Omega hacia él.

"Buenos días, Bright".

Los brazos de Win le rodearon momentáneamente, y el calor se expandió por su pecho. El dulce aroma del Omega le envolvió, mejorando su mañana al instante. Definitivamente, podría acostumbrarse a eso.

"Buenos días, Metawinnie". Respondió cuando el contacto se rompió.

Los dos chicos continuaron juntos su camino a clase, charlando sobre lo deliciosas que estuvieron las magdalenas de Win del día anterior, mientras todos y cada uno de los estudiantes que estaban en el pasillo contemplaban la escena incrédulos. Los cuchicheos y las miradas indiscretas les precedían, y es que, no todos los días se veía al estudiante más dulce y más deseado de todo el instituto abrazar al Alfa más temido. Aquello era como ver a un conejito darle la patita a un tigre; antinatural. Aquella amistad iba contra todas las leyes naturales de los círculos sociales adolescentes. ¿El marginado y el popular? ¿Esto qué es, una novela cliché de Wattpad?

Gun ya estaba en clase esperando a su mejor amigo con una sonrisa, que lentamente se desvaneció al verlo entrar charlando amistosamente con Bright. Cuando el rubio le vió, le dedicó una gran sonrisa y se dirigió hasta él, arrastrando al Alfa a su lado.

"GunGun, él es P'Bright. Bright, él es Gun. Seguro que nunca se han presentado". Habló Win animadamente.

"No, nunca había tenido el... Placer". Dijo Gun con notable ironía.

Bright quería alejarse lo más pronto posible, no le gustaba conocer a gente nueva, y que el amigo de Win lo mirase como si fuera un secuestrador de niños en una furgoneta blanca, tampoco ayudaba. Pero Win se veía tan feliz, tan ilusionado, con sus pequeños ojos brillando de felicidad, como su nada le hiciera más ilusión que presentarlos, como si de verdad él le importara. Aquel niño era su perdición. Bright se obligó a poner su expresión más neutral y a mirar a Gun.

"Encantado".

El chico lo miró como si le hubiera salido otra cabeza.

"Igualmente...". Respondió desconfiado.

Win aplaudió alegre.

"¿Ves, Gun? Te dije que Bright era genial".

Gun asintió sin convicción, no queriendo discutir con su amigo. Mientras, Bright sólo podía pensar en que Win creía que era genial. No pudo evitar sonreír, aunque, cuando se dio cuenta de que Gun le observaba con el ceño fruncido, volvió a su expresión neutra.

Cuando el profesor Sunan entró a clase, Bright volvió a su sitio y Win tomó asiento junto a Gun.

"¿Estás loco? ¿Ahora eres su amigo?". Preguntó Gun entre susurros mientras el profesor escribía en la pizarra.

"Sí, lo soy. ¿Tienes algún problema?".

El tono de Win dejaba en claro que, como la respuesta a aquella pregunta fuera errónea, iba a tener problemas. Y muy serios.

"No, es solo que... No me gusta. Hazme caso, Winnie, Bright no es de fiar".

"Estoy harto de tus "No es de fiar", Atthaphan, eso no son más que prejuicios". Que le hubiera llamado por su nombre completo no era buena señal.

"Lo siento, WinWin, es que no me da buena espina...".

"¡Pero no es pescado, no tiene que darte ninguna espina!". Respondió haciendo un puchero frustrado.

Gun reprimió una risa, su amigo no tenía remedio.

"¡Tengo una idea!". Exclamó de pronto Win.

Quizá lo hizo demasiado alto, porque toda la clase se giró hacia él, incluído el señor Sunan.

"¿Le gustaría compartir esa idea con el resto de la clase, señor Metawin?". Preguntó el profesor.

Las mejillas del Omega se tiñeron de un potente rojo, bajó la mirada avergonzado y empezó a jugar con sus manos.

"Lo siento mucho, señor Sunan, no volverá a ocurrir". Se disculpó con voz suave.

Win había despertado el instinto protector de todos los Alfas y Betas del aula, incluído el profesor, que le regaló una sonrisa tranquilizadora.

"No se preocupe, todos nos despistamos de vez en cuando".

Win le devolvió una enorme sonrisa y un efusivo asentimiento de cabeza.

"Winnie, tienes suerte de ser tan adorable, así nadie se da cuenta de que, en realidad, eres un desastre".

Los dos amigos rieron bajito.

"Cuéntame esa idea, anda".

"Tenemos que salir los tres, ir a algún sitio juntos. Así verás que Bright no da nada de miedo, y que es un chico estupendo". Win sonrió ilusionado, convencido de que, a lado de su idea, la de la cura de la malaria era una nimiedad.

"Oh no, no, no. Ni hablar. Y, ¿Desde cuando le llamas Bright con tanta familiaridad?".

Las mejillas de Win volvieron a teñirse de rojo y desvío la mirada.

"Desde ayer, él ha empezado a llamarme Metawinnie". Dijo y sonrió suavemente recordando el momento en el que el Alfa le llamó así por primera vez. Aún quería saber en qué pensaba cuando lo hizo.

"Oh Dios mío". Dijo Gun separando mucho las palabras. "Te gusta, ¿Verdad?".

Las mejillas de Win se encendieron aún más si era posible y abrió los ojos desmesuradamente.

"¿¡Qué!? ¡No!".

"No me mientas, Metawin, te conozco mejor que tú mismo". Gun resopló rendido. "Será mejor que organices esa salida, tengo que decirle unas cuantas cosas a ese Alfa descerebrado. Como te haga algo malo, se las verá conmigo".

"Callate Gun".

Win estaba tremendamente avergonzado. A él no le gustaba Bright, no, nope, para nada. Bright sólo era su amigo, un amigo que le ponía nervioso y que hacía que unas agradables cosquillitas viajaran desde sus pies hasta la cabeza, dejando una dulce sensación a su paso. Nada especial.

Win miró al lugar en el que se encontraba el Alfa, topándose de lleno con sus ojos negros. Bright sonrió y él volvió a mirar la pizarra rápidamente, avergonzado. La suave risita de Gun se escuchó de fondo.

Puede que le gustara Bright, sólo un poquito.

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¿Qué tal? 👀

Win me da taaaanta ternuraaa😭🥺❤️

ɪɴᴛᴏᴄᴀʙʟᴇ |ʙʀɪɢʜᴛᴡɪɴ| ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏɴ ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora