capítulo 8

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A la mañana siguiente Zhan se debatía entre la alegría de ver a Yibo y la inquietante idea de que el beso no había significado nada para él, lo que para Zhan había sido impactante, para Yibo podía no haber sido más que algo intrascendente, por eso apenas le había dirigido la palabra durante la cena y había vuelto a adoptar una actitud distante.

Yibo tenía mucha experiencia y lo extraño era que aún no se hubiera casado.

A la hora del desayuno, Zhan ya había vuelto a convencerse de que estaba en el Rancho para curarse definitivamente de su amor por Yibo, el comportamiento frío y taciturno de este le confirmó la sospecha de que ni siquiera recordaba el beso, nada había cambiado entre ellos.

Zhan reflexiono sobre su ataque de celos y se dijo que al besarlo había querido reclamar algo de lo que se consideraba dueño, una vez obtenido ya no sentía ningún interés.

Para poner a prueba sus sospechas intento entablar conversación.

- vas a trabajar fuera? -

Yibo lo miro con gesto inescrutable.

- hasta las doce. Luego tengo que ir al pueblo.

Continuó comiendo en silencio, Zhan sabía que trabajar fuera significaba montar a caballo y que el no podía acompañarlo, pero era evidente que no le había invitado al pueblo era porque no quería.

Y le ayudó a tomar una decisión: dedicaría la mañana a conseguir un coche en alquiler para volver, podía marcharse después de comer, así se despediría de Yibo antes de que se fuera al pueblo.

Era preferible alejarse del volátil temperamento de Yibo ya lo había hecho con anterioridad y un beso no tenía por qué convertirlo en imposible. Al menos en aquella ocasión no se separarían tan enfadados como antes.

Dejo de esforzarse por comer y excusandose llevó los platos a la cocina. Con toda seguridad podría ayudar a las hermanas Chen un rato antes de que abrieran la agencia y si para entonces no estaba demasiado cansado podría hacer una última visita a los potros.

Las hermanas Chen se quedaron calladas al verlo entrar y Zhan tuvo la certeza de que estaban hablando de él o de Yibo, hizo como que no se daba cuenta y metió el plato y la taza en el lavavajillas, las dos hermanas acabaron el café que estaban tomando y se pusieron a hacer cosas, Zhan observo que encima de una de las encimeras había varios cuencos con masa de repostería, miro a las hermanas.

-Quieren que les ayude en algo?

Ambas intercambiaron una mirada.

- tenemos que hacer rollitos de canela y avellana para esta tarde, un par de manos más nos ayudarían a acabar antes.

Zhan observo que ponían una cara rara pero sin decir nada, fue al fregadero a lavarse las manos y saco un delantal.

- hacen rollitos habitualmente? - pregunto mientras las hermanas preparaban los utensilios que necesitaban - están vendiéndolos en el mercado semanal?

Las hermanas volvieron a mirarse en silencio.
- zhan-zhan, te importaría acercarnos cuatro de esos cuencos? No intentes moverlos todos a la vez. No, no hay mercado semanal, tenemos que devolver algunos favores.

- no te preocupes - dijo dándole una palmadita en la espalda- cuanto menos digamos sobre los porqués y para quien de esos rollitos, mejor tu no trabajes demasiado.

- Eso, zhan-zhan, tienes mejor aspecto así que ten cuidado.

Zhan las miro alternativamente y noto que las dos esquivaban su mirada y fingían estar atareadas para no tener que responder más preguntas, y si algo sabia era que no conseguiría averiguar nada mas sobre aquel peculiar proyecto de repostería. 

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