ᏆɴᴛᴇʀᴄᴀᴍʙɪᴇᴍᴏՏ ミ γοοимιи ❪τєямιиα∂α❫

𝟏𝟎: 𝗗𝗼𝗿𝗺𝗶𝗿

El primer día en el campamento fue demasido agotador, o al menos para YoonGi que no estaba acostumbrado a caminar por tanto tiempo.

La actividad había sido una caminata a lo alto de una colina en grupo, justo después del desayuno, donde la coordinadora Dahyun les iba hablando de la diversa flora y fauna que encontraron, respondiendo pacientemente las preguntas de cada alumno. Como siempre hubo algunos estudiantes, sobre todo los más pequeños, que se pusieron un tanto rebeldes pero las profesoras supieron manejar a la perfección todo.

Almorzaron sándwiches de jamón y queso, con refrescos y postre (una fruta) bajo la sombra de los árboles. Park, Kim, Jeon y Min por alguna razón no estuvieron juntos por más que trataron. Les habían asignado otros compañeros al no encontrar a auqellos con quienes compartían tienda entre el montón; por lo que YoonGi tuvo que aguantar a la odiosa de Hyeji, Taehyung a un niño llamado Bogum que le había caído muy bien, Jimin estaba con un chico mayor de nombre Seokjin con quien se llevaron de maravilla y finalmente Jungkook con Baekhyung, uno de los chicos más grandes que había asistido al campamento.

La cena consistió en verduras hervidas con aderezos y atún enlatado con arroz. Taehyung no estaba demasiado contento cuando Jimin regresó con los ingredientes -que había elegido de entre todo lo que los profesores tenían para repartir- pues, según decía él no le gustaba el pescado. Cosa que no se notó una vez la comida estuvo lista, pues de los cuatro fue quien más arroz con atún ingirió.

Tal vez surja la duda... ¿qué hacen los cuatro juntos?

Los dos menores se encontraban aburridos, estar los dos solos en un espacio tan pequeño se volvía incómodo mayormente para Jungkook por lo que, rompiendo la segunda regla impuesta por los coordinadores, se escabulleron hasta la tienda de Park y Min.

Al llegar, para las visitas no todo fue paz y amor. Principalmente porque cierta persona quería acostarse a dormir y otra simplemente estar echado a su lado. Habían discutido un poco al principio ya que los menores no parecían querer irse, pero finalmente los aceptaron en "su casa".

Al acabar de cenar, YoonGi se despidió de su primo y el pequeño Taehyung, para ir a recostarse.

—¿YoonGi hyung está bien?—le preguntó en un susurro a su amigo, mientras acariciaba los cabellos de otro chico que tenía apoyada la cabeza sobre sus piernas.

Jimin se sentó bien cerca de ellos, mirando la pequeña fogata que Jungkook habia logrado encender siguiendo las indicaciones de un coordinador que merodeaba el lugar para evitar accidentes.

—Está cansado y quiere dormir. Recuerden que ustedes vinieron a molestar cuando intentaba dormir, su humor no es el mejor.

—Él ha sido siempre un amargado y un gruñón—comentó cerrando los ojos, dejándose mimar por el peli castaño.

Era extraño para Park verlos así de melosos, normalmente Jungkook se la pasaba tratando mal al otro chico, pero desde que estaban en el campamento se los veía más sonrientes y unidos, paseando de la mano o abrazándose cada que se les daba oportunidad.

¿Y si tal vez... Taehyung y Jungkook también pasaban por algo parecido a ellos dos?

De ser ese el caso había cosas que no cuadraban, pero no podía descartar nada.

»🍑«

Se despertó de golpe debido a que estaba teniendo una pesadilla. En el sueño estaba atrapado dentro de un espejo y del otro lado una persona tenía a YoonGi amenazando con matarlo, todo por hacer a Park sufrir.

Y vamos, que al final sueño o no lo había logrado.

—Yo-YoonGi hyung—susurró, quería corroborar que se encontraba bien pero el chico no respondió. Entonces hizo el intento de samarrearlo pero en su lugar no había nadie—. ¿YoonGi hyung...? ¿dónde...?

Con toda la torpeza que conlleva el recién despertarse, el chico gateó hasta la salida para abrir "la puerta". Pensó que iba a encontrarlo sentado donde hace unas cuantas horas habían cenado, pero no.

Miró hacia todos lados pero era inútil puesto que la oscuridad reinaba bajo los árboles, no dudó en prender la linterna de su celular pero recordó que si gritaba su nombre despertaría a todos y se metería en más problemas. Mordiendo una de sus manos por mera ansiedad le pareció ver huellas en la tierra y no dudó en seguirlas.

Sentía que el corazón se le saldría del pecho en cualquier momento.

No sé percató que tan lejos estaba de la carpa hasta el momento en que levantó la vista. Ya no era necesaria la linterna pues había llegado a un claro de la arboleda por donde un pequeño arroyo cruzaba, la luna era ahora su fuente de iluminación.

Dió un par de pasos más, y al fin lo vió. Estaba parado, con las manos en los bolsillos de su campera, disfrutando de lo bonita que se veía la luna reflejada en el agua que corría suavemente. Como si no pasara nada.

—¡YoonGi hyung!

El mayor se volteó, agitando una mano.

—Hola Jiminie.

Jimin jamás lo había visto tan tranquilo y relajado, pero realmente no era lo importante ahora. Quería matarlo.

—¿Hola?—se acercó a el, y lo empujó suavemente por los hombros—, ¿cómo que "hola"?

El mayor solo le regaló una sonrisa, dejando ver sus blancos dientes, luciendo tan lindo. Y aunque Park se sintió atacado por tanta belleza, sus ganar de echarle las manos al cuello no se le iban.

Es que, ¿quién demonios podía hacerle eso a otra persona? Aparentemente Min YoonGi era de ese porcentaje mundial que respondería que si a la pregunta.

Jimin nuevamente le dió un empujón.

—¿¡Te llevo buscando por una hora entera como un desesperado y solo vas a sonreirme así!?

—Si—se encogió de hombros, esquivando los manotazos que el menor aparentemente poseído por satanás incluso su peinado todo revuelto hacía juego con su personalidad- le intentaba dar.

Así estuvieron por bastante tiempo, Min huía del menor que al parecer no terminaba de sacar la furia de su cuerpo. En algún momento habían vuelto a acercarse a la arboleda, Park estaba a punto de completar la única misión que en el momento tenía pero YoonGi fue más rápido que él.

—¡Jodida mierda!—soltó un chillido de dolor, pues una de sus manos fue a parar a la corteza de un árbol, y no a alguna parte del mayor.

Le dolía hasta el alma, y al verlo llorar Min se sintió tan mal consigo mismo que de inmediato corrió hasta el.

—Ya, ya... shh, deja de llorar—se le colgó tal cual koala por la espalda.

Jimin sintió la vergüenza apoderarse de su ser, más agradecia que el mayor no lo viera de frente en ese momento.

» —Déjame ver tu mano—susurró. El chico le enseñó levantandola cerca de su propia cara, Min hizo una mueca al notar que la zona estaba rojiza y levemente raspada. Apoyó la frente en el hombro de Pak por unos segundos y volvió a apoyar el mentón en la curvatura del hombro del menor—, lo siento mucho.

—¿Po-por desaparecer c-como un fa-fantasma?—sorbió su nariz.

—No, por lo de tu mano ya que teóricamente fue por mi culpa.

Park no pudo hacer más que sonreírle, rozando su nariz sin querer al voltear hacia atrás con la mejilla del mayor.

Al menos ya lo había encontrado y ahora sabía de sobra que estaba bien.

—Volvamos a dormir, hyung.