después de la tormenta

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PROLOGO

A las afueras de la gran aldea de la hoja se podía escuchar a una mujer gritando, la razón de sus gritos no era nada más ni nada menos que su parto, se había adelantado, mientras la madre luchaba para sacar y ver lo más pronto a sus bebés, su marido el cuarto Hokage luchaba contra el fuerte agarre de su esposa y la vulnerabilidad del sello que estaba enfrentado su mujer. Una de las kunoichis más grandes que había dado el mundo shinobi, también se encontraba ahí, Tsunade Senju sería la encargada de recibir a los primogénitos del cuarto Hokage.

Tsunade:Kushina puja un poco más, ya casi terminamos, solo resiste un poco más

Un llanto inundo la habitación en la que se encontraban, un pequeño rubio, cualquier persona podría asegurar que era una copia idéntica a su padre, Tsunade tomo al pequeño en brazos mientras su reciente discípula ya tenía todo para arroparlo, seguido del pequeño rubio, un pelirrojo se hizo presente, tres minutos después, y por último una pequeña copia de Kushina lleno de llanto el lugar, la mujer estaba cansada y muy débil, lo único que la mantenía concientes era el recordatorio de que ahora era madre.

Kushina:mira Minato son hermosos como los llamaremos

Minato:el mayor será Naruto, en honor a mi sensei, el pelirrojo será menma, quieres ponerle el nombre a la niña (lo decía con notable alegría)

Kushina:la niña será mito para recordar a la mujer que crío de mi, que te párese

Minato: perfecto

Todo fue felicidad por un corto lapso de tiempo, pues el sello no pudo soportar más, y por fin en mucho tiempo el gran zorro de nombre Kurama pudo emerger, Minato reaccionó lo suficientemente rápido para salvar a su familia, fue una batalla ardua pero con ayuda de la sannin evitaron muchas muertes, para su lástima su propia vida se encontraba colgando de un delgado ilo. El ser que se encontraba frente a el sería la causa de su deceso y también la solución de lo que significaba tener a un kyubi fuera y sin contenedor.

Shinigami:para que me has invocado mortal

Minato: Shinigami por favor sellé al zorro de las nueve colas en mis hijos

Shinigami:sabes el precio a tu petición no es así humano

Minato:si...

La felicidad que no hace mucho experimento fue remplazada por esa inmensa tristeza, no avía vuelta atrás era el o el futuro de millones de personas entre ellas su familia.

Shinigami:cómo quieres que lo sellé

Minato:el cincuenta por ciento siento en mis hijos peli rojos y el cuerpo y alma en mi hijo rubio

El Shinigami acato la petición al pie de la letra hasta que llegó a ese pequeño rubio completamente dormido, ese niño cargaba con una gran responsabilidad, le resultaba curioso como su vida avanzaría y a un más que no tenía algo cierto, no al menos como todos los humanos, su vida arrojaba golpe tras golpe, tenía claro que nacer en cuna de oro no le daría ningún beneficio, solo por esta vez cederia ante un impulso, le interesaba que rumbo tomaría ese pequeño rubio de ojos azules y peculiares marcas en las mejillas llamada Naruto.

Shinigami:estás de suerte mortal, no me llevaré tu alma, el futuro Shinobi está en tus manos, antes de partir te aconsejo no colocar barreras innecesarias, el rojo no siempre es malo y el dorado no siempre es valioso...

Sin más que decir el Shinigami se fue dejando a Minato petrificado, por la razón que fuese le perdonó la vida, era un suceso curioso pero grato, además de que esas palabras le resultaron demasiado confusas, después de unos minutos Kushina llegó, Minato no sabía cómo pero su esposa se podía mover lo suficiente para llegar ahí.
El rubio le explicó todo lo sucedido a la Uzumaki llegando a la misma conclusión, entrenar a menma y mito desde temprana edad, ya que para ellos a eso se refería la parca en su advertencia, lo que los convencía a un más, era el echo de que ahora los pelirrojos cargaban con el chacra de la vestía, por otro lado Naruto no fue considerado prioridad, por lo que no los necesitaría.

Flashback 4 años

Un pequeño rubio de ojos azules ahora con cuatro años de edad se encontraba despertando sobre un rama, las estrellas ya adornaban el azulado cielo, posiblemente pasaban de las ocho de la noche no importaba si era realista pero está noche no podrá quedarse a entrenar durante más tiempo, pues precisamente hoy regresaban sus padres y hermanos de otro de sus constantes viajes de entrenamiento, posiblemente ya estaban en casa, bajo del árbol completa adolorido por el constante abuso físico de su pequeño cuerpo, lo que era casi una burla a su sola existencia, el mismo podría jurar ser una copia idéntica del cuarto Hokage, gritar a los cuatro vientos que era su padre y eso no cambiaría la opinión de los aldeanos, fue jugado por portar el cuerpo y alma de ese zorro que arrebato muchas vidas que su padre no pudo evitar ese trágico día, no se necesita ser un genio pero saber que todo el mundo parecía detestar lo por esa razón y los constantes insultos hicieron que todos los puntos se unieran.

Caminaba de regreso a ese frío lugar que se hacía llamar hogar, era un bosque extenso que era conectado a un pequeño sendero que te adentraba a la aldea, por obvias razones no tomaría ese camino prefería evitar todas esas miradas de odio, abría seguido su camino si no hubiera visto a ese pequeño grupo de niños, además de algunos sollozos acompañado de carcajadas burlonas, no le prestaría atención y seguiría con su vida pero como siempre traiciono lo que su mente y esa extraña voz en su interior le gritaban, su corazón siempre terminaba ganando.

CONTINUARA


LA VERDAD NO SIEMPRE ES DULCEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora