Enredado en tu telaraña

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Theo corría y se columpiaba por los techos, iba lo más rápido que jamás había ido y en su mente solo podía repetirse una pregunta "¿Cómo pudiste arruinarlo?". El chico corría contra reloj, su adrenalina y nervios aumentando con cada segundo que pasaba. -Puedo hacerlo, aún tengo tiempo- se murmuraba mientras seguía corriendo. Aún intentaba convencerse de que podría lograrlo, pero sus pocas esperanzas se vieron destruidas con un solo sonido -Oh, no...- la campana de la universidad de Columbia se escuchaba desde el techo del edificio frente a esta, donde Theo veía el lugar. -Diablos, ¿Por qué tuve que perder el autobús?- suspiró y quitó su máscara -La señorita Nash va a matarme-

El chico se abrió camino entre los pasillos de su universidad, lo más rápido y silenciosamente posible, pero cuando abrió la puerta de su salón, todos guardaron silencio y voltearon a verlo. Al frente de la clase, la profesora Violet Nash lo miraba seriamente. La mujer había sido profesora del lugar desde hace algunos años, durante los cuales formó una linda amistad con Peter.

-Joven Parker, me alegra que haya decidido acompañarnos, pero le recuerdo que mi clase inicia a las nueve, no nueve y media- Dijo la mujer con un tono serio, ella conocía bien al chico, conocía todo el potencial que este tenía y aunque lo apreciaba bastante, le dolía ver que sus prioridades parecían regadas por todos lados.

-Lo siento profesora, no alcancé el autobús...- Dijo Theo algo apenado al sentir la mirada de sus compañeros, se escuchaban murmullos y pequeñas risas, las cuales nunca significan algo bueno.

La mujer suspiró y señaló el asiento del chico -Asegúrate de ponerte al corriente con lo que te perdiste y por favor, asegúrate de que esto no se vuelva un hábito-

El chico hizo la clásica caminata de la vergüenza a su asiento, sentía la mirada de sus compañeros y alcanzaba a escuchar unas risitas que erróneamente creían ser disimuladas, cuando llegó a su asiento rápidamente pudo reconocer de donde provenían, un chico y una chica de cabello naranja, sentados cada uno a un lado del chico, eran los mellizos Jordan y Erin Wood, dos grandes amigos de Theo.

-¿Por qué tienes la manía de hacer estas cosas en la clase con la maestra a la que parece que mejor le caes?- preguntó Jordan

-Además, ¿Cómo vas a perder el autobús? Siempre pasa a la misma hora al final de tu calle, literalmente solo tienes que despertarte a la misma hora diario T, no es ciencia nuclear- bromeó Erin.

A pesar de ser mellizos, ambos no podían parecerse menos. Mientras Jordan era un chico bajo, nervioso e inteligente, Erin era esa persona alegre, confiada, era esa compañera con la autoestima que todos quisiéramos tener. Aún con sus diferencias, esos dos eran unidos como nadie, si había algún tema que Erin no entendiera en sus clases, Jordan no dejaba pasar ni un día antes de enseñarle y asegurarse de que si lo supiera, si alguien intentaba meterse con Jordan, inmediatamente Erin salía a cuidar de su hermano. Cuando Theo los conoció, se hicieron amigos casi de inmediato, sus gustos en películas y su ingenio conectaba mucho con Jordan, mientras que sus hobbies y su forma de vivir su vida hacían que conectara bastante con Erin, gracias a eso solo fue cuestión de tiempo para que estos se volvieran una tercia inseparable.

-¿Es mi falta de sueño o de verdad tengo un campo de zanahorias burlándose de mi?- Preguntó Theo en tono burlón.

Ambos hermanos se miraron un segundo y luego devolvieron su vista a Theo.

-Ninguna, es tu falta de originalidad en tus chistes T- respondió Erin.

-Sí, esas bromas dejaron de ser originales desde hace un tiempo hermano.- añadió Jordan.

El castaño solo rió y asintió. -Bueno, no todos los chistes pueden ser ganadores supongo- dijo mientras reía un poco.

Los hermanos volvieron a intercambiar miradas, pero esta vez eran de confusión. -Ok, algo te pasó, normalmente habrías defendido ese chiste a la muerte... ¿Qué tienes en la mente Theo?- preguntó Jordan.

Spider-Man: LegacyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora