Capítulo 1

55 6 1
                                    

Capítulo 1

Alina

Desde muy chiquita siempre me ha gustado el café y el romance. Y puedo decir que me gustaría estar sentada en un lindo restaurante en París con el amor de mi vida.

Cabe destacar que ahora mismo no estoy en París ni tomando café con el amor de mi vida. Enamorarme de verdad, es una de las cosas que más deseo además de ser una gran Diseñadora conocida, pero el romance en mi vida no ha sido bueno, así que ha sido dejado de lado y me he concentrado en trabajar. Tengo dos días de haber terminado con mi novio, cabe destacar que mi relación fue un asco, pero tengo que admitir que no me siento mal. Me siento libre esperando cosas nuevas y maravillosas.

Mientras tengo en mi mano derecha una taza de café, veo a mi madre salir y dejar cerca de mí, un pedido de rosas mientras me sonríe y se va nuevamente. Me encuentro sentada en la floristería esperando que lleguen por un pedido de hermosos tulipanes que preparé desde temprano. El día es hermoso, estoy segura que nada podría salir mal.

Mi familia tiene una floristería, es un trabajo familiar que fundó mi bisabuela como emprendimiento de madre soltera, ella sacó adelante a sus seis hijos, entre ellos mi abuela y de ella mi madre, quien con ayuda de mi padre nos ha dado una agradable vida a mis hermanas y a mi.

Soy la menor de tres maravillosos seres nacidos de un hermoso matrimonio. Mi madre es nativa de la ciudad, mientras que mi padre es de Madrid España. Aquel hombre de ojos verdes iguales a los míos enamoró a mi madre por su torpeza y hoy en día es algo esencial de su relación además de la confianza. Tengo que admitir que me parezco mucho a él. Mis hermanas son lo mejor que me ha pasado, son mis mejores amigas y mis confidentes. Confío en ellas y ellas en mí.

Las tres desde niñas soñábamos con ir a Francia y vivir allá, pero los sueños no siempre se cumplen. Digamos que Barbie influyó de gran manera en mi sentido de la moda. Otro de mis sueños y deseos, caminar por las hermosas calles de París y de otras ciudades hermosas que tiene Francia. Al menos para nosotras tres todavía ese sueño está lejos. Hemos trabajado mucho para estar en donde estamos. Así que ir a Francia quedó en segundo plano y lo primero fue sobresalir y trabajar para un futuro estable.

Suelto un suspiro levantado me de la silla dejando la taza de café vacía en la mesita junto con otras decoraciones. Miro mi reloj al ver que voy tarde a mi reunión de trabajo y no han llegado por las hermosas flores.

—Voy saliendo. — Avise mientras me terminaba de acomodar. Estoy segura que mi madre se encargará de eso. Tomando mis llaves y demás pertenencias veo salir corriendo a mi hermana Alice con su morral, mientras cerraba la argolla de su oreja izquierda.

La agradable voz de Alice llega a mi. —Buenos días.

—Buenos días. —Le di un beso. —Vas tarde. ¿Quieres que te lleve?

Alice sonríe un poco nerviosa pero niega con la cabeza. Varias veces se mira en el espejo del mostrador y revisa su celular esperando algo. Se nota ansiosa y emocionada.

—Sí me encantaría pero. —Su celular comienza a sonar y veo su rostro ponerse rojo. —Vinieron por mí.

—¿Quien? —Alce una ceja buscando una respuesta a tan curiosa actitud pero solo provoque que desviara la mirada.

—Te cuento en la noche. Me voy. —Alice se detiene y se voltea a mi. —¿Me veo bien?

—Te ves preciosa. —Su celular comienza a sonar. Y claro que se ve preciosa. Alice es una chica muy guapa en todos los sentidos.

Alice tiene veintitrés, mi hermana es muy linda, cabello castaño, de mediana estatura, tez de piel clara y cafés verdes. Alice siempre ha sido muy activa, de las tres, nosotras dos somos demasiado unidas, nos llevamos dos años de diferencia.

Besos con sabor a CaféDonde viven las historias. Descúbrelo ahora