Capítulo 4
Dean
—Monsieur, la voiture vous attend. (Señor, el auto lo está esperando)
Asiento dejando los papeles en perfecto orden para guardarlos de la maleta y salir del Yet. El aire fresco de París toca mi rostro cuando bajó las escaleras, hace mucho frío y se esto es claro ya que el verano está terminando. Las primeras gotas han comenzando a caer. Mi chofer, quien es un gran amigo, me apresura para que entre al auto.
Las calles están vacías, no es algo recurrente, aún así es normal que la lluvia despegue a los franceses y turistas. Pero dentro de unas semanas la ciudad estará en constante movimiento por el gran evento del año.
El camino hacia mi apartamento se hace largo, durante el trayecto Francois se ha mantenido en silencio pero he notado tu mirada a través del espejo. De hecho él es la única persona que trabaja para mí que puede hablarme con carácter. Desde que tenía dieciocho está a mi disposición y eso es debido a que me ayudó a salir de una pelea.
—¿Qué tal los niños Francois?
Tiene dos hijos, el más pequeño tiene diez años, la mayor está pisando los quince.
—Muy bien señor.
—¿Creciendo sanos?
—Ya me están sacando canas verdes. —la imagen de su pequeña hija llega a mi cabeza. Hace tiempo no la veo y es como una hermana para mi.
Cuando la conocí supo ganarse mi cariño, es inteligente y se nota que tiene un futuro prometedor. Vivir sin su madre ha sido duro para ella, le ha tocado madurar.
—¿Muchos problemas?
—No Dean. —La línea fina de sus labios se curvan hacia arriba. —quieren que busque una esposa.
—Deberías hacerle caso. —Aprieta el volante. El semáforo está en rojo y mira hacia atrás.
—Tu también. —Gira en una esquina. Ya sé por dónde va esto. —Es hora de que sientes cabeza hijo.
—No quiero casarme, no por ahora.
Dije mirando hacia la ventana, los recuerdos de la playa llegan a mi y no puedo evitar sonreír
—A tu madre le dará algo con sólo oírte.
—Y tengo que agradecerte por no decirle que volví. Gracias. —Ambos quedamos en silencio y llegamos al gran edificio. —Tengo algo que pedirte Francois.
Deje la carpeta en la mesita pequeña de los muebles mientras acomodaba dos vasos de whisky. Él se sienta y escucha con atención lo que está pasando internamente en la empresa. Hubo un tiempo en el que Francois me ayudó a solucionar varios problemas ilegales que tenía la empresa encima por culpa del mal manejo de mi padre como presidente en ese tiempo. Todo el tiempo se mantiene callado escuchando con atención. Francois se asombra no asombrarse en el momento en el que le digo que Charlotte esta por casarse tanto así que me advierte sobre la supuesta boda. También comenta que mi madre esta desesperada por encontrar al ladrón.
Durante todo el rato analizamos la situación y mi petición ante él, es que me ayude a encontrar al ladrón si es que se encuentra en Francia. Conociéndolo sé que irá mucho más lejos. Francois conoce a mucha gente peligrosa así como tiene contactos importantes que son capaces de darle información necesaria.
—Ten por seguro que tendré lo que pides. ¿Pero cómo harás para recuperar las acciones?
—Algo se me ocurrirá pero me veré con ella dentro de dos días.