WOLFFIA ━━ Jenlisa

little, ¿doll?

Lisa y Jennie habían salido a comprar helados, la omega nuevamente estaba en su forma pequeña pero esta vez por el enojo que sentía dentro de su sistema.

Un perro, un cachorro había intentado comerla y la pelinegra la había rescatado, luego de eso la coreana había estado tirándole aquellas mostacillas que se colocan en la comida al perro.

Hasta que su alfa se había percatado de ello y le había quitado las mostacillas, desde entonces la omega estaba molesta.

──¿Vas a seguir molesta, amor?

Jennie jadeó y sus mejillas se volvieron rojizas debido a la furia contenida.

──¡Me quería matar! ¡Intentó comerme, alfa tonta!

──Soy consciente de eso, amor.

Jennie suspiró, cada vez que ella estaba molesta la tailandesa le decía amor, ¿acaso era un juego sucio?

──¡Iba a hacer ¡pum! y no quedaría nada de mí!

Lisa suspiró y dejó de comer su helado. De reojo vio al cachorro que estaba sentado unas mesas más allá en el suelo, mirando fijamente a la omega.

──Jamás dejaría que un cachorro te comiera, bebé.

Jennie soltó un bufido, se acercó rápidamente a la alfa y pateó su brazo.

──¡Nini!

──¡Deja de tratarme tan bonito cuando estoy molesta, Lalisa!

Lalisa suspiró, estaba pensando seriamente en demandar a su omega por violencia.

──Te voy a demandar.

Jennie la miró como si no le creyera, luego de unos largos minutos de guerra de miradas, la pelicastaña se sentó y poco a poco sus ojos se comenzaron a aguar, hasta el punto que se soltaba en un llanto desgarrador.

──¡Eres una alfa fea nos vamos a divorciar y me voy a llevar a Lego!

Lalisa la miró con una pequeña sonrisa divertida.

──No estamos casadas, amor.

Jennie pasó sus pequeñas manitas por sus ojitos, frotándolos con delicadeza para luego mirar a la menor con tristeza.

──¡Pero lo haremos! Y cuando pase, me divorciaré de ti.

──Pues jamás te pediré matrimonio.

Jennie jadeó, indignada con su alfa.

──¡Me buscaré otra alfa!

Lalisa achicó sus ojos.

──Yo me buscaré otra omega.

Jennie nuevamente jadeó, pero comenzó a llorar de forma aún más desastrosa.

──¡Eres una alfa fea!

La azabache suspiró, la mesera fue y ella pagó toda la cuenta. Tomó entre sus manos a la pequeña pelicastaña y la acunó con dulzura para luego acercarla a su rostro y restregar su nariz contra su pancita.

──Ya está, amor. ¿Qué es lo que quieres?

Jennie soltó un hipido y volteó en las manos de Lalisa, se aferró al dedo índice de la alfa y restregó su carita.

──Dame mimos, Lili. P-Por favor.

Hipó suavemente.

Lalisa caminó con la omega entre sus manos y llegó a cierta tienda de juguetes. Entró con su pareja y los ojitos de Jennie brillaron, miró a la alfa con una pequeña sonrisa emocionada.

──¿M-Me comprarás ropita, Lili?

Lisa asintió.

Vieron por los muchos estantes y Jennie eligió muchos productos pequeños que eran para muñecos pero igual le servían a ella. Entre ellos eligió tres sudaderas blancas que cada una tenía letras de distinto color, daba pequeños bailecitos de festejo cada vez que su novia le decía que sí para alguna prenda.

──¡Gracias, gracias, gracias!

Lalisa le dio un pequeño y delicado besito en su cabeza.

☁️

──¿Vas a modelarme tu ropita, mi amor?

Jennie asintió, salió de detrás de la cortina la cual era su improvisado vestuario. Modelaba un vestido oscuro y largo con unos tacones bajos. Lalisa sonrió coqueta al verla.

──¿Te gusta, Lili?

La pelinegra se quiso acercar pero la omega con el dedito le dijo que no.

──No vamos a hacer travesuras, Lili. Te voy a mostrar mis ropitas, alfa pervertida.

Lisa rodó los ojos con diversión pero se sentó para mirar a la omega.

──¿¡Cuánto le das!?

Chilló luego de unos minutos, Lisa se sobresaltó y pensó con rapidez.

──Diez de diez, mi amor.

Jennie suspiró y se volvió detrás de la cortina, esta vez salió con un trajecito pequeño de colegiala, era sexy.

Dio una pequeña vueltita mostrándole a su novia su respingado trasero.

──¿A que me veo bonita, Lili? Podría ser stripper.

Los ojos de Lalisa se abrieron de forma cómica y se atragantó con su propia saliva.

──Te pagaré lo que quieras para que solo seas mi stripper.

El gesto de Jennie cambió, se volvió mucho más satisfecha.

──Muy bien, Lili. Muy bien.

Se volvió a esconder en la cortina y se demoró un poco más. Esta vez salió con unos jeans anchos, una camiseta ancha blanca básica y solo con calcetines.

──¿Has visto mis zapatitos azules?

Lisa negó muerta de la ternura.

Jennie suspiró.

──¿Se los habrá comido Lego?

Lalisa rió.

──No creo, amor. ¿Y sí dormimos un poco?

Le preguntó y Jennie asintió, volvió detrás de la cortina pero esta vez desnuda y extendió sus bracitos hacia la alfa.

──¡Vamos a dormir, Lili! Pero desnudas.