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~ Capitulo 12 ~

- ¿Entonces su novio es el chico que lo asalto la otra vez? - pregunto confundida cuando se reunieron con la pareja de Kyojuro  - ¿Tuviste algo que ver?

- No, también me sorprendí cuando paso - le contesto y después se acercó a los otros dos - Es un gusto volver a verlo Hakuji.

- Hola Mitsuri - dijo un chico de cabello rosa y ojos azules - Te dije que no tenia problema con que me llamaras Akaza.

- Te presentamos a Shinobu Kocho - dijo Rengoku mientras señalaba a la nombrada.

- Un gusto, es un placer conocerlo - le dio su mano en forma de saludo.

- El placer es mío - acepto el saludo - Soy Hakuji Soyama, pero todo el mundo me dice Akaza.

Fueron a una cafetería que no estaba demasiado lejos para poder hablar con mas privacidad, el motivo por el cual Mitsuri decidió pedirle ayuda a Akaza era porque el ya conocía a Muzan desde antes. Cabe aclarar que el ya sabia que ellos eran dioses y el porque estaban en el mundo mortal.

- ¿De donde conoces a Muzan? - pregunto Kocho cuando ya estaban en el lugar.

- Pues, fue mi maestro en un curso que tome hace un par de años sobre la Astrología - tomo su taza, había pedido un té negro - Conoce mucho sobre las estrellas y también sobre varias profecías relacionadas con ustedes tres - le dio un sorbo a su bebida - Aunque varios de los textos que tiene están distorsionados.

- ¿Distorsionados? - pregunto Kanroji mientras comía un pan con crema batida - ¿A que te refieres con eso?

- Había estado en otros cursos antes que el de él, en todos las profecías eran distintas a las que tenia - dejo la taza - Mientras que los demás creían firmemente que la unión del sol y luna traerían un tipo de paz, el cree que traerían la destrucción - suspiro mientras ponía una mano en su mentón.

- ¿Por que habrá pasado eso?

- Muchas veces los traductores modifican los textos a su conveniencia - dijo la de puntas violáceas mientras bebería su café - ¿Conoces a alguien que tenga el texto bien traducido?

- Si, pero no se encuentra en la ciudad, regresara en unas semanas, creo - respondió.

- Entonces toca esperar - dijo el rubio de puntas rojizas - Gracias por apoyarnos en esto Akaza.

- No es nada - se dieron un pequeño beso, solo un corto roce entre labios.

- Segura que no tuviste nada que ver? - le susurro a la peli-rosa.

- Ya te dije que no - volteo a ver a la ventana y sonrió. 

En otra parte de la ciudad, en cierta panadería.

- ¡Ya me voy hermano! - dijo Nezuko mientras abría la puerta del local para marcharse.   

- Te veo en la noche - respondió desde el mostrador mientras veía como su hermana se iba.

Siguió con lo que estaba haciendo, atendía a los clientes que entraban a el local y hacia sus tareas mientras esperaba a que alguien mas llegara, cosa que siempre hacia. Al inicio se le complico realizar esa rutina, pero supo adaptarse rápidamente en poco tiempo, incluso le sobraba tiempo para hacer otras cosas.

- Mmm, ¿Qué mas puedo hacer? - dijo después de terminar todos sus pendientes, reviso un cuaderno que usaba para anotar sus tareas y vio algo que le faltaba - Cierto, el poema.

Saco otro cuaderno y su teléfono para buscar sobre que escribir, encontró distintos tipos de leyendas, principalmente de dioses de diferentes culturas, escogió una de entre todas y comenzó a escribirla. Dejo de escribir cuando escucho como la campañilla de la entraba sonaba, indicando que alguien nuevo entraba a el local.   

- Buenas tardes Kamado - vio quien era, su maestra Makomo.

- Buenas tardes señorita Makomo - dijo mientras dejaba sus cosas de lado - Busca algo en especifico.

- Solo vine a comprar un poco de pan - agarro una charola y unas piensas para tomar las piezas de pan - Aun me sorprende que tu y tu hermana se hagan cargo de este lugar ustedes solos.

- Pues, creo que nos hemos adaptado a todo esto - respondió con sinceridad, siguió viendo su teléfono - Maestra...

- ¿Qué pasa? - se acerca al mostrador, el peli-burdeo suspiro antes de seguir hablando.

- No estoy muy seguro de lo que estoy escribiendo para la tarea que dejo - vio su hoja, en letras grandes había escrito la palabra fénix, de eso estaba escribiendo.

- Bueno, cuando era estudiante, mi maestra nos decía que uno no escoge el libro - le entrego la charola.

- ¿No? - el de ojos granate preguntó confundido mientras envolvía los panes y los metía a una bolsa de papel.

- No, el libro te escoge a ti, tal vez sea lo mismo con la leyenda que buscas escribir - tomo la bolsa - ¿Cuánto sería en total?

- Serian - checo una pequeña lista de precios - Cuarenta y ocho pesos.

- Toma - le entregó el dinero a Tanjiro- Esperó que te sirva mi consejo.

La azabache salió del lugar y el menor comenzó a pensar en todo eso, tomó una vez más su teléfono y escribió la palabra "leyendas", vio los resultados y cerro los ojos para escoger un resultado a ciegas, abrió los ojos para ver que salió.

- "La leyenda de la Mariposa Blanca" - vio el título y comenzó a leerla, era una leyenda de amor - Creo que esta bien.

Mientras empezaba a escribir, la mariposa azul se colocó sobre la hoja con el texto ya casi escrito en su totalidad.

- Que curioso - levantó un dedo, la mariposa se posó sobre este - Dime, ¿Será acaso que eres una señal del amor de mi vida?

Rio por ese infantil pensamiento, sin saber que en realidad era cierto hasta cierto punto.

𝓔𝓷𝓪𝓶𝓸𝓻𝓪𝓭𝓸 𝓭𝓮 𝓼𝓸𝓵 (𝓖𝓲𝔂𝓾𝓾𝓽𝓪𝓷) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora