〨Lo verdadero

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[Sucesos narrados del capítulo:20 "Lo verdadero"]

D I A B L O

Ya tengo quince minutos o tal vez menos, esperando a Yasbeth en la entrada del castillo, juro que, si Leviatán no la trae sana y salva junto a mí, iré por esa demonia y le arrancaré la cabeza.

No sé cómo permití que Yasbeth se fuera por un día para el castillo de ella, fue una mala decisión porque ahora la deseo más que nunca, mi piel la quiere proclamar como suya, porque ella es mía.

Caminó de un lado a otro desesperado, angustiado, antes nunca me he sentido así, con unas ganas de obtener lo que deseo y no poder, la impotencia viaja por mis venas como la sangre. Es entonces cuando observó la carroza acercándose, me quedé quieto, la carroza en donde ellas vienen se detiene en la entrada, y bajan con total calma, la veo y parece que siente mi mirada porque es justo en este momento que esboza una sonrisilla sarcástica.

Da pasos con la intensión de acercarse a mí.

Yasbeth se encuentra radiante, es la única que le da brillo a este infierno, su luz hace que la maldita oscuridad desaparezca, que la bestia que cargó se mantenga dormida, luce un conjunto con tonos oscuros, y por más que yo me oponga a su vestimenta, ella siempre se saldrá con la suya, lo que me hace venerarla aún más.

Mis ojos recorren su cuerpo, como si ella fuera esa presa que no descansare hasta devorarla por completo, los de ella igual, si se dice que yo la deseo, ella me desea con más ganas, como muchas más ansias.

Se acercó hasta posicionarse en frente de mí.

—¿Nos estás esperando?

Cuestiona convirtiendo su tono de voz en uno irónico y con un toque de sarcasmo.

—Solo quería asegurar que volverías y si no lo hacías, iba a ir a buscarte.

<<Déjame a solas con Yasbeth>> Le hable a Leviatán, ella asintió y tomo a Megan por la muñeca para luego dejarme solo con mi esposa en la entrada.

Di un paso más.

—Reafirmó con certeza que no te puedes ir, es la primera y última vez que duermes fuera de este castillo — me inclino para mirarla directo a los ojos.

La tomó por la cintura y la acercó a mi pecho, chocándonos, la deseo con tantas ansias.

—¿Y continúas con tu afán de tenerme como prisionera? — Rodea los ojos intentando apartarme.

—No, continúo con mi afán de no separarme demasiado de ti — mira para todos lados con tal de no verme a la cara, pero notó sus mejillas ruborizarse, y fue suficiente para acercarme a ella.

Pude ver como se tensó, tragó saliva por el impacto de mis palabras, aquel acto me encanto, me encantaba lo que podía producir en Yasbeth con tan solo una palabra. Mi carne arde en la angustia de sentirla, besar cada parte de su cuerpo, y bautizarme en su humedad, necesito tanto de ella, tanto que no se si ella me lo pueda dar, no hay termino suficiente cuando se trata de la humana que tengo ante mis ojos.

Mi boca encuentra la suya, y para mi sorpresa es ella quién aumente el besó que desencadena un torrente de placer en mi interior.

El beso se vuelve salvaje, mis labios poseen, dominando los suyos.

Sus labios poseen y dominan los míos.

Sin intuirlo me empuja separándonos, sus labios se encuentran rojos e hinchados como los míos.

—He dicho que eso no pasará, Diablo.

—Un beso no le hace mal a nadie, no es como si fuéramos a coger en pleno pasillo — mascullo dibujando una sonrisa.

Desde el Dios (Extras de los Dioses)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora