04 | Un hogar

2.1K 208 51
                                    

No puedes llamar simplemente hogar,
al lugar en el cual vives; quién sabe si en verdad lo es.

Kaigaku siempre estaba detrás de Kokushibo, a veces hasta le parecía que estaba enamorado del demonio mayor

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Kaigaku siempre estaba detrás de Kokushibo, a veces hasta le parecía que estaba enamorado del demonio mayor. Pero sabía que bien... no eran más que ideas estúpidas que se metía solo en la cabeza.

Si... realmente no eran más que ideas estúpidas.

- Oye, Onii-chan, dejá de pensar tanto en el pupilo de Kokushibo, me da dolor de cabeza y estoy intentando comer -. Con un brazo femenino en manos y sus colmillos desgarrando la carne, y comida en la boca, Dakihime le reprendió por sus pensamientos, a pesar qué eran prácticamente los suyos también.

"- cállate, Ume, básicamente también son tus pensamientos, así qué ¿Porqué piensas en el crío mientras comemos?" - su tono de siempre, tranquilidad con un toque de burla. Y eso resonó en la cabeza de la chica, su hermano mayor burlándose de ella por algo que ni le importa.

- Onii-chan, el único que está pensando en él eres tú, ahora cállate y déjame comer, total; tú sabes que él niñato nunca te va a corresponder, y menos con Kokushibo de por medio, mamá oso te asesinara -. Y cuando ir fin, Ume le devolvió el golpe, Gyuutaro se calló.

La vida en el distrito de las flores era realmente aburrida para los hermanos Shibana, lo único que los sacaba de la rutina eran las juntas en la fortaleza infinita y las ocasionales y algo escasas visitas a Paradise. Los hijos del que fue y sigue siendo su mentor son muy educados y sonrientes, o bueno, la mayoría; la sonrisa en el rostro del mayor a veces les parece inquietante, pero hermosa, era una sonrisa retorcida cuando peleaba con algún demonio. De amor y felicidad pura con la familia.

Hashibira Inosuke, era un enigma, y al mismo tiempo no. Era el hijo mayor de Hashibira Kotoha y Hashibira Douma, la segunda luna superior. Era un humano, pero su cuerpo era casi, casi, como el de un demonio. Se dislocaba a propósito los miembros del cuerpo para ganar mayor ventaja a la hora de una pelea, luego se los acomodaba a voluntad; luchaba de forma baja y atacaba sin control alguno, solo retrocedía cuando era realmente necesario.

Era un luchador nato. Y estaba orgulloso de eso, estaba orgulloso de la confianza que le dan sus padres. A los hermanos les encantaba compararlo con un jabalí. Más que nada por qué suele lleva la cabeza de uno como una máscara.

- Deberíamos visitar a Douma-dono, Onii-chan, tú sabes, de paso saludamos a Kotoha-chan -. Kotoha... Ume mejor conocida como Dakihime le tiene especial apreció, tal vez, porqué a pesar de la edad que tienen, ella los trata como a unos más de sus numerosos hijos. A pesar que sabe que son eso, bestias come hombres; amantes de la desesperanza ajena... etcétera.

"- Ume, tú sabes que aunque somos bienvenidos en esa casa, los creyentes de Douma-dono nos tienen un especial odio. Solo no lo demuestran por respeto a la familia real de su culto. Pero ¿Sabes? ¿Desde cuándo eso nos importa? Vamos después de comer" -.

Su comida, terminada, no quedo ni rastro de lo que antes era el cuerpo de una joven dama de compañía, y ahora solo quedo su ropa como un indicio de su muerte. Pero no pasaría nada, total, los humanos del barrio rojo, solo pensarían lo mismo de siempre; « se escapó con su amante » como las demás...

- ¡¡¡Padre!!! ¡¡¡Allí vienen Ume y Gyuutaro!!! - caían las seis de la tarde y la noche ya había acunado a Paradise, el grito de Haru, el segundo hijo de los Hashibira resonó como el canto de un ruiseñor, estruendoso, fuerte, y que lastima los oídos. A veces hermoso.

- ¡¡¡Cállate, mocoso del demonio!!! ¡¡¡A menos que quieras tener un sparring conmigo mañana!!! - la fuerte voz de un muy irritado Inosuke callaron los gritos, y de la puerta de la casona tradicional salió el hijo mayor de su mentor. Acompañado de dos sirvientes y suponen también que creyentes.

Bien vestido, cómo siempre, sin la máscara característica, por el echo que, estaba durmiendo y los gritos de su hermano lo despertaron.

- Es bueno verte, Ino-chan - comenzó Dakihime, mirando directamente al chico con rasgos femeninos, y luego volteando a ver Haru -. Lo mismo pasa contigo, Ha-chan.

- Si si si, al punto, ¿Podemos pasar, Inosuke? - y Gyuutaro, siempre tan paciente, dijo las cosas directamente.

- ¡Claro, pasen! ¡Mamá estará feliz de verlos! - su sonrisa era grande, como siempre, los sirvientes los miraron mal. Y Haru hizo ademán de querer entrar con ellos pero Inosuke habló - ¡Ah, no! ¡Tú después de entrar vas al jardín interior! ¡Madre había dicho que tenías que arreglarlo! - el menor de los hermanos lo miro suplicante - ¡Y no me importa que sea de noche, el jardín interior siempre se mantiene iluminado! ¡Vamos no tienes toda la noche!

Sí... A veces se les olvidaba que, el tercero con mayor autoridad era el hijo mayor.

-

¡Hola, Dakihime, Gyuutaro! ¿Qué se les ofrece en mi humilde morada? - la ruisueña voz de Douma les llenaron los oídos, vestido con la ropa de siempre, con la vacia sonrisa de siempre.

- ¡Ume-chan! ¡Gyuutaro-kun! ¿Cómo han estado? - la voz de Kotoha, igual de ruisueña que la Douma y hermosa como la misma primavera, les saco una sonrisa.

Y es qué sí. En esa habitación se encontraban los Hashibira, tomando té con galletas y postres, los niños jugando ajedrez y shōgi. Los mayores en medio de un juego de domino que los tenía muy entretenidos. Haru, en el jardín al que daba la habitación refunfuñando por qué estaba arreglando las flores de su madre.

- Solo hemos venido de visita, Douma-dono -. Una sonrisa, extrañamente dulce adornaba el rostro de Gyuutaro.

- Hemos estado muy bien, Kotoha-chan, ¿Y tú? - y la sonrisa de Ume estaba haciendo competencia a la de su hermano.

A veces, los hermanos Shibana se sentían en casa.

A veces, los hermanos Shibana se sentían en casa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

NOTAS:

Haru: tiempo primaveral, brillo de sol.

Atsushi: hombre cordial, educado y respetuoso.

The Moon ShipperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora