Kibutsuji Muzan, gracias a su confiable red de información (Sus lunas que en lugar de hacer su trabajo se ponen de chismosos) se dió cuenta de los shippers planes de Ubuyashiki Kagaya. Sus lunas no hacen nada productivo, así qué ¿por qué no él hacer...
«Me pregunto si algún día lo dejara en paz». — Douma (quizás).
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Cuando lo vio por primero vez se sintió curioso, él estaba lleno de espíritu de lucha, en realidad, era tan grande y ardiente que lo impresionó. Lo primero que le vino a la cabeza fue "Quiero luchar contra ese humano". Eso fue todo.
Pero luego lo pensó con más calma. ¿Dejar que el joven se fortalezca? Claro, definitivamente lo haría. En el estado actual, simplemente lo mataría de un golpe, tan aburrido. Entonces, se dispuso a seguir cada paso que daba, simple y tranquilo, en medio de la noche, sin importale en lo más mínimo que otros demonios fuesen, bueno, masacrados en su mayoría por él.
Luego, una noche, de la nada, en medio la furtividad de la cacería. Le vino a la mente una idea un poco descabellada. Si él amo se diese cuenta de esto, me asesinaría. Pero, aún así, él decidió seguir a su idea. Se presentó ante él, con un rostro humano, con una tez humana, con una voz humana. "Puedes llamarme Akaza", y así lo hizo el cazador.
El pilar de las llamas era curioso por decir lo menos, le parecía agradable e interesante. Un alma ardiente, con la cual deseaba luchar, probar su fuerza descomunal. Por otra parte, el sujeto de interés le detestaba. Él no le agradaba al hombre, la verdad, eso no le interesaba mucho. ¿Por qué debería de importar?
Un día, todo (casi) se va al caño.
"Akaza-dono, ¿A qué se debe tal apariencia?" asalto furtivo, el hijo mayor del imbécil de Douma. Un chico educado y culto, como su madre, pero igual de terco que el estúpido de Douma. Luego, el muchacho noto al pilar de las flamas y todo (casi) se fue al caño. "Oh... ya veo... Ese hombre es un objeto de interés para tí. Supongo que desea pelear con él ¿No es así?"
"Si, eso es, eres muy inteligente, Inosuke. Quiero luchar contra él, pero primero quiero que se vuelva más fuerte, si no, sería demosiado aburrido". El joven Hashibira acepto lo dicho sin rechistar. Y procedió a ir con su madre para abordar un tren en cuestión.
Luego miro al pilar y fue con él.
— Akaza, dime una cosa, ¿Por qué eres tan molesto? — pregunta el pilar con un tic muy notable en el ojo derecho.
— No soy molesto, lo que pasa es que tú eres muy poco tolerante, Kyojuro —. Sentencia el demonio con una sonrisa.
Los dos llevaban una sonrisa en el rostro. Ambos sonreían pero uno no estaba en lo absoluto feliz, como odia a ese hombre. Cómo lo detesta, desde la primera vez que cruzaron miradas. Tan persistente, tan desagradable.
Tal vez serían amigos, si Akaza no fuese tan molesto.
Pero eso, eso no se puede.
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