4 - Acabando con una de sus botellas de vino

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Una de las cosas que Chuuya más apreciaba era su colección de vinos caros que ha logrado reunir gracias a sus ahorros. Dazai lo sabía, oh, en verdad lo tenía muy en claro, por algo agregó eso a su lista.

El castaño suspiró y miró con atención la primera página de la libreta con su lista, donde estaban las maneras que ya había escrito, en verdad se divertía con esto y era buena forma de matar el tiempo.

Pasados unos segundos, se sirvió en su copa lo poco que restaba de una de las botellas de vino de Chuuya. Desde temprano había comenzado a beber con calma para acabar con todo el contenido de esta botella. Cabe destacar que Dazai eligió una botella que claramente Chuuya no había destapado y que más bien parecía reservarla para una ocasión especial, eso le valió un comino a Dazai y ahora bebía de su copa lo último que quedaba de ese vino.

Al haberlo terminado, sintió su juicio ligeramente nublado, pero no lo suficiente como para tambalearse al caminar ni así. Tenía buena resistencia al alcohol gracias a todas esas noches que iba a beber con Odasaku y Ango.

Dazai se levantó y colocó la botella vacía sobre la cama de Chuuya para así tener totalmente garantizado que el pelirrojo vaya a verla cuando llegue. Por otro lado, la copa vacía la dejó sobre la mesita de noche de Chuuya.

Luego suspiró con algo de tristeza porque quería ver la reacción de Chuuya al encontrar la botella, pero no podía, tenía que cumplir con una misión que Mori le encargó y no la podía postergar. Bueno, el lado positivo es que puede que, cuando regrese, Chuuya ya no estará tan enojado y tal vez la paliza sea menor... ¿a quién quiere engañar? Está claro que sin importar cuanto pase, Chuuya no lo perdonará y lo dejará medio muerto cuando lo vea luego de enterarse.

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—Fue complicado ya que la fuerza bruta era inútil en ese caso—dijo Nakahara a la par que se quitaba el sombrero y pasaba su mano por su cabello buscando aliviar el estrés que adquirió durante la misión. Últimamente tiene mucho trabajo todos los días y lo peor es que aún le faltaban cosas que solucionar hoy, quería un descanso, pero aún no podía tenerlo.

Akutagawa asintió con la cabeza a las palabras de Chuuya con su típica inexpresión en su rostro, aunque eso no le molestaba ni incomodaba en lo más mínimo a Chuuya ya que era muy hablador y hasta se había acostumbrado a tener que hacer prácticamente un monólogo cada vez que estaba a solas con este.

De pronto, el de cabello negro detuvo su andar haciendo que el pelirrojo también se detuviera con una expresión de confusión.

Akutagawa había señalado hacia el otro pasillo—Yo iré por aquí, se supone que Gin me está esperando...

—Oh, está bien, ve—dijo Chuuya con una sonrisa, era muy amable con sus subordinados. Akutagawa asintió y se fue por el otro pasillo, Chuuya siguió caminando a su habitación con tranquilidad.

El pelirrojo era consciente de que en su habitación no estaba Dazai justo ahora, pues estuvo presente cuando el mismísimo Mori le otorgó la misión, estaba algo contento de poder estar solo y con privacidad en su habitación luego de tanto tiempo.

Entró a su habitación y fue hacia su clóset para buscar ropa que ponerse luego de la ducha que planeaba tomar. Pero se detuvo extrañado al ver algo encima de su cama; cuando determinó qué era aquello, tensó su mandíbula y apretó los dientes con el enojo y la ira corriendo por sus venas.

—¡¡DAZAI IMBÉCIL!!

Maneras de molestar a Chuuya Nakahara [Bungou Stray Dogs]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora