Había una vez...
Y aún sigue habiendo, una niña.
Una niña que tenía cierta fascinación por usar vestidos y siempre de colores tan claros que casi parecían blancos. A ella se le veía bien con esos vestidos, era hermosa, de alma pura e inocente, sus vestidos parecían un simbolo de aquello. Algo que la caracterizaba a donde fuera y por quien la viese.
¿Cómo podía usar vestidos tan claros y jamás ensuciarse?
¿Cómo podía reír y correr con esos vestidos por caminos de tierra y lodo, y aún así... jamás ensuciarse?
Esas eran algunas de las preguntas que se hacían los mayores al reconocer a la infante, la respuesta era tan simple.
La madre de la niña se aseguraba de que constantemente estuviese limpia y que su hija viera cuan preciosa era con sus vestidos casi blanquecinos.
Su madre siempre le decía que era una niña buena, que era hermosa.
Todo aquel que conocía a la niña decía que era un ángel, muy tranquila y risueña.
ESTÁS LEYENDO
La niña del vestido roto.
Short Story¿Qué tal? ¿Les gusta los cuentos? Sí es así... Este es uno bastante corto. ¿Alguna vez han oído de la existencia de los Demonios Inocentes? Apuesto que no. Estoy muy segura de que para ustedes todos los demonios son lo mismo pero yo sé de uno que es...